Capítulo seis [El amargado, el bromista y el raro]

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Kang y Ares decidieron unirse al equipo de natación, por lo que ahora tenían que entrenar cuatro días a la semana mientras que yo dedicaba mis tardes a estudiar y aburrirme. A Leila casi ni la había visto esos días a pesar de que comenzaba a extrañarla. Digo, ella era como la mantequilla de maní de mi jalea o la azúcar de mi pimienta (Si entienden a qué me refiero) así que tal vez acostumbrarme a la idea de que ya no seríamos tan unidos me costaría un poco. Pero bueno, lo mejor sería que comenzara a hacerlo.

Después de como dos horas, finalmente cerré el libro y me quité los lentes los cuales usaba para leer. No creo que mucha gente sepa esto, pero cuando eres albino tu vista tiende a ser un poco mierda y eso me hacía necesitar lentes a la hora de leer. De lejos no podía ver mucho, y no, eso sí que no se arreglaba ni con las gafas. Me levanté, me estiré un poco y decidí bajar a la pequeña sala de estar de la casa, en donde nuestros otros compañeros pasaban el rato. Ahí me encontré Theo y Ruppert, dos de los tres chicos que vivían en la habitación contigua a la mía. Ellos me sonrieron a penas me vieron y me llamaron.

— ¡Dylan! ¿Por qué es tan difícil verte? Somos vecinos y vamos a casi todas las mismas clases pero nunca te veo— exclamó Theo. Theo era irlandés, tenía unos bonitos ojos verdes y la piel oscura, eso junto con una extrovertida personalidad. Ruppert era un poco más callado aunque igual de agradable. Me gustaba lo rojizo de su cabello y las pecas que le cubrían el rostro.

—Es que he estado adelantando algo de tarea —expliqué, sintiéndome algo cohibido por lo poco acostumbrado que estaba a hacer amigos.

— ¿Tú eres compañero de Kang y de Valmont? ¿No?

—Sí.

— ¿Por qué no te uniste con ellos al equipo?

—Oh, no es lo mío —contesté, no podría ni imaginarme a mí mismo en un deporte así.

— ¿De dónde eres Dylan?—preguntó cambiando repentinamente el tema—, disculpa si sueno un poco entrometido, pero es que estoy acostumbrado a conocer la mayoría de las personas que estudian conmigo o saber de qué familia provienen.

No me extrañaba, ellos eran socialites. Theo era el nieto del primer ministro de Irlanda y la madre de Ruppert era una conocida empresaria. Ellos dos, como el resto de los hijos de personas influyentes que estudiaban ahí, carecían de una vida privada.

—De Londres, y supongo que no saben de qué familia provengo porque no es conocida.

—Les gusta la vida privada me imagino, porque dudo que los becados usen zapatos Balenciaga —comentó divertido mientras miraba mi calzado y yo me avergoncé un poco—. Hay algo en ti que me parece agradable Dylan, cuando estés aburrido puedes unirte a nosotros para jugar cartas y beber algo.

—Claro —contesté, sabiendo que no haría eso. No me apetecía meterme en un problema y que mi padre me terminase castigando por ello.

En ese instante, Kang y Ares entraron, por lo que me sentí salvado por la campana.

—Hola caballeros— saludó Ares. Traía el cabello húmedo, ropa deportiva y un bolso en donde guardaba sus cosas.

—Hola Valmont, justo estábamos diciéndole a Dylan que cuando estuviese aburrido podía unirse a nuestras reuniones de los viernes, ustedes también están invitados. Son privadas y de bajo perfil, como ya saben, no podemos meternos en problemas.

—Por supuesto que no, aquí todos tenemos una imagen que cuidar ¿Cierto muchachos?— Ares preguntó en nuestra dirección, a lo que tanto Kang como yo asentimos—, ahora si nos disculpan, tenemos que ir a hacer tarea.

Los tres nos despedimos y regresamos a nuestra habitación. A penas cerramos la puerta, Ares dejó su bolso por ahí y sacó una cajetilla de cigarros del bolsillo de su pantalón.

Atypical [Extraordinary #02] 《Editando》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora