twelve.

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El instituto estaba de muerte. Padres, alumnos, hermanos, familias, para ser más exactos. No entendía absolutamente nada, nada de nada, todo estaba tan revoltoso allí.

Parecía uno de esos conciertos de rock, donde en la sección VIP están todos apretados, a punto de dejar de respirar. El colegio así parecía chico.

Mi celular vibró, lo tomé rápido para ver si aún ese "chico misterioso" me enviará un mensaje. La noche después de la fiesta, un sábado, corroboré mi celular para ver si esos mensajes habían sido reales, porque, realmente esa noche me sumergí en el alcohol, tanto que podría haber alucinado sobre esos mensajes alentadores y llenos de misterio.

Una chica normal tendría un poco de miedo o tal vez mucho, yo sólo sentía curiosidad, tanta que quería que siguiera mandándome mensajes para averiguar, o adivinar quién era. Simple curiosidad.

Por lo tanto, observe mi teléfono y vi que no tenía nada interesante, ni una llamada ni un texto, nada, sólo un mensaje de la compañía del celular. Esos típicos textos de las compañías que te hacen ilusionar pensando que una persona te escribió y al final eran ellos diciéndote que tenes "una oferta o que se te vence tu saldo", los maldigo por hacerme esto.

Al caminar y pasar por tropezones por el pasillo, mis ojos se posaron en unos ojos de color azul intenso , Ian.

Se encontraba junto unos señores qué... ¡Sus papás! ¡Eran sus papás! ¡El Sr. y la Sra. Cooper!

Caminé con la cabeza gacha, supongo que no tendría que hacer que me vieran porque no sería buena idea, ellos me conocen desde muy chica pero hace tanto tiempo no los veo que me daría pena, saben.

Pero no lo logré, unos brazos atraparon los míos, haciendo que me estremezca. Sus padres nos miraban, su madre sobretodo había clavado sus ojos en mí, al parecer con una intención de querer reconocerme, pero después de unos segundos negó con la cabeza y me sonrío, igual que su padre. Ian me arrastró unos metros lejos de sus padres.

-¡Que diab.. -

-Mia, quédate conmigo ¿si? - Me suplicó, tanto que era imposible negarme-

-¿Quedarme? ¿por qué o para qué? - pregunté, pero al instante de eso, me puse a pensar que había sonada un poco dura- Lo siento, si, me quedaré contigo - Dije a los pocos segundos viendo como su rostro se iluminaba-

-Bien, mira, lo que vamos a hacer ahora es.. - Me tomo por los hombros, y me llevó en dirección a sus padres. ¡NO,NO,NO Y MIL VECES NO! - Sólo tenes que asentir, sonreír y reír ¿vale?

Lo miré con cara de odio, con cara de "¿Me estas jodiendo?" - Sabes..me acordé que tengo que ir..a-a - Balbucee-

-El tiempo se acaba y ya no hay excusas así que, aquí estamos - Dijo señalando a sus padres, el sólo dirigía su mirada hacia ellos, y estos me miraban expectantes, tal como la primera vez -

-¡Hola! - Dije exclamando- un gusto.

-Hola - Me dijeron los dos al unísono- vos no sos..¿Mia? - dijo su madre con cara de confundida, por lo que asentí-

-¡Pero si eres tú! ¡Estas hermosa! - Sonreí, y me sonroje lo bastante para murmurar un "gracias" por lo bajo -¿Ustedes son novios? - dijo la Sra, Cooper arqueando levemente una ceja-

-¡No! - Nos apresuramos a decir al mismo tiempo Ian y yo, haciendo que sus padres se miren de reojo, y evitaran una risa-

-Ya vengo - dijo Ian a sus padres, ni siquiera me miró. Mientras se iba lo fulmine con la mirada por haberme dejado sola con sus padres-

Después de que Ian se fue, sus padres me hicieron un cuestionario de 100 preguntas sobre mí y otras 100 sobre Ian. Me quedé una media hora con ellos, hasta que encontré a Ana y a Luli, lo cual les conté todo lo que pasó la noche del viernes.

¿Por qué te encontré?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora