Hasta la próxima.

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¿A ustedes les gustaría ver una película junto a la persona que más aman?

Pues eso es lo que hicieron, durante toda la tarde y toda la noche, ver películas, comer golosinas y besarse de vez en cuando, mientras estaban acurrucaditos en la cama con una frazada para entrar en calor.

¿Qué? ¿Creyeron que habían hecho otra cosa? Que mente tan dañada la que tienen.

Ellos no estaban preparados para llegar a ese punto en su... ¿relación? Ni siquiera sé cómo llamar a lo que tienen ellos dos, técnicamente nunca rompieron de manera oficial, así que de cierta forma seguían siendo novios ¿no?

Querían pasar el poco tiempo que les quedaba junto. Pero el tiempo paso volando, ya había amanecido, lo que significaba que la chica tendría que irse.

Con las maletas ya hechas, Aleska salió de su habitación, junto a Álvaro. Fueron hasta la parada de autobús, que la llevaría al terminal y de ahí a su casa.

Ya en la parada ninguno sabía qué hacer, es que ¿Cómo te despides de la persona que más amas? ¿Cómo le dices adiós, sin quebrarte por dentro? ¿Cómo dejar ir a una persona muy importante para ti, sin saber si la volverás a ver o no? Nadie quiere hacer eso.

Sentados en una banca estaban los dos, extrañamente eran los únicos allí, lo que era buena ya que así podrían despedirse sin ningún tipo de interrupción.

_Bueno... —dijo, sin saber que decir con exactitud, no quería despedirse. Se acomodó en el asiento para poder mirar a Álvaro— creo que esto es un adiós ¿no? —hizo el ademan de sonreír, pero en su lugar apareció un mueca de tristeza.

_No —dijo con calma, y una apenas visible sonrisa, coloco su mano sobre la de Aleska, la cual reposaba en la banca, entrelazaron sus dedos, cosa que hizo que los dos sintiera un repentino hormigueo tanto en sus manos, como en su estómago. Ese pequeño toque desataba muchas sensaciones en ambos— es un "Hasta la próxima" no te escaparas tan fácil de mi —le guiño el ojo, tratando de parecer coqueto, pero nada le quita lo tierno a Álvaro.

_Álvaro, te prometo —es raro escuchar a Aleska prometer algo, ya que ella sabe que las promesas deben cumplirse. Por eso cuando ella prometía alguna cosa, lo cumple, cueste lo que le cueste— de corazón —llevo su mano libre a su pecho— buscarte en el futuro, no importa en donde sea que vayas, te encontrare. Tú tampoco te escaparas de mí.

_Te estaré esperando —la sonrisa de ambos se iba ensañando poco a poco. Sus ojos brillaban demostrando la felicidad que sentían de estar juntos, aun cuando solo duraría unos pocos segundos.

_Más te vale, estoy dispuesta a patear a cualquiera que intente alejarte de mí —bromeo, el chico carcajeó por solo imaginarse a Aleska golpear a alguien, él bien sabe que ella es capaz de eso.

_Nadie lo lograra. —Dijo con sinceridad— Solo tengo ojos para ti, lo digo enserio.

_Tienes mi número de teléfono —dijo al ver que el autobús ya estaba en la esquina— escríbeme todos los días.

_Eso haré, todos los días te daré los buenos días. —se levantaron de la dichosa banca, Álvaro tomo la maleta de Aleska y el bolso que ella llevaba en su espalda— Casi lo olvido —metió la mana en el bolsillo trasero de su pantalón y saco lo que guardaba en este— toma —tendió su mano para entregarle la carta— es la última carta, léela cuando llegues a tu casa, y cada vez que creas que me estoy olvidando de ti... la vuelves a leer, no la pierdas.

La chica la tomo, y la miro con cierta nostalgia. Quién diría que terminaría amando las cartas que muchas veces odio, le devolvió las anteriores a Álvaro porque sabía que de tenerlas, lloraría cada vez que las viera. Pero decidió quedarse con esa, después de todo era la última carta.

"La última carta" esas palabras hicieron eco en su mente.

Él autobús se detuvo frente a ellos y Álvaro subió la maleta a este.

_No la perderé, hasta la próxima, chico de las cartas. —golpeo amistosamente su hombro.

_Hasta la próxima, chica ruda.

Se dieron un abrazo, y Aleska subió al autobús, el cual arranco enseguida.

Acomodo rápidamente la maleta en su asiento, y camino hacia la ventanilla de la parte de atrás. Desde ahí pudo ver como Álvaro agitaba su mano en forma de despedida. Ella hizo lo mismo.

Con cada segundo que pasaba más se alejaban del otro, cada vez haciéndose más difícil que se vieran, cada vez rompiéndoles más el corazón.

Dos corazones que se aman, dos almas destinadas a estar juntas, dos pequeñas estrellas en el manto del firmamento estelar, los protagonistas de su historia.

"Aun sabio una vez dijo: si conoces a la persona correcta en el momento equivocado, la vida volverá a juntarlos"

Eso es lo que ambos esperaban, que en algún momento la vida los vuelva a juntar.

Quedándose ahí hasta que ya no pudo seguir viéndolo más, en ese momento no pudo aguantar, y dejo salir aquellas lagrimas que había guardado para que Álvaro no la viera llorar. Sintió como su corazón se encogía y se rompía en trillones de pedacitos.

Pero esa tormenta en la que acababa de sumergirse, fue detenida por uno rayo de sol, o en este caso: por un mensaje de Álvaro.

Y si Aleska se siente así, mejor ni les cuento como esta Álvaro.

Álvaro❤: Ya te extraño.

Sin darse cuenta, ya estaba sonriendo.

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Hola, les mando un abrazo psicológico a todos.

Mañana publicare el final de esta historia, pero no se depriman tendrá segunda parte.

Así es, estoy preparando la segunda parte, por eso había tardado en publicar, ya tengo lista la portada y todo.

También quería darles un agradecimiento por los votos y los comentarios que dejan, no saben lo feliz que me pongo cada que leo sus comentarios o veo sus votos.

Bye, bye.

Cartas para la chica ruda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora