Para la persona que vive lejos de Dios, toda pérdida es una tragedia, pero para la persona que vive cerca de Dios, toda pérdida tiene un propósito. Pues no hay mal para quien está cerca de Dios, excepto el separarse de su presencia.
CLVI
Para la persona que vive lejos de Dios, toda pérdida es una tragedia, pero para la persona que vive cerca de Dios, toda pérdida tiene un propósito. Pues no hay mal para quien está cerca de Dios, excepto el separarse de su presencia.