Capítulo 17: Una noche de revelaciones

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Año XX18, Primavera III, día 17

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Año XX18, Primavera III, día 17

–Concentrate, concentra tu energía vital –

Fueron las palabras de un monje obeso, quien miraba seriamente a la adolecente sentada a un metro de él. esta se encontraba con los ojos cerrados, sumida en el sueño.

Vio como estaba teniendo dificultad – No así no – negó este, al notar su expresión – No fuerces a tu energía, solo dejala fluir, como un rio desde tu estomago – dijo este, al ver los intentos fallidos de la chica.

Jun asintió a sus palabras, entrando nuevamente a la meditación. Diferente de antes, simplemente se quedó quieta, con un aura de calma a su alrededor.

– Eso es, vamos progresando – dijo feliz el monje – Despeja tu mente, deja que el cuerpo lo haga solo – aconsejó, como una voz de la razón guiándola.

Un aire extraño comenzó a rodearla, una presión que provocaba ondas de aire a su alrededor. Esto no duró mucho, ya que luego cayó de rodillas, respirando agitadamente.

Intentó levantarse, pero su cuerpo falló misteriosamente – Cuidado – dijo el monje, habiéndola sujetado del cuello de su ropa, dejándola suavemente en el suelo.

– ¡muy bien intento! – felicitó el monje, riéndose de forma estruendosa – Usualmente las personas tardan años en hacerlo lo mismo, años de experiencia en batalla – admitió este, admirando su logro.

Jun respiró de forma agitada, asintiendo a sus palabras – Escuchame, matar no es la única forma de obtener poder en este mundo – dijo el sabio, muy serio al respecto.

– Las personas hemos vivido incluso antes de los dioses, nos las arreglamos usando solo nuestras manos, usando nuestra propia fuerza y la de la naturaleza – dijo el sabio, diciendo algo de historia.

– La energía vital es usada para hacer uso de nuestras habilidades, técnicas marciales de gran poder – dijo el monje.

– Controlar tu energía hará que estas técnicas se hagan más eficientes, más fuertes más poderosas – dijo este, no sorprendiendo a la chica –la eficiencia de tu cuerpo te hará más poderosa – informó.

Hubo un rato de silencio entre ambos – Ahora, ¡un poco de reglas! – dijo el monje, levantándose y caminando a su alrededor en círculos.

– ¡un monje pelea por la verdad! – exclamó este, con una voz de mando, pero divertida también – ¡un monje lucha contra el mal! – dijo este, contando con sus dedos.

– ¡un monje nunca luchará contra la naturaleza! ¡un monje no luchará por el bien propio! ¡Un monje lucha por la justicia! – exclamó este, diciendo alguna clase de código de honor.

– Hay más normas, pero las más importantes son esas – dijo el hombre borracho, mirándola – Si vas a ser mi aprendiz, lleva estas palabras en tu corazón y en tus puños – dijo seriamente.

La Guerra del Santo Grial |Reencarnados|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora