Expectativas

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El doctor le había dado tres semanas como máximo, mi padre se encontraba agonizante y la chispa que encendía sus ojos de vida se apagaba poco a poco. ¡Cómo odiaba verlo en ese estado! Sé que era sólo un niño, pero aún a esa edad me preguntaba ¿Cómo alguien tan lleno de vida podía demacrarse tanto? ¿Cómo es que podríamos vivir sin él?

-Cole, acércate

-¿Papá?-le dije entre lágrimas.

-Quiero que me prometas algo.-expresó casi murmurando-Prométeme que jamás dejarás que alguien defina quién eres. Promete que seguirás siendo el niño alegre y virtuoso que eres, promete que no dejarás que nada ni nadie intente cambiarte y que serás feliz a pesar de no tenerme en este mundo, yo confío en tu potencial y sé que serás grande.

Se inclinó a un costado y sacando su libreta de bocetos y sus valiosos lápices y pinceles me los tendió.

-Lo prometo

Mi madre sostenía a las gemelas en brazos mientras mi hermano mayor Jason me tomaba por los hombros.

-Sé fuerte hijo, sé valiente y sobre todo, no olvides que por más que el viento sople, la montaña jamás cederá ante él. Te amo.

-¡Cole! Baja a desayunar

El grito de mi madre interrumpe mi sueño y me hace despertar por el sobresalto. Mi almohada se encuentra empapada, debí haber estado llorando demasiado para que esté así. Los rayos de sol me calan los ojos, lo que hace que me dé cuenta que se me hace tarde para ir a la escuela.

Han pasado dos años desde la muerte de mi padre y sigo teniendo el mismo sueño acerca de su lecho de muerte, siempre despierto derramando lágrimas y con una horrible sensación de vacío en el pecho que me hace querer estar en cama todo el día y no hacer nada más que mirar el techo y tener pensamientos melancólicos sobre lo que ya no puede ser. Tengo que luchar con mis pensamientos para encontrar fuerzas y salir finalmente de mi letargo en espera de que al fin uno de estos días sea positivamente diferente.

Me visto rápidamente y bajo dando pequeños saltos por las escaleras. ¡Wow! primer día otra vez después de tanto tiempo.

En el comedor mi madre me espera con un solitario plato que asumo que es para mí, no veo rastro de mis hermanos mayores o de las gemelas.

-¿Y Jason y Brad?-le pregunto
-Trabajando en el campo, las niñas se fueron con la señora Barry para jugar con Minnie May.

Comienzo a comer, la primera cucharada de sopa me calienta la garganta y hace que mi estómago ruja por más, comienzo a devorarla pero de repente me invade una sensación muy extraña: sé que me emociona volver a la escuela, pero al mismo tiempo me causa una gran incertidumbre el volver ahí, siento un revoltijo en el estómago y comienzo a experimentar náuseas. Intento calmarme, después de todo recuerdo que la pasaba bien y llegué a tener varios amigos, pero después de que mi padre enfermara, todos nos dejaron de visitar, supongo que por miedo a contagiarse.
Ahora, después de dos largos años, tengo mi fe puesta en el futuro.

-¿Mamá?

-¿Sí Cole?

-¿Recuerdas cómo era la vida antes de lo de papá?

-Es algo que jamás podría olvidar ¿Te acuerdas de cuando lo acompañabas al campo y llegaban todos cubiertos de lodo?-dice con una pequeña sonrisa asomándose en su rostro.

-¡Sí! Él te decía que era por el trabajo, pero no te contó que en realidad las manchas en la ropa eran por trepar árboles y jugar en el estanque-le contesto con un tono alegremente misterioso.

-Así que eso era ¿ehhh?-me dice mientras vuelve de sus pensamientos hacia la realidad- ¡Anda, ya es hora de ir a la escuela!

-Te amo mamá-le digo después de acabar mi desayuno, encaminándome hacía la puerta.

Un extraño en una tierra extraña (Cole Mackenzie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora