Pov's Kovach:
La pregunta que rompió el silencio en el auto me dejo un poco inquieto.
Ella no hubiera preguntado eso sí de verdad lo sentía ¿no?
Apreté el volante con frustración, siento que mi plan no va como quería. Se arruinó la mitad de la noche por el maldito clima, no se si ella la esta pasando bien o solo ésta fingiendo.
Esto es un verdadero desastre.
Hay veces que ni siquiera habla y simplemente me mira, pero no puedo decifrarla.
-¿Te parece de ir a tomar algo caliente a mi casa o quieres que te lleve a la tuya?- le pregunté mirándola de reojo.
Ella jugaba con sus manos ¿nervios o incómoda? No lo se bien. Me está preocupando.
-Vayamos a tu casa- su dulce voz pronunciando aquellas palabras me devuelve la fe en esta noche.
Por suerte solo faltaban 10 minutos para llegar. La verdad siento que nos estamos comportando como unos críos que se acaban de conocer. Por dios llevamos casi 7 años saliendo juntos, no se que nos está pasando.
Nos bajamos del auto y la observe caminar delante de mi, y dios mio!
Su caminar era lento y sensual, sus piernas suaves y moldeadas perdiéndose debajo del vestido, su trasero queriendo romper aquella tela color vino, su espalda y su cuello tan suaves a siemple vista. Que mujer!
Llegue a su lado y coloque mi mano en su espalda baja mientras con la otra abría la puerta de mi casa y la invitaba a pasar.
Ella quito su abrigo y a mi se me quitó el aliento pero no pareció ser consciente de ellos porque comenzó a recorrer la sala de estar.
¿Sería considerado un abuso si voy, la aprieto contra mi y la beso apasionadamente? Porque sinceramente es lo que quiero hacer en este momento.
Por mi parte quite mi saco y arremangue un poco mi camisa hasta los codos.
-¿Un café?- pregunte sonriente.
Ella se giro hacia mi.
-Si, por favor.-
Camine hasta la cocina y pude escuchar la suave melodía que provenía de la sala de estar. Seguro ella la había colocado.
Prepare una bandeja con las dos tazas de café, dos pequeños vasitos con licor de vainilla y un pequeño plato con trozos de chocolate.
Volví a la sala y coloque la bandeja en la mesa ratona. Me senté en sillón y suspire cansado.
Ya eran las 2 de la madrugada y hoy ya había tenido un mal día en el trabajo.
Lizzi se percato de que ya estaba listo el café.
Se acerco a los sofás y pensé que se sentaría frente a mi del otro lado de la mesa.
Pero no.
Siguió su trayecto y se sentó de lado en mis piernas.
Wow.
Eso de verdad me tomó por sorpresa.
Sonreí inconscientemente ante su gesto. De verdad me gustaba.
-Hoy ah sido un día largo- comiendo hablar para romper el silencio.
Ella solo me observaba y recorría mis hombros y mi pecho son sus manos.
-Los ciudadanos ya no confían en la policia.- continúe.
Sus manos subieron a mi cuello y comenzaron a quitar ni corbata.
¿Está mal que este excitado por esto?
Ella no decía ni una palabra, solo observaba cada uno de mis movimientos con detenimiento.
-Tuvimos que volver a desconectar todos los teléfonos de las comisarías- intente decir pero mi voz me jugo en contra y salió más grave de lo normal casi como si no pudiera hablar.
Una de sus manos bajo a mi hombro izquierdo y repartía caricias hasta bajar a mi brazo.
Repetía ese recorrido una y otra vez, y cada una de ellas más lentas que la anterior.
Me eche hacia atrás y me recorte en el respaldar del sillón.
-No tenemos ni una sola pista de los homicidas- volvi hablar.
Su otra mano estaba en mi mejilla y acariciaba mi rostro con su aliadas hasta llegar a mi cabello.
Enredaba las hebras de mis cabello entre sus dedos.
No entiendo como estoy contiendome.
Acercó su rostro al mio y repartió besos por mi mandíbula y la comisura de mis labios.
Probablemente el reposa brazo del sillón esta a punto de romperse de la forma en la que la estoy apretando. Porque si pongo una mano encima de Lizzi voy a perder todo mis autocontrol.
-Eres perfecta pequeña.
Ella sonrió y luego tomo mis rostro con ambas manos para besarme.
No pude más y envolvi mi brazo derecho en su cintura y mi mano izquierda la coloque sobre su muslo e impartí suaves caricias.
Pensé que ella quitaría mi mano de allí porque es donde tiene la cicatriz y se que se avergüenza de eso, pero no lo hizo.
Se separó de mi dejándome atontado y con ganas de más.
-Creo que se nos va a enfriar el café.- cuando pronunció aquello sonrió.
Se levantó de mi y se sentó en el sillón a mi lado.
Tomamos el café junto a los trozos de chocolate.
-¿Y sigues pensando que la noche esta arruinada?- me dijo en tono burlón.
-¿Que?- pregunte extrañado pro que estoy seguro que nunca le dije eso.
-Se que pensaste eso, puedo verlo en tu mirada y gestos.- se acerco y me dio un pequeño pero sonoro beso en la mejilla.
Definitivamente quiero que sea así de cariñosa siempre.
-mmm- hice como que pensaba- creo que esto es mejor que lo que tenía planeado.
Ambos reímos y seguimos hablando sobre nuestro día.
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1963
Teen FictionPara que puedas leer esta historia y entenderla primero deberás leer la que se llama 1953 que se encontraba en mi perfil. Esta es la continuación de la relación entre Kovach y su niña Lizzi. Algo dará un giro muy inesperado en la vida de ambos pero...