¿Por qué te encontré?

two.

- ¿Me vas a decir?- ruedo los ojos-

- Organicé una fiesta- dijo sin más  remedios-

- ¡genial! - dije sin ánimos-

Ven, antes todo esto de nuestro noviazgo era distinto pero ahora..ya ni tenemos tema de conversación. Solo largamos palabras frías y secas de nuestras bocas. No nos limitamos a nada. Yo en verdad lo quería y lo quiero sino no seguiría con él o tal vez ese sea el maldito problema, nuestra relación es un maldito problema.

- ¿No te gustaría saber en donde es la fiesta? Digo..capaz te interesa- ¿Estaba nervioso o solo yo lo note así?-

- ¿En donde es?

- Ennnnnn..... - hizo un suspenso que duro siglos- en tu bellísima y hermosa casa, srita. Montgomery.

¿Es una jodida broma o mis oídos escucharon bien? Claro que no van a hacer una fiesta en mi casa. Están dementes.

- Bray..te confundiste de chica, yo, Mía Montgomery jamás de los jamases haría una fiesta en mi casa y menos ahora, imposible- Pude ver su cara de odio hacia mí cuando le arruine su perfecto plan-

- Sí, lo harás, y punto.

- No lo haré, no se quién eres tú para darme ordenes- Le dedique una mueca de desprecio- Chao.

Antes de que pudiera salir y entrar a clases, él se limito a no dejarme pasar y se puso como una clase de escudo.

- Soy tu novio, y por lo tanto sé muy bien lo que te digo..me aburres amor.

Solo salí de ahí, ignorándolo. Me hizo sentir una mierda, si yo no hubiera salido con él le hubiera dado la oportunidad a alguien a quien en verdad me di cuenta que quería.. Ese era Ian Copper. Un viejo amigo al cual lo quería. Él me advirtió sobre Brayden y yo lo ignore. Me deje llevar por sus encantos y me olvide completamente de todo.

Llegué a clases..tarde, otra puta vez.

- Vaya, vaya..Montgomery, debería donar 5 dólares cada vez que llegas tarde- Me miró furiosa- el hambre en el mundo definitivamente se acabaría.

- Lo siento, no volverá a ocurrir, se lo juro.

- Es una advertencia, es la última vez, la próxima te ganaras un lindo reporte, otro más de los 1000 que tienes.

Maldita vieja.

-  Bien.