-Cargador de mierda.- murmuró Alessia. Llevaba no menos de 15 minutos tratando de revivir su celular. El cargador no estaba siendo de mucha ayuda.
Frustrada, decidió rendirse e ir abajo por unos cereales.
-Debería haberme calzado.- el ambiente estaba helado, aunque era entendible, en Diciembre el invierno florece con rapidez en Canadá.
La castaña, mientras deleitaba sus honey comb, quedó maravillada con la vista del ventanal: el blanco de la nieve inundaba tanto el patio como el bosque a lo lejos. En el cielo, las incontables estrellas con el negro vacío dando un espectáculo simplemente imposible de dejar de apreciar.
Decidió salir. A la mierda el frío.
Se sentó en la banca del patio, sus pantuflas adaptándose a la blanca remodelación.
El silencio gobernaba. Kilos de paz se abalanzaron sobre la joven.Minutos pasaron.
Un ruido. Pasa desapercibido.
Otro ruido. El Aura de paz quebrándose.
Alessia levantó lentamente su cabeza en dirección al bosque.
Un movimiento notorio en los arbustos, y su cuerpo reacciona levantándose. Los cereales en la banca pasando a segundo plano.Una mancha entre los árboles hace presencia. La tranquilidad se evapora.
-La puta madre.- Alessia, paralizada, susurra.
La mancha negra se acercó, de a poco, revelando así su ser.
-Pero... no hay lobos en Canadá- entre susurros murmuró la joven. Pensó en gritar, pero el miedo la tenía cautiva. Su garganta seca y cerrada.
La resultante criatura debía de medir unos tres metros de alto como mínimo. Estaba repleta de negro pelaje que se moldeaba junto con la pálida nieve. Su mirada estaba fija en Alessia.
La castaña vio a la bestia a los ojos, encontrándose con mieles orbes que tenían toda su atención en ella, como si literalmente no existiera otra cosa.
Lejos de ver una amenaza, Alessia sintió una energía reconfortante en su pecho. Encontró , sin saberlo, seguridad.Dio un paso con la intención de acercarse al animal, este respondió dando media vuelta y corriendo por donde vino.
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~honey comb~
General FictionNi bien ella entró, lo sintió. Era como si se hubiese teletransportado a ese momento; A la constante brisa. La abundante nieve. Las resaltantes constelaciones. sus constelaciones. Bañadas en miel, intimidantes y reconfortantes a su vez: sus ojos. Co...