«Quién ama,
cree en lo imposible.»***
Cita Aleked (1/2)
**Aleksandro abrió la puerta del coche para Edén, cerrándola tras ella, trotando hasta la puerta del piloto, se metió al auto ofreciéndole un pañuelo de seda roja y le pidió ponérselo.
-¿Para qué necesitas que me lo ponga?—. Curioseó Edén.
Sonrió, haciendo que se le formarán unos adorables hoyuelos.— Es una sorpresa cariño.
-Vale—. Acepto, colocándose el pañuelo.
Veinte minutos después habían llegado. Aleksandro sentía que le sudaban las manos, estaba el triple de ansioso que cuando la recogió.
-Espérame aquí, iré a ver si todo está listo.
Bajo del auto para comprobar que todo estaba espectacular, el sonido del mar de fondo, un camino de pétalos de rosas guiándolos a la mesa, esta última con un mantel tinto, en medio una velas y los platillos que cenarían.
Volvió al auto y ayudó a Edén para que saliera del auto sin dañarse, caminaron unos cuantos pasos y la detuvo.
-Quédate aquí, yo te diré cuando te destapes los ojos.
Asintió con la cabeza.
Se dirigió a su puesto y gritó:
-¡Es hora, cariño!
Lentamente se retiró el pañuelo, acostumbrándose a la poca luz que brindaban las velas, se emocionó, ¡era increíble todo!
¡Él es increíble!
Se tapo la boca con su mano y empezó a lagrimear.
-Oh Alek, no te hubieras tomado tantas molestias—. Lentamente se fue acercando al chico, que tenía una rosa en su mano y su deslumbrante sonrisa.
-La princesa se merece todo—. Le ofreció la rosa que fue aceptada de manera gustosa.
Invito a Edén a sentarse, acomodando su silla cuando se sentó.
-Me esforcé muchísimo, me alegro que te haya gustado—. Admitió.
-No tienes idea de lo feliz que me haces, sé qué no llevamos mucho tiempo de conocernos pero no necesito más, para conocer tu corazón y tu alma. Eres bueno Aleksandro. Y eso me encanta—. Confesó demasiado avergonzada, por admitir sus sentimientos en voz alta, pero al final, la vida es solo una, ¿no?
-A mí me gustas desde que te ví, eres hermosa, por dentro y por fuera, quiero pasar mucho tiempo a tu lado, sé que es apresurado pero en el corazón no se manda y créeme, tú te lo ganaste.
Ninguno dijo más y degustaron los platillos, un mesero trajo el postre pero en medio había una cajita de terciopelo negra.
-Gracias—. Agradecieron ambos, a cambio recibieron una sonrisa.
De nuevo solos, Aleksandro suspiró y dijo:
-Esta noche a la luz de la Luna quiero entregarte este anillo de promesa—. Abriendo la cajita y dejando a la vista el bellísimo anillo plateado de diamantes.
ESTÁS LEYENDO
¿ACOSADO O ACOSADA? [COMPLETA ✔️]
Teen FictionEl chico misterioso, con un retorcido secreto, descubrirá que cada paso que da es seguido por alguien, ¿qué hará cuándo descubra quién es?, ¿cómo reaccionará?, ¿será que él deseaba con todas sus fuerzas que fuera así? Ella la chica popular y bonita...