19

3.7K 371 25
                                    

Perdón, por la tardanza, estuve fuera por unos cuantos días, se que tampoco he actualizado mis otros fics pero denme un poco más de tiempo. Igual la universidad me consume. 🤧😭.

Én fin, este capítulo es un poco corto, así que si veo bastante apoyo subiré otro capítulo. Nos leemos pronto. 🤗💕

--------

Dome tenía todo su cuerpo sumergido bajo el agua en la tina de su baño. No se movía, sólo miraba el techo sin expresión; no se estaba comportando como siempre lo hacía. 

No podía. No se sentía con su ánimo intacto. 

Nine siempre estaba ahí para él, dispuesto a ayudarle a solucionar cualquier problema. Y ahora no podía hacer nada para ayudarle, sólo darle su apoyo.

Sorbió la nariz. Posiblemente estuviera llorando, pero ni siquiera él mismo lo notó, ya que sus lágrimas fueron mezcladas con el agua que lo cubría. 

Tres golpes suaves en la puerta del baño resonaron a lo lejos, pero su mirada se mantuvo en el mismo punto del techo, la persona tras la madera insistió. 

-¿Dome? 

-Está abierto... 

Respondió por inercia, no había tomado atención a la voz. Pavel abrió y asomó la mitad de su cuerpo. 

 -¿Ya estás listo? 

Dome volteó su rostro hasta el mayor y negó. Phoom formó una sonrisa triste y entró por completo al pequeño cuarto, se arrodilló a un lado de la tina y con sumo cuidado le acarició el cabello húmedo al menor. 

-¿Qué sucede, Domie? 

-Me siento demasiado intranquilo, P'

Pavel tomó el shampoo de un costado, echó un poco en su mano y lo aplicó en el cabello ajeno, dándole suaves masajes. 

-¿Es por Malai? 

-Sí. 

-Tranquilo -enjuagó con mucho cuidado el suavecito cabello, preocupándose que no le fuera a caer la espuma en los ojos-, ella es una bebé muy fuerte, ¿cierto? 

Dome asintió, aún con esa angustia rondando por su cabeza, pero quería creer en las palabras de Pavel. Quería convencerse a sí mismo que Malai era lo suficientemente fuerte como para salir adelante. 

Existen muchos casos de bebés prematuros que logran recuperarse y crecen sanitos, pero su preciosa maní ya había sufrido un paro cardiorrespiratorio cuando nació e incluso desde antes, sabía que la ginecóloga había visto algo mal en la nena pero no dijo nada. Agregando a éso la alteración que tuvo Nine que obvio le elevó la presión arterial. 

Así como habían casos exitosos, también lo habían fallidos.

Estaba en silencio, sus ojos ahora contemplaban al chico que enjabonaba su torso y brazos, usaba demasiada ternura, una que jamás podría explicarle a nadie. Porque nadie podría imaginarse a ése chico tan chillón, asustadizo y proveedor de sonrisas, siendo tan gentil y cuidadoso con un muchacho que sólo mantenían una relación de amigos con leves beneficios. 

 ~ o ~

El ambiente estaba frío. 

Gulf frotaba sus manos entre sí, salió tan rápido de su departamento que olvidó llevarse un abrigo, además las enfermeras llamaron para informarles que Nine había tenido una crisis nerviosa. 

Se asustó demasiado, incluso dejó a Dome en el departamento, aunque Pavel se quedó cuidándolo. 

Las cosas para Kamawut estaban bastante difíciles. Frente a él, el menor de sus amigos dormía con el ceño fruncido y una mano reposando en su hinchado vientre, quizás ni siquiera en sus sueños podía estar tranquilo. Dome no se estaba comportando con esa actitud tan extravagante y divertida, no parecía él, sus ojos se mantenían hinchados desde la noche anterior por culpa del llanto que le costó tanto cesar. 

Era injusto. Las dos personas que cuidaron de Gulf no se encontraban bien y él no podía hacer nada para ayudarlos, sólo cuidar de ambos y esperar...

Nine parecía que no despertaría hasta largo rato, y el frío cada vez penetraba más en sus huesos. 

El pomo de la puerta se giró, Gulf miró rápido con la esperanza de que se tratase de Dome, sin embargo, el que entró a la pequeña habitación fue Mew con dos vasitos en sus manos. 

El mayor se acercó y le entregó uno de los vasos. El envase incluso estaba bastante calientito.

Kanawut sonrió y agradeció por el gesto. Mew había sido el que llevó a Gulf al hospital y durante el camino no se dirigieron la palabra, aunque era casi obvio, ya que el menor llevaba el alma en un hilo por la repentina llamada del hospital. 

Pero en ése momento, con la tranquilidad de que Nine estaba profundamente dormido, se atrevió a hablarle más que nada para agradecerle. 

Gulf seguía sintiendo frío, menos que antes, gracias al café que le dio el mayor. 

Estaban en silencio, Mew jugueteaba con sus propios dedos mientras que el otro se aseguraba de que Nine estuviera bien acobijado. 

Entonces Kanawut sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, dejó el vaso ya vació sobre un pequeño velador con las pertenencias de Nine, junto sus manitas y volvió a frotarlas en busca de calor. 

Suppasit lo notó. Bajó la cremallera de su abrigo y se lo quitó, no tenía expresión en su rostro, pero fue un gesto bastante dulce cuando acomodó la prenda en la espalda del menor. 

Gulf sólo abrió grande sus ojos con un gran rubor en sus mejillas, su mirada estuvo posada en Mew hasta que éste se acercó a la ventana. Esbozó una tenue sonrisa y se acomodó mejor el abrigo que brotaba un delicioso aroma. 

Le agradaba bastante. Ni siquiera notó que el mayor lo estaba mirando como olía con una sonrisa el cuello del abrigo. 

Como una estrella. || Joongnine - MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora