Las cuatro horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
Los hombres lagarto de la clase guerrera ya se encontraban reunidos en la puerta principal del pueblo--- en los humedales donde el hielo se estaba derritiendo. Luego de la intensa batalla de varios días atrás, no quedaban muchos hombres lagarto de la clase guerrera.
Su número ascendía a 316.
Los hombres lagarto que no eran guerreros no participarían porque Shasuryu dijo ‘Los enemigos son pocos, tener muchas personas sólo será un obstáculo.’
Pareció razonable al principio, pero el argumento no se sostuvo en pie.
Zaryusu estaba alejado de los hombres lagarto, observando la reunión de los hombres lagarto de la clase guerrera.
Todos habían pintado sus cuerpos con pintura de guerra representando a sus ancestros, y sus caras mostraban una voluntad tan dura como el acero. Parecían creer que no perderían.
Los hombres lagarto alrededor alentaban a los guerreros. Aunque en ese grupo, las expresiones de preocupación eran claramente visibles.
Para evitar que se mostrara la ansiedad de su corazón, Zaryusu se esforzó mucho para mostrar una cara imperturbable frente a los otros hombres lagarto, escondiendo la verdad de que esta batalla era un sacrificio para el Overlord de la Muerte.
Esta era una batalla en la cual el Overlord de la Muerte iba a demostrar su poderío para aplastar completamente la voluntad de oponer resistencia de los hombres lagarto. Desde un comienzo, no tenían oportunidad de ganar. Las palabras que había dicho Shasuryu antes tenían implícito el deseo de mantener el sacrificio al mínimo.
Zaryusu apartó los ojos de los hombres lagarto y miró ferozmente al territorio enemigo.
El ejército de esqueletos estaba fijo en el mismo lugar, sin moverse ni un centímetro. La figura del monstruo que llevaba el nombre de Cocytus no podía verse alrededor de ellos. No podía tratarse de un esqueleto, él era alguien en quien el Overlord de la Muerte confiaba, no había forma de que fuera un subordinado ordinario. El debía ser alguien cuya voluntad era tan evidentemente fuerte que uno podría sentirlo hasta en la punta de la cola con sólo verlo.
El sonido de una criatura grande moviéndose en los humedales pudo ser oído por el ansioso Zaryusu---
"--- Hey, Zaryusu."
--- Zenberu saludó despreocupadamente como de costumbre. A pesar de que se dirigía a una muerte segura, Zenberu seguía siendo el de siempre.
"Nuestra moral está en su punto máximo."
"Sí, así es, sería grandioso si se mantiene a este nivel cuando enfrentemos al poderoso enemigo, Cocytus…"
"Sí. ¿Oh? ¿Ya es hora?"
Shasuryu apareció en la puerta principal, y todos los ojos se centraron en él y en las dos hadas de los humedales a su lado.
Crusch estaba ausente porque había agotado todo su mana para invocar a las hadas de los humedales. Luego de lanzar diversos efectos positivos de largo tiempo y de invocar a las hadas, había consumido su magia hasta tal punto que apenas podía moverse. Cuando los dos habían dejado el cuarto, Crusch ya le había dicho que perdería el conocimiento y que probablemente esa sería la última vez que se verían.
Zaryusu, sin su compañera al lado, lanzó una mirada solitaria en dirección de Crusch. Recordar su rostro cuando le dijo adiós le rompió el corazón.
"Guerreros, ¡avancen!"
La orden alentadora de Shasuryu elevó a nuevos límites la moral de los hombres lagarto.
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Overlord 4 : Los héroes hombres lagarto
FantezieVolumen completo! Cuando Nazarick amenaza con destruir a las tribus de Hombres Lagarto que viven en las Tierras Pantanosas, el Viajero Zaryusu Shasha propone una misión que parece imposible: ¡unir a todos los clanes para defender su hogar! Cocytus...