Capitulo 1

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Esa mañana la ciudad de Moscú lucia hermosa, el sol que comenzaba a bañar los edificios la hacían tener un hermoso espectáculo de luces, una linda pareja de novios caminaba de la mano rumbo a la escuela, los últimos días de clases y por fin serian libres, el chico de cabello lacio castaño, caminaba feliz al lado de su bella novia, esa tarde el joven le daría una sorpresa a la hermosa pelirroja. Todo lo tenía planeado y sabía que todo saldría a su favor, el chico miraba a la bella mujer y sonreía siempre para ella, la amaba, el chico paso por una calle conocida para el y una punzada en su corazón se dejo sentir, hace unos meses atrás para ser exactos o dos según su memoria, el chico le había sido infiel a su novia y eso le llenaba de tristeza, aún no sabía si decirle o dejar aquel capitulo de su vida en el anonimato.

—Lena amor, hoy tengo algo especial para ti, claro será en la tarde
L-Ahora que traes entre manos Marc (se acerco y beso la mejilla a su novio)
M-mmm, pues...es una sorpresa.
L-OK entonces tendré que esperar hasta la hora indicada (haciendo un lindo puchero)
M-jeje si, paso por ti a las 3 pm.

Los chicos llegaron al edificio de la Universidad Estatal de Moscú y cada uno partió a diferentes sitios, Lena se dirijo a la facultad de Medicina, estaba cursando el ultimo semestre de Psiquiatría, mientras su novio cursaba el ultimo semestre de Derecho. Lena estaba con la duda de que tramaba su amado, sus amigas la habían notado algo distraída todo el día.

—Oye Lena, que sucede, has estado ausente todo el día
—Nada, Michelle, estoy bien (Su rostro dibujo una sonrisa sincera y hermosa)
—OK, pero si a pasado algo malo cuentas con nosotras
—Lo se, pero todo esta bien.

El período escolar del día fue casi eterno para la pelirroja, para la última hora la clase de dos horas se dejo sentir como de cuatro, en cuanto el profesor terminó tomo sus cosas y se despidió, la pelirroja salió al encuentro de su novio. El chico la esperaba con un ramo de rosas y una sonrisa que derretía a varias chicas. Lena llego y paso sus brazos por el cuello, para besarlo. Después del beso los dos caminaron tomados de la mano para dirigirse de nuevo al estacionamiento, el mismo recorrido de la mañana, entre risas y besos, al llegar al mini cooper azul los dos entraron al coche. Marc manejaba feliz, cantando y su novia se reía de él, era mal cantante. Llegaron hasta un restaurante de comida italiana, el lugar favorito de ambos. La comida paso con el ambiente demasiado romántico, el chico se empezó a poner nervioso, pero tomo valor y...

M-Elena, yo quería hacerte una pregunta (la pelirroja miraba a su novio con ternura) este...yo...Elena Katina ¿Te quieres casar conmigo?
La pelirroja sorprendía, regalo una bellísima sonrisa a su novio —si – no dijo más, se quedo sin habla al mirar la sortija que el chico colocaba en su mano. Ella lo miro y sonrío.

Los días pasaban y los preparativos para la boda se volvían más estresantes. Lena pasaba checando el menú, el vestido, etc...Marc había comenzado a trabajar meses antes de graduarse en la firma de su padre. Mientras Lena trabajaba en los consultorios que tenía su madre. En esos días el joven castaño había sentido molestias, por lo que fue al medico. Le tomaron análisis, ya que al medico se le hizo extraños los síntomas.

Habían pasado los días indicados por el medico para que el chico regresara, Marc estaba impaciente, ya deseaba saber que era lo que ocurría con él. El medico lo miro seriamente.

—La información que le tengo es muy delicada (el chico se puso más nervioso)
—¿Qué es lo que tengo doc?
—Me temo decirle que tiene una terrible enfermedad que no tiene cura aún...
—dígame ya doctor
—señor Marc, me temo decirle que tiene sida

El chico se puso pálido, sabia que eso de estar con varios chicos y chicas que había conocido en su vida estaba mal y más esa última vez que ni siquiera se protegió.

—lo siento, pero los resultados no mienten, usted sabe que le hemos realizado tres veces los exámenes.

El chico asintió con la cabeza, el medicó le había hablado varias veces para tomar más muestras de sangre. Ahora, la única pregunta que tenía en mente era ¿qué carajos iba a hacer? la boda estaba a la vuelta de la esquina. Sabía que Lena estaba bien, jamás la había tocado más allá, pero que tal si le había contagiado de alguna u otra forma, no, los análisis de la pelirroja fueron buenos. El chico llego desconcertado a casa, su mayordomo noto que algo le pasaba.

—Señor ¿se siente bien?
—No. Sígueme Dennis

Los dos entraron a la biblioteca y el chico contó lo sucedido, el hombre de unos cincuenta años solo lo miraba, hasta que el castaño termino con el relato asimilando las consecuencias que traería sus malos actos.

D-puede haber una manera de curarlo
M-¿cuál? (el chico solo miraba esperanzado al viejo hombre, amaba a Lena y no quería perderla, pero si era necesario por su bien dejarla libre lo haría, bueno, eso pensaba...)
D-hay una ceremonia para un ser poderoso el que le puede conceder la vida eterna o salvarle de su mal.
M-¿qué es lo que me tratas de decir?
D-señor, el puede curarlo, pero es necesario tráelo hasta aquí para que el hechizo funcione
M-Yo no creo en brujería, pero si es necesario para salvar mi matrimonio con Elena lo haré, trae a ese que dices ser tu dios.

Eslovenia

—claro, la llevaremos hasta Moscú, hace mucho que no esta por aquellos sitios.
(Un hombre de avanzada edad hablaba por teléfono escuchando la petición de un hombre rico)
—mientras él mande el dinero, todo bien, además usted sabe que a ella no le hace falta, es rica y poderosa pero, esto no es un favor.

El hombre colgó, miro la biblioteca y sonrió malévolamente, subió hasta la recamara principal y arreglo el equipaje de su ama. La noche cayo en ese país, aquel hombre preparaba la mesa para su señora, a estas horas ella debería de tener hambre. Las siete apuntaban en el reloj, la decoración moderna dejaba ver aquella mujer que no era mayor, si no, de unos 20 años, tal ves unos 22. Las puertas de la alcoba principal se abrieron dejando ver a una linda mujer pelinegra de mirada azul profunda y rasgos finos, una belleza. La chica bajo con elegancia y distinción, se notaba en cada parte de ella el buen gusto por la ropa y los accesorios. Llego hasta el comedor donde aquel viejo se encontraba

—Buenas noches señorita Julia.
J-buenas noches Alfred
A-la cena esta servida, sangre recién traída de los mejores bancos.
J-perfecto pues hoy no tengo ganas de salir a pasear (bebiendo la copa de sangre)
A-eso es malo, con este día ya son seis que no desea salir.
J-lo se, últimamente me he sentido sola
A-pero si tiene a muchos bajo sus ordenes
J-Alfred olvídalo
I-lo que diga. Por cierto, tiene un viaje para hoy a Moscú
J-¿Cuál es el motivo?
A-un hombre necesita de su ayuda
J-yo no ayudo a nadie
A-pagará muy bien
J-no necesito dinero de él
A-mi señora, podrá apoderarse de Moscú
J-ahora si dime cuando partimos
A-en dos horas, su avión privado esta listo
J-perfecto ¿mi mansión en Rusia esta lista?
A-claro, todo listo
J-eres muy eficiente...antes de irnos consígueme sangre que no sea B sabes que no me agrada el sabor (dejando la mitad del contenido del vaso)
A-lo siento, el nuevo sirviente siempre se equivoca
J-si lo que digas, me voy a arreglar.....

Volkodlak Donde viven las historias. Descúbrelo ahora