Las cosas para YoonGi no habían sido nada agradables desde que su papá había decidido mudarse, no tenía más de unas tres semanas que eso acababa de pasar pero estaba seguro que su estancia en aquél pueblo no sería agradable.
Se encontraba frente a una máquina expendedora de dulces, una tormenta se había desatado mientras estaba en el supermercado comprando ingredientes que su padre requería. Inteligentemente decidió quedarse dentro de la plaza hasta que bajara un poco la llovizna, pero sus ganas de comer habían acabado con su paciencia y así es como ahora dramáticamente recargaba su espalda en la máquina expendedora dejándose caer al suelo.
—Estúpida cosa traga monedas, estúpida cosa roba gomitas, estúpida tormenta, estúpidas compras, estúpido papá, bueno, eso no, estúpida mudanza, estúpido YoonGi.—
Refunfuñaba ganándose una que otra mirada extrañada de las personas que entraban y salían de la plaza.
—Oh, Percy Jackson ¿Por qué me odias tanto?—
Una sombra apareció frente a él, alzó la vista topandose con un chico de sonrisa extraña con los cabellos castaños húmedos y una mano extendida hacia él.
—Hola, ¿Necesitas ayuda? Soy SeokJin.—
Frunció su ceño, su único estado de ánimo era enfado. Rodó sus ojos y volvió a enfocar su mirada en el mosaico el cual comenzaba a empaparse por la estúpida gente que transitaba de fuera hacia dentro.
—Supondré que tienes algún motivo para estar así pero vamos, los gatitos son amistosos y no amargados.—
Bromeó aquél chico, se tensó cuando lo sintió acercarse, sus pies metiéndose en el espacio de sus piernas. ¿Acababa de decirle cara de gato?
Soltó una carcajada amarga cuando lo vio usando la máquina, pobre estúpido, aquella máquina sólo servía para robar dinero, tal vez eso haga que se marche y deje de molestarlo. Sí,eso estaría bien.—Escuché que querías esto, ¿Puedo acompañarte a tu casa? La lluvia es agradable, no deberías esconderte de ella. De todas formas puedo prestarte mi sudadera.—
Sus labios separados formaron una pequeña o, pestañando le observó y no dudó en estirar su mano para sujetar el paquete de gomitas. Cualquiera caería ante las golosinas, no lo culpen, es débil. Gruñó cuando el paquete desapareció de su vista y una simple mano apareció en su lugar, la tomó para levantarse y SeokJin le pasó el paquete de gomitas ácidas para después agacharse a tomar parte de sus bolsas de compra. ¿Lo iba a asaltar luego de comprarle un paquete de gomitas? Vaya estrategia.
SeokJin era un desquiciado o un amante de la vida, se quedaba con la primera opción.
Lo había hecho correr cuadras y cuadras bajo la lluvia,claro que eso le había costado su sudadera así que él iba más abrigado pero la tela comenzaba a pegarse en su piel. Se detuvo en seco cuando Jin se cayó en un charco de agua, su rostro estaba completamente serio preocupado por aquel impertinente desconocido que luego terminó siendo uno de miedo al escucharlo reírse como si nada hubiese pasado.—¿Estás demente o algo así?—
SeokJin rodó sus ojos con una amplia sonrisa escuchando a su nuevo amigo, estaba seguro que se encontraba bien, fuera de haber tragado un poco de agua no había nada que no pudiera solucionarse y el prefería no preocuparse por los obstáculos que la vida le ponía.
—Probablemente. Vamos, ¿Dónde quedó tu espíritu aventurero?—
El chico con cara de gatito parecía una de esos abuelos enfadosos.
—¿Le llamas ser aventurero el estar por morirte?—
Agreguenle dramático a la lista de descripción de el chico.
—Ya relájate, los mejores momentos de la vida se van de nuestras manos por estar pensando en ¿Qué pasaría sí?—
Caminó pasos atrás del charco para tomar las bolsas de papel, tenía suerte que con tanta lluvia y el golpe no se hayan roto aún, las recomendaría para aquellas personas carentes de sentido que decían tener roto el corazón por alguna decepción amorosa.
—Si nuestro presente va bien, ¿Por qué perdemos el tiempo pensando tragedias para el futuro? O por el contrario, si nuestro presente es un asco ¿Por qué no hacemos algo para cambiarlo y dejamos de pensar en más miseria para el futuro? Es como si nos encantara vivir en el dolor, el mismo que nos inventamos sin darnos cuenta.—
Había dejado al chico bonito en silencio, decidió no decir nada más. Lo siguió hacia su casa, comenzaba a oscurecer y al caer la noche el frío aumentaba, genial, ahora extrañaba su sudadera.
—Es aquí, gracias por nada.—
Parpadeó cuando las bolsas le fueron arrebatadas, la puerta se azotó contra su cara hasta que escuchó una discusión dentro de la casa. Todo fue tan rápido que había tardado en reaccionar la situación en la que se encontraba, el padre de el chico había abierto la puerta y lo invitó a cenar con ellos por el amable gesto de llevar a su hijo.
¿Quién en su sano juicio hace eso sabiendo cómo está la delincuencia? Claro que él no sería capaz ni de empujar a un niñito para quitarle sus juguetes.—Te dejé una toalla con ropa interior nueva, unos pantalones un poco grandes y una sudadera. Tal vez no sea tu estilo pero no soy tu estilista, pondré a lavar tu sudadera.—
El chico era un poco demasiado gruñón para su gusto, podía negarse a quedarse a cenar pero realmente ¿Qué podía hacer viviendo sólo? Prefería perder el tiempo acompañado que estar tumbado en la soledad de su frío hogar.
No le duraría mucho aquél disgusto de estar solo, sus padres tenían poco de haber fallecido en un accidente automovilístico y tarde o temprano sus familiares se darían cuenta que él se quedó solo. Sus Hyungs lo habían protegido cuando querían llevarse a un centro de niños huérfanos diciendo que se harían cargo de él.Estúpidos Hyungs, estúpido Yoongi por querer tiempo a solas con su prometido y estúpido SeokJin por no meterlo a su maleta cuando viajaban.
—Los extraño.—
Las cosas se habían calmado un poco, luego de que su padre soltara comentarios insinuando que ellos dos serían una linda pareja, a decir verdad el chico no estaba nada mal y su padre no pararía hasta lograr algo entre ellos. No sabía como reaccionaria TaeHyung ante esto, podía ser un jodido homofóbico y su padre hablando sin miedo a nada. Para él esto era normal, parecía que su pasatiempo preferido era buscarle novio a él o a su tío. Negó suavemente con su cabeza mientras probaba bocado volteando a ver al mayor, el cual se encontraba sonriendo mientras observaba la pared, extraño...
Subieron a su habitación y jugaron videojuegos por un largo rato, había perdido la noción del tiempo cuando TaeHyung había aceptado pasar la noche con ellos.
—¿Por qué demonios eres tan buena en esto?—
Exclamaba con enojo, él siempre había sido bueno en todo, no había algo que le saliera mal o persona que le ganara. Comenzaba a frustrarse.
El contrario sólo encogió sus hombros e inició una nueva partida.
Esto no se quedaría así o claro que no, esperó el momento adecuado mientras jugaba y se lanzó encima de el mayor para besarlo torpemente, se separó al sentir un destello de luz, mataría a su padre cuando el chico se fuera.—Gané de todas formas.—
Frunció el ceño ladeando su cabeza, volteó rápidamente a ver el televisor y comenzó a maldecir mientras tomaba un cojín para golpear al sonrisa de Minecraft.
Una bella historia de amor comenzaría a surgir apartir de aquel encuentro torpe, ¿Cuántas bellas historias y bellos momentos no nos hemos perdido por estar encerrados en nuestras desgracias?