Abril 13. Parte 1 Caminos Separados: Un Paseo de Chicas

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Mientras el reloj marcaba la 1:15 a.m. en el apartamento de los Uesugi, la noche estaba con una fría brisa.

En la sala dormía plácidamente Isanari, el padre de los Uesugi, mientras que en la habitación dormían Futaro e Ichika, la hermana mayor de las Nakano.

Como podrán recordar, Ichika se había ofrecido voluntariamente a cuidar de Futaro para que no sufra de otra pesadilla. Tanto Futaro como Ichika estaban dormidos en diferentes posiciones, el primero dormía en el lado izquierdo a espalda de la última que dormía en el lado derecho. De pronto Futaro comienza a incomodarse en su siesta.

En un lapso de tiempo estamos en la mente de Futaro. Él despierta dentro de su sueño abriendo de inmediato sus ojos. - ¡¿Eh?! ¿Dónde estoy? - preguntaba el pelinegro que había despertado en una colina con una vasta capa verdosa bastante cómoda para cualquier persona que busca tomar un descanso con una buena vista panorámica de la ciudad donde vive Futaro.

- Vaya, sólo era un sueño. - decía Futaro que se reincorporaba para sentarse en el césped de la colina.

- Me agrada esta vista panorámica. Inspira mucha tranquilidad. Espero traer a las chicas un día para un posible picnic. - pensaba el pelinegro que contemplaba el paisaje de la colina mientras esbozaba una sonrisa en su rostro. De pronto una figura femenina se iba acercando poco a poco hacia Futaro.

- Al fin has despertado, hijo mío. - decía la mujer joven que sonreía hacia Futaro. Tenía el cabello de color morado, con una altura de cabello que llegaba hasta por los hombros, llevaba una blusa blanca, pantalón de tela color crema, zapatillas blancas y tenía un delantal chico.

Los ojos del pelinegro no podían creer lo que estaba viendo al voltearse para atrás. Su asombro no dejaba particular palabra alguna en Futaro cuando sus manos cubrían su boca. - Mamá. ¿Eres tú? - dijo Futaro ante la mujer que en realidad era su madre fallecida.

- Así es, hijo mío, soy tu madre Nadeshiko. - decía la mamá de Futaro llamada Nadeshiko.

El pelinegro comenzó a sacar lágrimas de sus ojos, pero eran de alegría. - ¡MAMÁ! - dijo Futaro que corrió a abrazar a su madre después de tanto tiempo de fallecida.

- ¡Jajaja, me alegra volver a verte, mi querido Futaro! - dijo Nadeshiko que correspondía el abrazo de su hijo con una sonrisa, haciendo volver a conectar ese sentimiento mutuo de madre e hijo.

Futaro en cambio comenzaba a llorar mientras abrazaba a su madre. - Te he extrañado mucho desde que dejaste este mundo. También te extrañan papá y Raiha. - dijo un emocionado Futaro.

- ¿Cómo sigue el bueno para nada de Isanari? - preguntaba Nadeshiko.

- Por ahora se esfuerza mucho para sacarnos adelante, a pesar que trabajo como mesero de una pastelería. - decía Futaro. Después siguió platicando sobre su vida como su primer viaje a Kyoto, el haberse convertido en un antisocial por los estudios, el convertirse en un tutor para unas quintillizas en las cuales les ha hablado con las 2 caras de la moneda, hasta llegar al punto en que gracias a ellas se han convertido en sus cinco ángeles para poder remediar su problema de las pesadillas que él tenía días antes de llegar a su fecha de cumpleaños, en la cual es el aniversario mortal de la persona que le dio a nacer.

- Entiendo. Has sufrido mucho desde que me fui al más allá. - dijo la mamá en un estado preocupada luego de escuchar el relato del pelinegro.

- Ni que lo digas, mamá. Hasta Raiha me da con cualquier objeto contundente en algo que haga molestarla. - lo decía con un puchero el pelinegro mientras echaba su cabeza a un lado.

- Jajaja, ella está haciendo bien su trabajo. - se reia burlonamente Nadeshiko de su hijo.

- Pero, mamá, ahora yendo al grano, ¿me puedes decir qué es este lugar? Esto no es Tokyo, ¿verdad? - preguntaba Futaro. Nadeshiko, al analizar la pregunta de su hijo, decide contar la verdad a su hijo.

Crónicas de un Triste Cumpleaños [Go Toubun no Hanayome] (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora