Capítulo 12

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«Los ángeles le llaman placer divino, los demonios sufrimiento infernal,
los hombres amor.»
-Heinrich Heine.

***
Un ángel caído 🌙
***

Batallaba demasiado en abrir, o intentar abrir la puerta, ¡no podía!, pero no quería bajar a Edén.

¡Por fin!

Se adentró en la habitación, sencilla, no ocupaban mucho.

Acostó delicadamente a Edén en la cama, comenzó a quitarle las zapatillas.

Ella balbuceaba muchas cosas incoherentes, pero, una de ellas, le llamo la atención.

-B-Bastian—. Empezó a enojarse, estaba con él, ¿y recordaba al estupido de Bastian?

-Te recuerdo que no soy Bastian—. El tono que uso era intimidante, demasiado.

-Ya lo sé, guapo, por eso quiero que me folles duro.

-Acepto, siéntate.

Comenzó a subirle el vestido, hasta sacarlo por su cabeza, dejándola únicamente en ropa interior.

Lujuria, deseo, excitación.

Eso era lo que reflejaban sus ojos.

-Eres preciosa, me encanta cuando te sonrojas.

-Gracias—. Respondió tímida.

-Desabróchate el sostén.

-Hazlo tú—. Provocadora, era lo que definía a Edén en este momento.

-Vale—. Rompió el sostén por la parte en enfrente, dejando a la vista los pechos de Edén.

-¡Hey!, no era necesario romperlo.

Se encogió de hombros.

-Desnúdate tú.

Comenzó a desvestirse, quedando únicamente con un bóxer blanco, demasiado apretado, marcando así su erección. Edén mordió su labio y exclamó.— Estas buenísimo—. No lograba desviar su mirada de su amigo, lo tenía grande, muy grande.

Él no respondió nada. Pero sus grandes manos se dirigieron a sus pechos, ahuecándolos en ellas, comenzó a masajearlos, provocando jadeos por parte de Edén. Pellizcó sus pezones y acercó su boca a ellos, succionando, lambiendo y mordiendo levemente, repitiendo este proceso y arrancando gemidos de placer de ella.

-¿Te está gustando, cariño?

Ella solo asintió con la cabeza, así que paro.

-Respóndeme o, ¿quieres que pare?, ¿quieres más?

-¡Joder, sí!, quiero más.

Volvió a su trabajo anterior en los pechos de Edén, ella arqueaba su espalda por el placer producido, el bajo sus manos hasta sus caderas, apretándolas.

La empujó y cayó de espaldas, se subió sobre ella a horcajadas, pasó su dedo índice desde el inicio de sus pechos, siguió una línea recta imaginaria y terminó en el elástico de la tanga, agarro ambos extremos y empezó a bajarla, lentamente.

Se la quitó completamente y empezó a besar las caras internas de los muslos. Edén sentía su respiración más cerca de su sexo y la prendía más él no conocer con exactitud su rostro, era excitante, demasiado.

Puso sus manos en sus muslos, acercando lentamente sus manos al sexo de Edén, tentándola.

-¡Hazlo ya!

¿ACOSADO O ACOSADA?     [COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora