Si has venido a escuchar a un hombre de quien se supone
se transmite la sabiduría, has equivocado el camino
porque la real sabiduría no se transmite por medio de
libros ni de arengas; la real sabiduría está en el fondo de
tu conciencia como el amor verdadero está en el fondo de
tu corazón.
Si has venido empujado por los calumniadores y los
hipócritas a escuchar a este hombre a fin de que lo que
escuchas te sirva luego como argumento en contra de él,
has equivocado el camino porque este hombre no está
aquí para pedirte nada, ni para usarte, porque no te
necesita.
Escuchas a un hombre desconocedor de las leyes que
rigen el Universo, desconocedor de las leyes de la
Historia, ignorante de las relaciones que rigen a los
pueblos. Este hombre se dirige a tu conciencia a mucha
distancia de las ciudades y de sus enfermas ambiciones.
Allí en las ciudades, donde cada día es un afán truncado
por la muerte, donde al amor sucede el odio, donde al
perdón sucede la venganza; allí en las ciudades de los
hombres ricos y pobres; allí en los inmensos campos de
los hombres, se ha posado un manto de sufrimiento y de
tristeza.
Sufres cuando el dolor muerde tu cuerpo. Sufres cuando
el hambre se apodera de tu cuerpo. Pero no solo sufres
por el dolor inmediato de tu cuerpo, por el hambre de tu
cuerpo. Sufres, también, por las consecuencias de las
enfermedades de tu cuerpo.
Debes distinguir dos tipos de sufrimiento. Hay un
sufrimiento que se produce en tí merced a la enfermedad.Fíjate cómo el deseo puede arrinconarte. Hay deseos de
distinta calidad. Hay deseos más groseros y hay deseos
más elevados. ¡Eleva el deseo, supera el deseo, purifica
el deseo!, que habrás seguramente de sacrificar con eso
la rueda del placer, pero también la rueda del
sufrimiento. La violencia en el hombre, movida por los
deseos, no queda solamente como enfermedad en su
conciencia, sino que actúa en el mundo de los otros
hombres ejercitándose con el resto de la gente. No creas
que hablo de violencia refiriéndome solamente al hecho
armado de la guerra, en donde unos hombres destrozan a
otros hombres. Esa es una forma de violencia física. Hay
una violencia económica: la violencia económica es
aquella que te hace explotar a otro; la violencia
económica se da cuando robas a otro, cuando ya no eres
hermano del otro, sino que eres ave de rapiña para tu
hermano. Hay, además, una violencia racial: ¿crees que
no ejercitas la violencia cuando persigues a otro que es
de una raza diferente a la tuya, crees que no ejerces
violencia cuando lo difamas, por ser de una raza
diferente a la tuya? Hay una violencia religiosa: ¿crees
que no ejercitas la violencia cuando no das trabajo, o
cierras las puertas, o despides a alguien, por no ser de tu
misma religión? ¿Crees que no es violencia cercar a
aquel que no comulga con tus principios por medio de la
difamación; cercarlo en su familia, cercarlo entre su
gente querida, ¿porque no comulga con tu religión? Hay
otras formas de violencia que son las impuestas por la
moral filistea. Tú quieres imponer tu forma de vida a
otro, tú debes imponer tu vocación a otro... ¿pero quién
te ha dicho que eres un ejemplo que debe seguirse?