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Las nubes grises cubrían el inmenso cielo; el viento corría en direcciones inentendibles con el frío de compañero. La mochila que cargaba en mi espalda era bastante pesada, pero no importaba, no había mucho por caminar. Gracias a que mi escuela no tenía un uniforme me vestí con lo que se me hizo más cómodo y común, un suéter gris con pantalones negros.

Mientras caminaba mi cabello rosa se dejaba ir por cualquier lado de manera desastrosa. Esperaba no parecer un maniático para cuando esté en el edificio, las primeras impresiones son importantes.

El nerviosismo no podía evitar meterse bajo mi piel de vez en cuando. Ser nuevo en una ciudad y escuela no eran situaciones que me agraden mucho. Pero es lo que me toca por tener un padre como el mío. Y por ende debo soportarlo. De la mejor o peor manera posible.

Mire la hora en mi reloj de muñeca. Quedaban treinta minutos para que mis clases comiencen y yo ya veía el colegio desde aquí. Supuse que iba a tardar en encontrar mis salones e horarios, así que tener un poco de tiempo a mi lado no era mala idea.

Subir uno por uno los escalones grises, atravesar las puertas de cristal, momentos en donde desearía poder estar en mi casa. Yo no quería estar aquí, no quería sufrir, no quiero que mi padre sufra. Quiero sentirme en un hogar con paz. Sin embargo, para conseguir eso necesito mis estudios, tan esenciales para lo que se te ocurra hacer después de cumplir dieciocho años.

Cuando estuve por fin en los pasillos del instituto arreglé mi pelo y prendas. No había mucha gente, pero era la suficiente para ponerme nervioso.

ㅡPark Jisung ㅡ un hombre de traje y corbata caminaba sonriendo hacia a mi. Claro si había gritado mi nombre ㅡ, es un gusto tener aquí, ¿es demasiado temprano no crees? ㅡ palmeó mi espalda para cuando estuvo frente a mi.

ㅡPensé que podía perderme si llegaba a horario, así que vine un poco antes ㅡ mis palabras salían amontonadas y tímidas, era de milagro si las personas lograban entenderme.

ㅡYa veo, soy el señor Suh, director y maestro de la escuela Prism ㅡ estrechó mi mano, aunque creo que generalmente aquí se hacen reverencias, correspondí de inmediato.

Parecía bastante joven para ser director, joven y plácido con semejante cargo. Quería creer que era un director distinto a los otros, había algo que me lo decía. Esperaba llevarme bien con él.

ㅡY este es el señor Na ㅡ tomó a lo que parecía ser un alumno que caminaba junto a nosotros ㅡ, él te guiará a tus aulas, te mostrará la cafetería, la sala de teatro y el gimnasio ㅡ sonrió y miró con algo de prisa su teléfono.

Mientras que aquel chico no había dicho nada desde entonces, solo se dedicaba a fijar sus ojos en mi. Eran penetrantes, más si lo tienes frente a ti.

ㅡBueno, los dejaré, si llega a necesitar algo no dudes en encontrarme, Park, mi oficina está allá ㅡ me señaló algún lugar detrás mío y luego caminó lejos.

Pero yo no sabía mis horarios.

ㅡTienes mis mismos horarios, por eso pasarás el día conmigo ㅡ el chico Na había decidido dedicarme algunas palabras, gracias al cielo.

Creí que iba a vomitar de los nervios.

Asentí con mi cabeza sin saber que decir luego de eso. Él tampoco aparentaba ser alguien que comparta mucho, yo tampoco lo haría con un extraño.

ㅡLa cafetería está en esta dirección ㅡ inesperadamente giro sobre sus pies y caminó para adelante.

Siguiendo algo confundido, marché de acuerdo a sus pasos mientras que observaba lo que me rodeaba. La escuela parecía tener un equipo de béisbol y de básquet. Soy pésimo para los deportes, muy torpe, en extremo.

Bitter Silence 㣽; Jaesung [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora