Kurogiri, Tomura e Izuku brincaban de tienda en tienda para poder comprarle ropa al más pequeño. Tomura, a diferencia de Kurogiri, no quería aceptar que se había encariñado con el niño, y es por esta razón que se gastó todo el dinero que había recibido para las necesidades del pequeño.
Ya eran las 2:00 de la tarde cuando Kurogiri logró convencer a Tomura para regresar al bar, ya que si seguían así tambien se gastarían el dinero ganado en la noche anterior. Antes de poder salir de la plaza, Izuku se percató de un enorme cartel publicitario, los colores tan alegres que lo decoraban pudieron atraer la atención del pequeño, por lo que se quedó enfrente del anuncio.
—¿Quién es él? —tomó el dedo meñique de Tomura.
El joven llamado se detuvo y miró a dónde apuntaba el niño. El anuncio que veía Izuku mostraba a un hombre fornido, de cabello rubio y con una enorme sonrisa mientras levantaba el dedo pulgar en señal de aceptación.
—Es All Might —contestó con odio.
—¡Es increíble! —respondió el pequeño Izuku con diversión.
—No lo es —el rostro de Tomura oscureció—. Solo es un imbécil, cree que puede salvar a todos, pero no es así, por supuesto que tiene el poder para hacerlo, pudo habernos salvado a ambos, pudo haberte salvado a ti, pero no lo hizo, en vez de eso te dejó sufriendo en aquel lugar y nunca pensó en ir por ti. Solo es otro idiota que se posiciona sobre el resto de nosotros, y el hecho de que le digan que es el símbolo de la paz infla más su ego —escupió con rabia.
Tomura había dicho todo esto por su propio odio al héroe #1, no sabía que estás palabras habían tenido un gran peso sobre el pequeño, pues haberle dicho que no quiso salvarlos era solo para hacerle aceptar sus creencias y metas.
—Ya veo —Tomura volteo a ver a Izuku, tenía una mueca horrible que reflejaba su ansia y necesidad por matar a alguien—. Tomura-kun, te prometo que algún día la cabeza de All Might rodará ante mis pies y que su sangre bañará mis manos.
La sonrisa sádica de Izuku se dibujó también en el rostro de Tomura.
—Estoy ansioso porque ese día llegue, Izuku-chan.
Y así Kurogiri, siendo testigo de todo, vio nacer la promesa del pequeño Izuku, la promesa que dictaba que algún día el símbolo de la paz sería erradicado a manos de un niño.
Después de aquella plática, el trio se dirigió a la salida de la plaza para poder atravesar un portal creado por el mayor, ese era su Don —muy práctico ¿no?—, cuando el último atravesó la puerta negra se adentraron al bar.
—Ve a dejar todo a tu cuarto —le ordenó a Izuku.
—¡Claro! —contestó alegre. La actitud de psicópata que había adoptado hace unos pocos minutos había desaparecido por completo.
—Una cosa más —el peliverde se detiene para dar vuelta y ver a los ojos al peliceleste— ¿cuál es tu Don?
Ante la pregunta el rostro de Izuku se entristeció, parecía no querer responder a la pregunta, pero era Tomura quien quería saber, no podía negarle nada a la persona que lo había salvado, no era tan descarado.
—No tengo —respondió al fin.
Tomura y Kurogiri se sorprendieron con la respuesta, pero no querían hacer sentir menos al niño por lo que disimularon su asombro.
—¿Quisieras tener una singularidad? —volvió a preguntar.
—¿Es posible? —todo su cuerpo irradiaba una luz de esperanza, era débil, pero ahí estaba.
—Déjamelo a mi —terminó por decir el chico.
—¡Sí! —gritó con alegría el pequeño, se giró sobre sus talones y salió corriendo hacia su habitación.
—La promesa no es vacía, ¿cierto, joven Tomura?
—Claro que no, me encargaré de darle un lugar en este mundo de mierda —sonrió ante lo que acababa de decir—. Todos sabrán de él, y los héroes lamentarán no haberlo salvado antes —una carcajada ronca y falta de empatía fue producida por el peliceleste.
—De acuerdo. Iré a preparar la comida —Kurogiri dio una pequeña reverencia y siguió los pasos del pequeño.
Tomura se aseguró de estar solo, tomó su celular y volvió a marcar el número de hace unos días. Esperó a que contestaran, pero no le dio la oportunidad de hablar.
—Izuku-chan no tiene singularidad —a pesar de no querer que se notara su tristeza, su voz lo delató.
—Yo me encargo, te enviaré las sustancias lo antes posible.
— Se lo agradezco. —Colgó y guardó su móvil. Las piezas comenzaban a moverse gracias a esa simple llamada.
Esa misma noche, antes de abrir el bar, un paquete llegó al lugar, estaba dirigido a Tomura. Abrió la caja y vio 21 ampolletas con un líquido negro y un papel al lado de todo "haz que se tome una en la mañana, una en la tarde y en la noche".
—3 por día —dijo para sí mismo.
—¡Joven Tomura, la cena está lista, por favor suba! —Kurogiri gritó desde la bodega.
—¡Voy! —tomó la caja con las ampolletas y se dirigió al comedor.
Al llegar, se sentó al lado de Izuku, quien ya estaba comiendo.
—Izuku-chan.
—¿Qué pasa? —el pequeño dejó de comer y prestó completa atención al mayor.
—Este mundo es muy injusto, juzga a las personas y las condena sin tomar en cuenta como es con los demás —Kurogiri dejó la comida de Tomura frente a él y este se dispuso a comer— te condenó a ti, siendo un niño amable, a vivir sin singularidad y eso es una realidad, —al escuchar esto Izuku bajó la mirada con pesar— y la realidad no es algo que se pueda modificar tan fácilmente, pero en tu caso —levantó el rostro del niño— la moldearemos a nuestro antojo.
—No comprendo —respondió el niño confundido.
—Tomarás esto tres veces al día —le mostró una de las ampolletas— y lo harás por un tiempo.
—¿Qué es eso? —la curiosidad de Izuku eliminó todo rastro de tristeza.
—Es lo que te ayudará a tener un Don —comenta sin ánimos.
—¿¡Enserio!? —la alegría reinaba una vez más en el pequeño.
—Trae un vaso de agua —se dirigió a Kurogiri.
El nombrado tardó un segundo para cumplir la orden.
Tomura tomó el vaso y se lo dio a Izuku junto con la primera ampolleta.
—Tómala.
Izuku obedeció y bebió la ampolleta de un trago, segundos después su rostro mostró asco, parecía que el líquido tenía un horrible sabor.
—Debe saber muy mal si te hace poner esa cara —se burló Tomura.
—Creo que se la tomaría sin tantos problemas si la unto en su comida —opinó Kurogiri mientras se sentada delante de ellos.
—No, no sabemos si hacer eso anula el efecto de la sustancia.
—Está bien así, Kurogiri —interviene Izuku mientras mira al mencionado—. Si tomar esto me dará una singularidad, soportare el sabor —su voz estaba llena de orgullo y decisión.
—El mocoso ya lo ha decidido —replicó Tomura.
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Editado: 31.03.22
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Perdido
FanficEl mundo está dividido en dos colores: el negro, que representa el mal y el blanco, donde gobierna el bien; y aún teniendo está división clara existe un chico de un tono gris. A ojos de su hermano es un arma mortal, a ojos del héroe número 1 es un a...