El peso abrumador del sacrificio de Jesucristo excede el peso del juicio de nuestros pecados, y sobrepasa la medida de la condenación, haciéndonos dignos de la gracia de Dios.
LXIX
El peso abrumador del sacrificio de Jesucristo excede el peso del juicio de nuestros pecados, y sobrepasa la medida de la condenación, haciéndonos dignos de la gracia de Dios.