3

1.7K 110 8
                                    

Empecé a verlo todos los días, eso hacía que mis ganas no sólo asistir a la facultad con una sonrisa en el rostro subieran al cielo, si no, mantenerme bonita para él. Entró a mi círculo social sin darme cuenta, era amigo de todos, pero no me hablaba, sólo me sonreía. Llegué a pensar que quizás era una persona retraída, pero hablaba con todos los demás, por su puesto, yo no me metía en sus conversaciones, a pesar de que Miyaki me incluía y el mantenía esa encantadora sonrisa que caracterizaría a alguien alegre y guapo como él.

Descubrí que estudiaba leyes, mientras que yo estudiaba psicología. Ambos campos bastante alejados. Al contrario de lo que pensé anteriormente, quizás unos dos o tres edificios al sur del mío, junto SiCheng en el mismo curso,

– Haruma, ya no hablas como antes - Dijo Miyaki con la voz apagada.

Yukhei y SiCheng estaban de acuerdo con ella, porque hasta yo sabía que había dejado de hablar por vergüenza a que me mirara mal, aunque era todo lo contrario, Yuta parecía comprensivo y atento. Sin embargo, su mirada fija en mi pequeño y regordeta ante sus ojos marrones que me examinaban.

Aunque nunca me juzgó, a través de la semana lo que más me encantaba era su risa vivaracha y divertida, le encantaba reír con frecuencia. Jugar con los demás miembros de nuestro pequeño grupo de ahora cinco personas, ir saltando o caminando con genialidad en el comedor o en el campus. Era alguien bastante espontáneo y en algunos casos era tiernamente tímido.

Pero me sentía fea ante sus ojos, así que comencé a bajar de peso continuamente.

Eso no fué tu culpa, Yuta.

tokio; Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora