Sentimientos confusos.

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El viento chocando contra su rostro, la adrenalina apoderada de su cuerpo y el sudor goteando de su frente, mientras corría detrás de aquella pelota de fútbol. Va directo a la portería, haciendo trucos y pasando el balón a sus compañeros, para evitar que fuese tomado por el equipo contrario.

Ya estando cerca de la portería, su compañero le lanzo la pelota al encontrarse rodeado, esta hizo el movimiento de patearla a la derecha, para cambiar la trayectoria a ultimo segundo, logrando meter un gol.

Salto con entusiasmo y empezó con su baile de la victoria, el cual consistía en moverse de un lado a otro en la cara del equipo perdedor, mientras hacía morisquetas.

Miro a las gradas disimuladamente, siempre lo hacía, sabe que lo está buscando. Él está ahí cada vez que está jugando, y esta vez no sería la excepción.

Sus miradas se encontraron, provocando que el corazón de la chica latiera con fuerza. Casi de inmediato fue corriendo torpemente a donde están sus cosas, las tomo y se fue de camino a las duchas, para evitar la tentación de querer seguir mirándolo.

...

Ya en su habitación, luego de una relajante ducha, decidió hacer una tarea de matemáticas. Y así paso un rato de la tarde hasta que llegaron sus amigas y le hicieron imposible continuar lo que hacía.

_Aleska —canturrearon las dos chicas al mismo tiempo.

_ ¡Ay, no! Cada vez que hacen eso terminamos en discusión —se quejó, pero sus amigas la ignoraron.

_Adivina que hora es —pregunto Verónica en tono de burla.

_No sé —tomo su teléfono y desbloqueo la pantalla para poder ver la hora— son las 4.

Ambas chicas miraron a Aleska, esperando a que su mente maquineara, y les dijera el significado de esa hora.

_Dejen de mirarme así, me incomodan —miro a otro lado ignorando a sus amigas— son las 4, que yo sepa a esta hora no hay nada interesante, más que... —se quedó callada.

_Ya le volvió a funcionar el cerebro —comento Nancy.

A las 4 de la tarde, su admirador siempre deja las notas en su casillero. Aleska ya se había acostumbrado a ir a buscarlas a esa hora, pero por estar haciendo tarea había olvidado por completo ese detalle. Aunque cada vez que tenía la oportunidad, le decía que quería que dejara le de escribir, era mentira, ese era su pasatiempos favorito, leer las hermosas cartas que aquel chico le dejaba, hacía que su corazón se encogiera.

Tan llenas de romance, de sentimientos puros, de sinceridad, y sobre todo, escritas solo para ella. Saber que alguien se esforzaba para escribirle una carta todos los días, era un gesto muy lindo.

Pero de alguna forma, ella no quería recibir más esas cartas, ya que hacían que sus sentimientos se volvieran confusos.

¿Acaso sentía algo por aquel chico de las cartas? No lo quiere aceptar, pero la respuesta se inclina más a un "si". ¿Pero qué pasa con Álvaro? Desde que lo vio se ha sentido atraída hacia él, a veces le gusta verlo disimuladamente cuando estaban en clases, pero no fue hasta hace unos días, cuando la invito a salir, que hablo por primera vez con él, sin contar las veces que le pedía la hora. Sus sentimientos hacia Álvaro no los tiene completamente definidos, pero de lo que está segura es que: está loca por besar sus labios.

Se siente atraída hacia dos chicos, lo que hacía que sus sentimientos fueran confusos. Lo que no sabe es que ambos chicos son el mismo.

_ ¿Me acompañan a buscar la carta? —pregunto Aleska.

_Solo si prometes no romperla esta vez —pidió Verónica.

_Si, si, como sea. —tomo una chaqueta, se la coloco, y salieron a buscar la dichosa carta.

...

Decepción, desilusión, frustración y tristeza.

Eso y más fue lo que sintió Aleska, al abrir su casillero y no encontrar nada.

Luego recordó lo que le escribió el chico en la última carta que le envió.

"Creo que dejare de escribirte por un tiempo" ella no creyó que lo decía enserio.

Y su respuesta para el chico ante esto fue:

"Me alegra saber que dejaras de escribirme, ya no tendré que seguir rompiendo tus cartas."

Ahora se arrepiente de lo que le respondió. "Creo que dejare de escribirte por un tiempo" "un tiempo" ¿Cuánto tiempo se supone que sea eso? ¿Dos días? ¿Un mes?

_Aleska ¿estás bien? —pregunto Nancy, preocupada por su amiga, la cual se había quedado perdida en sus pensamientos.

_No te envió ninguna carta, verdad —dijo Verónica, más como afirmación que como pregunta.

_Yo le he estado pidiendo que me dejara de escribir —se encogió de hombros restándole importancia. Cuando en realidad se sentía muy triste, pero no iba a demostrar que eso le afecto un poco.

_Además, quiero salir con Álvaro, y con ese chico escribiéndome cartas, él podría sentirse celoso —saco el libro de Álgebra.

Ambas chicas se miraron con complicidad.

_Vallamos a clases, tal vez me siente a su lado —cerro el casillero, el gesto de tristeza en su cara era obvio— digo... si es que no está con su amigo.

"¿Cuándo me volverás a escribir chico de las cartas?" se preguntó a sí misma.

Cartas para la chica ruda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora