Una estrella fugaz.

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Pero lo que no sabe es que Aleska está aterrada, por así decirlo, tiene miedo a que su corazón sea destruido, sin saber que con lo que está a punto de hacer, no solo romperá su propio corazón, también el de Álvaro.

La noche se avecinaba, habían pasado tanto tiempo hablando en aquella cafetería, que ya estaba oscureciendo. Las pocas personas que caminaban cerca de ellos, solo los ignoraban.

Se separó de Álvaro, unas lágrimas querían amenazar con salir de sus ojos, pero las seco rápidamente con su mano, cosa que no salió desapercibida para el chico.

_S-solo aléjate de mí Álvaro —su voz amenazaba con quebrarse, pero ella trataba de ocultarlo— o chico de las cartas, quien quiera que seas.

_No Aleska, prometí no rendirme, y yo cumplo las promesas —quería avanzar hacia Aleska, pero su cerebro se negaba a hacer eso.

_Solo aléjate, hablo enserio. —y sin esperar respuesta por parte del chico, se dio la vuelta y se fue corriendo.

Eligió huir como cobarde, antes de arriesgarse a salir con Álvaro, un chico que de verdad lo ama.

Y Álvaro, bueno... él está destrozado, pero intenta hacerse el fuerte, en su garganta un gran nudo estaba formado, tenía una gran opresión en el pecho y sus ojos se llenaban de lágrimas, que él se negaba en permitir que salieran.

Dicen que un corazón roto es el mayor dolor que una persona puede experimentar, sientes que mueres por dentro lentamente, y tu mente se pone en tu contra haciéndote recordar miles de veces el momento exacto en el que te sentías como te rompías, solo quieres llorar o destruir todo a tu alrededor, desaparecer. Y aun con todo el dolor que cargas encima, tu corazón sigue amando a esa persona, haciéndote sentir miserable y que no eres suficiente.

Dio una fuerte respiración, dejando salir parte de la frustración y dolor que sentía. Se dio la vuelta y camino en dirección contraria a la de Aleska. Por un momento se detuvo y miro atrás, solo para ver que ya no había ningún rastro de la chica.

Y así siguió caminando, sin una dirección específica, solo camino, a donde sus pies lo llevaran.

...

_Con que aquí estabas —hablo Luis, quien al instante se sentó en el césped junto a su amigo.

Luis había visto a Aleska corriendo por el campus de la universidad, al instante supo que tenía que ir a buscar a Álvaro, algo le dijo que andaba mal. Estuvo toda la noche buscándolo, hasta que lo encontró a las tres de la madrugada.

Estuvo toda la noche acostado en el césped de un parque, que queda a quince minutos de la universidad, el lugar estaba bien alumbrado y solitario, el poco viento que había hacia que una de los columpios cercanos se moviera unos centímetros, provocando que se escuchara un breve chirrido. Álvaro estaba boca arriba, con los brazos sobre su cabeza utilizándolos como almohada, su mirada estaba fija en el firmamento, el cual brillaba más que nunca.

_Estuve buscándote toda la noche. Veo que sigues vivo —intento bromear, pero Álvaro ni se inmutaba, solo miraba las estrellas, como si fuera lo más interesante que jamás había visto— estaba por darme por vencido, cuando mire hacia acá y vi que un idiota acostado que miraba las estrellas, enseguida dije: es Álvaro.

Álvaro lo miro de reojo, pero enseguida devolvió su vista a las estrellas.

_ ¿Qué tanto miras al cielo? ¿Hay un platillo volador o qué? —por más que intentaba animar a Álvaro, y hacerlo reír, era imposible.

Algo se había apagado en Álvaro, esa chispa que lo hace ser él se estaba desvaneciendo, dándole espacio a la tristeza.

_Vamos a la universidad Álvaro, antes de que pilles un resfriado —se levantó del piso, pero el de ojos marrones claro no le hizo caso— ¿Álvaro, estás bien?

El antes nombrado cerró los ojos y suspiro— Sí, estoy bien. —fue lo único que dijo.

Él sabía que su amigo podía estar de todo menos bien. Lo conoce perfectamente, su amigo esta lo que le sigue a triste.

_Al juzgar por como estás, creo que tengo una idea de lo que paso.

_Me dijo que me alejara de ella, solo porque le confesé que soy quien le da las cartas. Nunca debí haberlo hecho. —Abrió los ojos y miro a Luis— vine aquí porque estoy esperando a que pase una estrella fugaz, mi hermanita dice que cumplen deseos, tal vez le pueda pedir que ella me ame.

_Ella no es la única Álvaro, apostaría que hay miles de chicas que amarían estar contigo. Tienes muy lindos sentimientos y no eres feo. Además, esto no lo escuchaste de mí, pero juraría que Elena está enamorada de ti —susurro, a pesar de que estaban solos y era imposible que alguien más los escuchara.

_El problema es que solo tengo ojos para ella. Aleska, mi chica ruda. —se levantó del piso, ya no quería seguir mirando a las estrellas, por alguna razón le recordaban mucho a Aleska.

_Vámonos Álvaro, tienes que ir a dormir.

Esta vez el chico no se opuso a la petición de su mejor amigo. Ambos se pusieron en marcha a la universidad.

Álvaro dio una última mirada al cielo, encontrándose con aquella estrella que tanto anhelaba ver, y pidió aquel deseo.

Ese deseo que tanto su corazón, como él, quería que fuese realidad.

Sin saber que ya se había cumplido.

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#2020ConFlojera.

Este 2020 lo empece con tremenda pereza XD

Espero que les haya gustado el capitulo, quería avisarles que falta poco para el final.

Pero ustedes tranquis, yo nerviosa ¿ok?... les tengo una sorpresa que les va a gustar, o eso espero.

Cartas para la chica ruda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora