Luego del entrenamiento, los chicos se ducharon en los vestidores y se vistieron con el uniforme del colegio (idéntico al de las chicas excepto que cambiaban la pollera por un pantalón negro). Valerie y yo los esperamos en la salida. Cuando nos alcanzaron, ingresamos a la escuela.
Como era costumbre desde hacía ya mucho tiempo, me senté con Louis. Adelante de nosotros se sentaban Harry y Valerie, y detrás estaban Liam y Andy. Zayn se sentaba atrás de todo con su novia Perrie Edwards.
Las horas de escuela se me hicieron eternas, como siempre. Pasé la mayor parte de las clases de Historia y Química hablando con Louis y escuchando los demos de su banda, One Direction, que estaba integrada por él, Harry, Liam, Zayn y un tal Niall Horan. No lo conocía en persona aún, pero siempre que lo escuchaba cantar me llamaba mucho la atención su voz. Era impresionantemente bella. Me encantaba... Aunque claro, mis amigos también cantaban muuuuuy bien.
Luego del último recreo, tocaba la clase de Biología con el profesor Jev Cipriano. El tema del día eran los sistemas reproductores; como era de esperar, pasamos la mayor parte de la clase bromeando. Hubo un momento particularmente gracioso en el cual Louis se ofreció a hacer una demostración sobre cómo tener hijos: dijo necesitar una voluntaria, y al menos la mitad de las chicas del curso se ofrecieron. Me sentí un poco celosa. Por suerte todo quedó en una broma y el profe no permitió que la cosa llegara a más.
En cuanto tocó el timbre que anunciaba la salida de la escuela, guardamos nuestras cosas y salimos de la escuela. Siempre bajábamos caminando todos juntos hasta nuestras respectivas casas, aunque hoy tocaba ir en el auto de Louis. Comenzamos a caminar hacia el estacionamiento de la escuela.
— Al fin, libertad. — suspiró Louis en cuanto traspasamos la salida de la escuela. Me reí. — Bueno, chicos... ¿Qué quieren hacer ahora?
— Tenemos unas horas antes de que empiece el partido. — comentó Andy, mirando su reloj.
— ¿Quieren venir a casa? — sugirió Harry, sonriente. — Mis padres están de viaje, y tengo la casa libre.
— ¡Vamos! — exclamó Vallie, ansiosa.
Harry se rió y la besó con entusiasmo.
— Perdón chicos, pero yo no puedo. — se disculpó Perrie. — Le prometí a mi madre que la ayudaría en casa hoy...
— Descuida. — Liam le sonrió con dulzura. — No pasa nada.
— Si consigues liberarte esta noche, ven a casa. — le pidió Zayn. Ella le sonrió de forma traviesa.
El celular de Louis sonó en ese momento.
— ¿Hola? — se apresuró a atender. — Oh, hola Simon. ¿Sucede algo? — permaneció en silencio por unos instantes. Luego suspiró. — De acuerdo, yo les aviso a los demás. Gracias por avisarme... Adiós.
— ¿Qué pasó? — quiso saber Harry.
— Al parecer cambiaron la hora del partido por petición del director de la Prince School. — miró su reloj. — El partido comienza en menos de una hora.
— No es la primera vez que hacen esto. — Zayn frunció el ceño, enojado. — Son unos miedosos hijos de...
— Volvamos a la escuela. — lo interrumpió Andy. — Iremos a casa de Harry después.
Louis se mordió el labio y me miró a los ojos, titubeante.
— ¿Vas a poder quedarte al partido? — me preguntó.
