Los días siguiente Lizzi estuvo en reposo en su casa. Todo el proceso de sanacion estaba saliendo bien.
Pero los días pasaban y ella tenia que volver a la universidad. Por suerte podía caminar sin ayuda de ortopedia.
Kovach no se le había vuelto a aparecer pero siempre pasaba por su casa con la patrulla. Lo extrañaba pero no se arrastraria a él.
La pulsera con dijes que le regalo la mantenía guardada en una de sus cajoneras.
Por otro lado Kovach se dedicó a investigar y rastrear a los sospechosos del asalto y homicidio del restaurante que se mantenía clausurado por motivos de inseguridad de los clientes.
El pueblo se había mantenido en un hambiente tenso. Las personas reclaman más seguridad en los lugares públicos y locales. Las que tenías mejor acceso económico contrataron a seguridad privada y el resto se iba y se quejaba en las distintas comisarías aunque sólo había tres.
-Wowowwoww- dice la rubia sorprendida- ¿quienes son esas bellezas?- le pregunta a Lizzi mientras se dirigían a la entrada de la universidad.
Ambas miraron a los tres chicos nuevos que se encontraban allí.
Unos ojos celestes captaron la visión de lizzi seguido de ese pelo rubio tan peculiar.
-Cierra la boca cariño que se te cae la baba- la molesta su amiga.
Las chicas pasaron y sintieron la mirada de los tres chicos.
Claro que así como ellas, el resto de la población femenina también se entero de la llegada de estos chicos recientemente apodados "los tres mosqueteros".
Nomas sabían que dos de ellos eran mellizos y el otro era el mayor.
La mañana paso entre cuchicheos por parte de las chicas hasta que las clases finalizaron.
-Por dios ni si quiera son tan guapos- aparece Tom de la nada dándoles un susto a la rubia y su amiga.
-¿Celoso cariño?- le pregunta Sarah juguetona.
-Eso nunca mi reina- le responde Tom volteando los ojos.
-Y para tu información si son los más guapos de aqui- le dice Lizzi.
-Por favor ellos tiene músculos al igual que muchos de la universidad ¿es por el rubio de ojos? También hay muchos rubios. Además es mucho más guapo un chico de ojos claros y cabello oscuro.- se queja Tom- no se porque ustedes las chicas hacen tanto alboroto.
-Mi querido Tom ellos son carne fresca, algo innovador ante la vista.- se ríe Lizzi.
Ella se despidió de sus amigos y tomo camino a su casa. Se le cruzó una vaga idea por la cabeza asique a mitad de camino cambio su rumbo.
Llego a la calle que buscaba pero freno en la esquina.
A la mitad de la cuadra se encontraba la casa del guapo oficial de policía Kovach. A pesar de la edad que tenía seguía teniendo a chicas detrás de él y sobre todo jovencitas calientes.
Las mejillas de Lizzi se llenaron rápidamente de lágrimas al observar la escena frente a ella. Kovach reía en la puerta de su casa junto a una rubia que parecía tener 25 años.
A paso apresurado la chica se dirigió nuevamente a su casa, como debería haber echo desde un principio.
Ella no podía creer que en tan sólo un mes Kovach había olvidado todo lo que vivió con ella los anteriores seis años.
Pero Lizzi sabía en su interior que era tan importante como desechable para ese hombre. Además que todas sus inseguridades le estaban atormentado ahora.
Al llegar a su casa almorzo junto a su madre, intento disimular su tristeza pero no pudo.
-Mamá- la llamó, la mujer levanto la mirada- ¿Que haces cuando has dejado a una persona pero todavía la sigues queriendo mucho?-
La mujer se acomodo en su silla y pensó cuidadosamente las palabras que diría.
-Si lo sigues queriendo mucho y el problema que los haya separado tiene solución, yo diría que lo busques y lo intenten de nuevo. No todo sale bien de entrada. Pero si el problema no tiene solución, las cosas ya no seran iguales y lo mejor es olvidarlo.- le aconsejo su madre.
Lizzi suspiro agobiada sobre la mesa. Al terminar de cenar se retiro a su habitación.
Ella admitía dentro suyo de que tal vez exagero un poco al enojarse con Kovach, pero lo único que quería era ser una mujer ante los ojos de Kovach. Pero era imposible, siempre sería una niña insuficienciente e inmadura para él de seguro.
Si tan solo tenia diecinueve años, era obvio que ella sería una niña ante los ojos de Kovach. Y él de seguro no arruinaria su reputación dándole a conocer al pueblo que salía con una chiquilla cuando él tenía ya treinta y ocho años.
Lizzi se atormentada con eso y se creía insuficiente pero no veía la verdad de las cosas.
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1963
Teen FictionPara que puedas leer esta historia y entenderla primero deberás leer la que se llama 1953 que se encontraba en mi perfil. Esta es la continuación de la relación entre Kovach y su niña Lizzi. Algo dará un giro muy inesperado en la vida de ambos pero...