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Weno, lo prometido es deuda. 😘💕🤧
Así que aquí está otro capítulo. Qué por cierto. Preraren sus pañuelos. 🤧

Vale, a petición de vários, he decidido cambiar al Earth. Y será el de siempre(?)

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Habían pasado cuatro días desde el nacimiento de Malai.

Nine a veces era prácticamente obligado a comer, incluso Dome le advertía que si no comía por sí solo se lo daría en la boca como a los niños pequeños.

Insistía en ver a su hija, pero sus peticiones siempre eran negadas. Recibió la visita de Kin, la enfermera que le permitió conocer a Malai. Le había llevado una encantadora sorpresa: una fotografía de la bebé.

Le platicó de su estado y lo bien que la nena estaba recibiendo el tratamiento, le alentó contándole lo fuerte que era. Ése día Nine por fin había sonreído.

Pero ahora se le hacía imposible esbozar la más tenue sonrisa. Durante la noche tuvo una pesadilla, una en la que revivía el momento donde su angustia comenzó: se veía a sí mismo en la cama, brotando sangre entre sus piernas, sintiéndose morir por el dolor físico y emocional. 

Despertó con lágrimas en los ojos y un respingo que casi despierta al moreno que dormía a su lado, incómodo en una silla. Desde ése momento no se ha sentido tranquilo, la angustia había estado más latente que los días anteriores. 

Estaba sintiendo nuevamente esas ganas por desconectarse todo lo que tuviera en sus brazos y manos, pero a su lado un lloroso Earth -quien se enteró que Nine estaba en el hospital gracias a Dome- le ayudó a contenerse. 

Pese a que la señora Thirapat estuviese también hospitalizada, Earth se daba el tiempo de visitarlos a ambos. 

El reloj en la pared marcó las cinco de la tarde, había comenzado a llover. Nine había logrado un poco más de tranquilidad, Dome y Earth "peleaban" por un empaque de galletitas óreo, mientras que Gulf escribía algunos apuntes en la libreta de Nine para que éste no se perdiera ninguna materia. 

Había como melodía ambiental el sonido de la lluvia caer y dos chiquillos tontos adueñándose de la mitad de la galleta que contenía cremita. 

Dieron tres toques en la puerta y entraron sin pedir autorización, era el doctor Kimmon con las manos en los bolsillos de su bata blanca y una encantadora sonrisa. 

Preguntó a Nine sobre su día y como se había sentido, aunque obviamente el menor mintió diciéndole que estaba "mejor". El médico se encargó de revisarlo y asegurarse que realmente estuviese bien, luego de eso le informó que le daría el alta. 

También le recetó unos cuantos medicamentos y justo cuando se disponía a salir, una enfermera entró corriendo junto a un rostro lleno de angustia. 

-¡Doctor, tenemos una urgencia!

Earth abrió amplio sus ojos por semejante susto que le dio la fémina. 

-La bebé Kornchid... -fue interrumpida por el brazo de Kimmon, quien se llevó a la chica fuera de la habitación, más bien para dirigirse a la urgencia. 

-M-malai -murmuró Nine con una expresión de terror. 

Gulf se acercó rápidamente -antes que al menor se le ocurriera cualquier locura- y lo abrazó con fuerza. 

-Sshh, estará bien... 

Le susurró intentando darle tranquilidad, aunque su corazón acelerado le delataba su obvia angustia. 

~ o ~

Joong exhaló el humo del último cigarrillo que le quedaba. Una cajetilla sólo le duró dos horas. Mew a su lado lo miraba con el entrecejo fruncido y Pavel sólo se limitaba a rascar su cabeza. 

-Si sacas otra cajetilla más juro que la pisotearé frente a tus ojos, en serio, basta. -advirtió Suppasit. 

El moreno rodó los ojos y apoyó su espalda en el cómodo sofá de su casa, sus amigos llevaban tres horas ahí, regañándolo, pero poco había oído. 

-No me pongas esa cara de hastiado. Yo te lo advertí y tú no me hiciste caso, como siempre. 

-Ya lo sé, P'Mew. Soy un idiota...

-Eso también te lo dije. 

Pavel codeó a Mew con una mirada reprobatoria y negó. 

-Escucha Joong: sé que te sientes agobiado y todo eso, pero encerrado aquí no lograrás nada, y mucho menos fumando varias cajetillas -habló Phoom.

-Nine no quiere verme ni siquiera en pintura.

-Lo sé, pero debes hablar con él y aclararle que estás arrepentido. De todo modos están unidos por su bebita...

Joong asintió y suspiró. 

Pavel se levantó de su asiento y se dirigió hasta la cocina, sacó una botella de jugo de naranja del refrigerador y sirvió un poco en un vasito. Cuando se estaba llevando el líquido a la boca, su celular sonó anunciándole un nuevo mensaje. 

En la sala de estar los chicos charlaban con rostros serios, probablemente estuvieran hablando de Nine o la bebé, hasta que llegó Pavel corriendo, con sus ojos bien abiertos. 

-¡Joong! 

El moreno miró asustado por el repentino cambio en su amigo. 

-Malai se puso mal -soltó. 

Entonces algo se vio roto en los ojos de Joong. 

Como una estrella. || Joongnine - MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora