Capítulo 4 Amanecer de la Desesperación Parte 1

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Cocytus se dirigía con pasos extremadamente pesados hacia la Cuarto del Trono. Como si estuvieran contagiados, los sirvientes detrás de él avanzaban del mismo modo, con pasos lentos y pesados.

La razón de sus pasos pesados se debía a la derrota que habían tenido que tragarse como resultado de la guerra contra los hombres lagarto. Como comandante del glorioso ejercito de Nazarick, él había permitido que el fracaso manchara su reputación.

Sí, ya que había sido creado como un guerrero, Cocytus mismo sentía mucho respeto por guerreros sobresalientes como los hombres lagarto.

Sin embargo, esto era un asunto completamente diferente.

Nazarick no tolera el fracaso. Es más, ésta no había sido una batalla defensiva como las del pasado, sino que era la primera expedición. Cualquiera que fuera derrotado en su primera batalla no podría encontrarse de buen humor.

Recordando las palabras de Demiurge, el ejército que le había sido asignado para esta tarea había sido en verdad débil, pero eso era sólo una excusa, incluso si existía la posibilidad de que su amo hubiera planeado el fracaso de esta expedición desde el mismo comienzo.

Eventualmente llegarían al Cuarto del Trono, y justo antes de éste, el cuarto llamado ‘La Llave de Salomón’, ya era visible. Como tal, mientras más se acercaba, más pesadas se volvían sus pisadas, como si estuvieran bajo la influencia de algún tipo de efecto mágico.

Incluso si él fuese culpado por su amo, no importaría. Incluso si lo mataran o le ordenaran que se suicide, él ya se había preparado mentalmente para cualquier acción necesaria para limpiar su honor.

Lo que Cocytus temía más, era decepcionar a su amo.

Si el último Ser Supremo fuera a abandonarlo, ¿Qué podría hacer él?

Cocytus pensaba en sí mismo como en una espada, una que estaba en las manos de su amo y que cortaría obedientemente cualquier cosa que se le ordenara. Ése era el porqué, el ser considerado inútil o ineficaz por su amo era lo más aterrador.

No sólo eso, si los otros Guardianes fueran abandonados por tener que compartir la responsabilidad con él, Cocytus no sabría como mirarlos a la cara.

(No hay forma de que esto sea perdonado si resulta ser tan serio hasta ese grado. Incluso si fuera a ofrecer mi vida, no sería suficiente para ser perdonado.)

Es más…

(Si el amo se decepciona debido a esto, y abandona este lugar al igual que los otros Seres Supremos, ¿entonces qué…?)

Cocytus tembló. Siendo alguien que tenía inmunidad completa contra el frío, la causa de su temblor por supuesto no fue debido a factores externos sino a lo que sentía interiormente. Estaba bajo tal estrés y tormento mental que, si fuese humano, fácilmente hubiera estado a punto de vomitar.

(No, eso no pasará. Ainz-sama definitivamente no puede… abandonarnos.)

El último Ser Supremo en esta gran tumba, donde todos los otros se habían marchado.

Incluso si él era el individuo con la autoridad más alta, él también era el pilar de apoyo de todos.

Cómo podría abandonarnos nuestro señor de tan buen corazón--- Cocytus se consolaba a sí mismo con estas palabras, pero en su interior, él aún albergaba algunas dudas sobre si eso no llegaría a suceder.

Llegaron a la Llave de Salomón.

Normalmente, sin contar a los golems y a los monstruos de cristal que resguardaban los alrededores, este cuarto debería estar vacío, en este momento sin embargo, había muchas figuras presentes. Específicamente, los cuatro Guardianes de Piso--- Demiurge, Aura, Mare, y Shalltear. Adicionalmente, los cuatro habían llevado a sus sirvientes escogidos de más alto rango.

Overlord 4 : Los héroes hombres lagartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora