1.8 Lazos...

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La gente comenzó a despertarse. Las luces volvieron a prenderse, el público comenzó a murmurar. Trux corrió hacia Dulce, cargó su cuerpo inmóvil como si fuese una princesa. Y se metió detrás del escenario, en dirección a su camerino.

—Ellos continúan desmayados. —Tristán le comentó a Trini discretamente, señalando a sus compañeros de mesa.

—Ya veo...—Respondió Trini de la misma manera. —Será mejor que los llevemos adentro. —Se apresuró a cargar a Tim, Suemy y Zuley en sus hombros como si fuesen un costal. Derek e Iker fueron cargados por Tristán.

—...—Trux los miró al entrar a sus camerinos. — ¿Y...

—Sí, no podemos cargar tantas personas al mismo tiempo... ¿Nos ayudas con la que falta?—Le guiñaba Tristán, recostando a los chicos en unos sillones. Trux se apresuró a salir, encontrando a Maney desmayada.

—Necesito hablar con algunas personas de aquí. Espérenme con los demás. —Trini le comentó en voz baja. Trux asintió, cargó a Maney con delicadeza y al llegar a su camerino la recostó en otro sillón. En poco tiempo, el salón había quedado vacío gracias a la conmoción.

Ahora únicamente se encontraban los Trinux con los chicos en aquel camerino que era bastante amplio; en realidad era una especie de habitación. Estaba dividido en tres segmentos, había tres camas y algunos sillones, en el segmento del fondo fue donde Trux colocó a la pequeña edecán. Las luces estaban apagadas y predominaba el silencio y la tranquilidad.

«... Mi cabeza...» Maney comenzaba a estar consciente, aún le costaba abrir sus ojos, pero enseguida se dio cuenta de que era mejor mantenerlos así, al escuchar a dos personas conversando.

— ¿¡Por qué te apareces hasta ahora?!—Era Trux, al parecer bastante molesto.

—Me alegra que estés bien. Vengo a llevarme a Dulce...—La persona con la que discutía tenía una voz similar, sólo que un poco más grave y mucho más tranquila.

—No, déjala aquí. Se sentirá peor si ve que viniste por ella. Además, si tanto te preocupaba debiste hacer algo.

— ¿Tú qué sabes?—Sonó más serio, después de unos segundos, volvió a hablar. —Así que ellos son los elementales...

—Sí... Ellos seis.

«...»Maney escuchó pasos alrededor de la habitación, al parecer el segundo sujeto quiso verlos de cerca. Ella continuó haciéndose la dormida, aunque el hombre pareció detenerse justo a su lado y eso la ponía nerviosa.

—...Gracias por hacer que olvidaran sus caras. —Decía Trux.

—Lo atribuirán al oportuno desmayo. Ahora entiendo por qué me lo pediste...—Ella sintió una suave y cálida mano posándose sobre su frente y haciéndole el cabello a un lado de la cara. — ¿Has leído su mente...?

— ¿Qué persona crees que soy? ¡La he bloqueado! No quiero irrumpir en su privacidad.

—Jaja, me gusta escuchar eso.

— ¿...Es hermosa, no?—Cambió su tono a uno más relajado y lleno de paz.

—Trux, para mí es una niña...—Su tono hacía percibir que sonreía al decir eso. —...Cómo voy a saberlo.

—Sí bueno... sabes a qué me refiero. —Él se percibía tímido.

—... ¿Seguro que no quieres decirle a Sylma de quién te has enamorado?

— ¡No!—De pronto pareció alarmarse. — ¡No se lo digas por favor! No sé cómo vaya a tomarlo y... no estoy listo.

—Será como tú quieras pero... Como pudieron darse cuenta, es obvio que hay cosas que aún no pueden manejar.

Memories 3 - Abriendo los ojos a lo que somosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora