1.7 El equipo de Zara...

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—Quietos todos...—Por los pasillos que conectaban la puerta de la entrada con el salón principal, se alcanzaban a oír perfectamente unos pasos. Fueron acercándose hasta que dejaron mostrar a cuatro personas de aspecto joven y desafiante. Parecían delincuentes juveniles, tres hombres y una mujer.

Eran inconfundibles. De izquierda a derecha, el más alto de todos, su cabello negro y lacio que cubría casi toda su cara pero lograba asomar un ojo color verde, su cara se mostraba pálida y llevaba ropa descosida en tonos grises; a su lado una chica de lentes muy discretos, ojos verdes y cabello color castaño, lo traía recogido en un chongo lateral, dejando escapar un mechón de cabello sobre su rostro, traía un traje sastre de minifalda y saco color rojo vivo. Después de ella, un chico de cabello corto y rubio, ojos color miel, ropa aparentemente normal, no era fuera de lo común, sin embargo se mantenía con una gran sonrisa malévola. Y finalmente, un chico serio, de cabello negro azulado extensión mediana. Sus ojos azules y su ropa oscura, le daban un toque de misterio, él mantenía sus manos atrás.

—No creí que tuvieran una seguridad tan patética...—Se atrevió a decir el hombre de cabello rubio. Los Trinux se quedaron sin saber qué contestar. No podían moverse, algo los tenía paralizados.

—Considérenlo una advertencia. —Insinuó el hombre serio, sacando detrás de sus manos a la chica que recibía boletos a la entrada. Ella estaba inconsciente y tenía muchas heridas que sangraban. El hombre la sujetaba del cuello de su vestido y como si fuera cualquier objeto, la aventó al suelo con una gran despreocupación. Los Trinux se quedaron en shock, al ver a esa chica desmayada y muy débil.

—Lana...—Pronunció el chico rubio. —Duerme a todos los inútiles...

—No será necesario, todos están inconscientes.—Respondió aquella mujer, en tono burlón.

—Jajaja. Parece que la AMU son únicamente par de vejetes presuntuosos.

—Malditos...—Al fin Trux había dicho algo, el cólera lo invadía y sus ojos mostraban una inmensa rabia. — ¡Ella no tenía nada que ver en esto!— Les dijo en un tono más alto.

— ¿Ah, no?—Comentó uno de los agresores irónicamente, el chico que traía casi todo el cabello en su cara. —Eso explica por qué fue tan fácil derrotarla...

—Deja de burlarte...—Pronunció Trux, apretaba sus puños y forzaba a su cuerpo para lograr moverse aunque fuera un poco.

—No te adelantes Trux. —Ordenó el agresor rubio. — ¿Así te llamas, no? Lo he leído en una revista de chicas. Déjenme decirles que es algo estúpido de su parte poner los reflectores sobre su rostro, en fin... Sólo hemos venido visitarlos...

— ¿Qué es lo que quieren?—Les preguntó Trini, con una gran imponencia.

—Tranquilízate Trinity. Estamos charlando pacíficamente...—Le explicó el chico rubio, muy plácidamente.

—Creo que ya saben de qué lado estamos...—Les dijo el chico con cabellos en la cara. —Y si no les quedó del todo claro, la muchacha es la prueba. —Señaló a la pobre edecán.

—Tú fuiste el que...—Trux se esforzaba por hablar. — ¡Debí saberlo antes! ¡Vamos León! ¡Quítame esto de encima! ¿¡Quieres pelea Onán?! ¡¡Te daré una pelea que nunca olvidarás!!—Gritó furioso, las mesas del salón, las sillas y todo lo que se encontraba ahí comenzó a temblar con fuerza.

—Vaya, sabes nuestros nombres. No sé si sentirme en desventaja. —León se alzaba de hombros. — ¿Así que nos conoces?

—Claro que no. —Trux negaba.

—Ah, es tu magia. —Conjeturó, tronando sus dedos.

—Escucha, no pretendemos iniciar una pelea, pero es que la chica se puso muy difícil y su error fue no saber con quién se estaba metiendo, ¿Verdad Onán?

—No es mi culpa ser mejor que ella. —Respondió el agresor de largos cabellos, sonriendo y cruzando los brazos.

—Vamos, no seas rencoroso. Esto fue por nada, si nos hubiera dejado entrar, no habría terminado así.

—Eres un cobarde...—Trux estaba furioso y el escenario a su alrededor se sacudía más bruscamente.

—Llámalo como quieras. No es relevante... Por favor, no confundas las cosas. Esto no es personal, únicamente deseamos ver contra quienes nos enfrentamos...—Interrumpió el agresor que había aventado el cuerpo de la pequeña.

— ¿Cómo supieron del evento?—Por fin había preguntado Tristán, serio.

—Jajaja, cómo crees. —León, el chico rubio se burlaba. —Escuchen, pueden unírsenos si desean. De hecho, sería mejor.

—Olvídalo. No vamos a cooperar con terroristas. —Trini negó al instante.

—Ah por favor Trinity, sabes que eso no es verdad.—León comentaba con una enorme sonrisa de diversión.

—Robaron un libro y atentaron dos veces contra la AMU, nosotros y los elementales. —Trini enlistaba.

—Tampoco dije que fuéramos santos. Y hablando de los elementales ¿Dónde están?—León buscaba con la mirada. —De nada sirve que los escondan, los encontraremos y si no es por las buenas, será por las malas. Zara los necesita.

—Nos han tomado por sorpresa, eso no volverá a ocurrir. —Dijo Tristán.

—Lo hemos hecho dos veces...—Lana se mofaba.

—Intenten una tercera y demostraremos de lo que somos capaces. —Los ojos de Tristán sacaban chispas.

—Quiero ver...—León los retaba. —Que conste, nosotros los hemos invitado cordialmente a estar en nuestro equipo...—Los cuatro agresores dieron media vuelta y caminaron por el pasillo del salón hasta desaparecer del lugar.

Pasaron algunos minutos antes de que pudiesen moverse de nuevo.— ¡¿Trini Por qué no me dejas romperles la cara?! ¿¡Por qué?! ¡¡Mira lo que le han hecho!! ¡¡Deja de pisar mi sombra!!—Trux dijo recobrando la habilidad de moverse, jaloneándose contra Trini que lo mantenía sujeto.

— ¡Porque en tus condiciones lo habrías empeorado!—Le dijo mirándolo a los ojos. —Sólo basta con echarte una mirada para saber que te mantienes en pie con trabajos. Estás débil, y molesto. Eso no es una buena combinación. —Después miró al salón en general. —Además... Esto nos beneficia a nosotros. El atentado ocurrió en sus narices, probó que teníamos razón. Era peligroso y existe un infiltrado en la AMU...

Memories 3 - Abriendo los ojos a lo que somosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora