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El hecho de que Alessia haya dejado en claro su enojo no fue impedimento para que su almuerzo le siga llegando.
Ni bien se sentó, visualizó un tupper. Su tupper. Transparente y de tapa roja.

Obviamente olía increíble.

-¿Hoy que te cocinó la rari?- le preguntó Zuri. Su teñido pelo rubio hecho un rodete.

-Tal vez yo soy paranoica, pero, ¿Nunca te dio cosa que la comida tenga, no se, gusanos, tierra, veneno?- Nora, asqueada, consultó.

-Mmh, no realmente.- aseguró Alessia. Le era todo un desafío no confiar en la ojimiel.

-Medio turbio, pero yo te apoyo.- La rubia dijo. Su boca llena de fideos. La carcajada de la castaña no haciéndose esperar. Realmente amaba a sus amigas.

Procedió a abrir el tupper.

-Dios, ojalá tener una rari que me cocine.-

Eran empanadas. Por el aroma, era deducible que algunas eran de verdura y otras de carne. Y para rematar, había un potecito; dentro de este, una salsa para condimentar.

-¿Hará PedidosYa?-

~honey comb~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora