Estuvimos jugando a Verdad O Reto durante bastante tiempo más. Los chicos reían, tomaban y hacían estupideces. Abrí la tercera botella de cerveza y la bebí con Niall, que parecía estar bastante más calmado que el resto de mis amigos, aunque mantenía esa expresión agradable que tiene la gente que realmente se la está pasando bien.
Al cabo de unos veinte minutos, Zayn, Louis y Harry estaban en bóxers (Zayn y Louis estaban totalmente ebrios), Liam en pantalones, Nialler se mantenía con su pantalón negro y sus zapatillas deportivas, Valerie estaba en ropa interior (y bastante alcoholizada), y yo permanecía con mi ropa interior y mi pollera de la escuela, aunque me encontraba algo pasada en alcohol...
Niall y yo acabábamos de abrir la quinta botella, aunque esta vez acompañábamos la bebida con unas porciones de pizza que habíamos ordenado minutos atrás.
— ¿Cómo haces para comer tanto sin engordar? — no pude evitar preguntarle al verlo devorar su décima porción de pizza.
Él soltó una carcajada.
— Es mi metabolismo. — me guiñó un ojo. — Va muy rápido... Y si a eso le sumamos que hace dos años empecé a ir al gimnasio...
— Quiero tu metabolismo. — me reí y le eché otro sorbo a la botella.
Llegados a un punto creo que me recosté contra su cuerpo y permití que me abrazara mientras trataba de que se me pase el mareo. Cerré los ojos. La música y las voces de mis amigos resonaban en la sala de juegos.
Para cuando quise darme cuenta, me había quedado dormida.
Al despertar, lo primero que noté fue la ausencia de ruidos. Ya no había risas, ni bromas, ni voces. Tan sólo escuchaba una tenue música de fondo, a volumen muy bajo.
— Ashley, despierta. — me decía Niall con voz tierna. Sentí su mano acariciando mi mejilla suavemente. — Los chicos nos esperan en la cocina. Ya es tarde... Hay que irnos.
Negué con la cabeza y me apreté contra él sin abrir los ojos.
— No quiero irme a ningún lado. — mascullé. — Solo quiero quedarme aquí, contigo.
Él no contestó. Al cabo de unos segundos abrí los ojos para ver su expresión... Y me encontré con la mirada más dulce y tierna del mundo.
— Yo también quiero quedarme contigo. — murmuró, arrimando su rostro al mío.
— Niall... — susurré su nombre y lo besé tiernamente por unos segundos que se me hicieron eternos. Luego suspiré. — Me gustas mucho.
— Y tú a mí, Ashley. — pellizcó mi mejilla suavemente. Le sonreí. — Ahora vamos, los demás nos están esperando para poder ir a casa.
— ¿Me esperas un segundo? Tengo que vestirme. — no podía salir a la calle en el estado en que me encontraba.
— Te espero aquí.
Me levanté del asiento y tras darle un último beso agarré mis cosas y fui al baño a vestirme. Me puse las medias, los zapatos, la camisa... Con una sonrisita traviesa metí la camisa dentro de la pollera y use la misma a tiro alto. Luego me puse la corbata, le hice el nudo, y listo. Aproveché el momento para peinarme y maquillarme un poco; sólo base, rímel, y un muy leve toque de labial para darle color a mi rostro. Busqué en mi bolso y encontré goma de mascar de menta, lo cual me venía perfecto, ya que no me gustaba tener olor a alcohol.
Salí del baño de Zayn y fui con Niall, que me esperaba sentado en la sala de juegos. Cuando entré estaba muy entretenido con su celular.
— ¿Vamos? — le pregunté, sonriendo levemente.
