Capítulo 11:"Policía"

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—Deberíamos irnos de aquí—me alejó de él, sus manos estaban en mis hombros y su mirada era cálida—en cualquier momento aparecerá ese tipo, no le demos el gusto...—Acaricio mi mejilla, yo solo mostré una sonrisa y limpié todo rastro de lágrimas en mi rostro. Nos fuimos juntos a la clínica (la cuál no estaba lejos de dónde nos encontramos), nuestras manos estaban entrelazadas, el soltaba uno que otro chiste para intentar hacerme reír un poco, le funcionó a la perfección.

Ambos nos encontrábamos cara a cara en la entrada de la clínica, Kim sonrió y depositó un pequeño beso en mi frente, su repentina acción me hizo sonreír.

—Ponte la mascarilla Tae. —Este obedeció y ambos entramos a la clínica, solté su mano y camine en dirección a mi oficina, habían unas cuantas personas en espera, lograba sentir sus miradas clavadas en nosotros, quise pensar que era porque estábamos empapados. Una vez en recepción nuestros caminos se separaron, el fue a su habitación y yo a mi oficina.

Me recosté en mi escritorio y Jinyoung aparecía una y otra vez en mi cabeza.

—¡Deja de pensar en eso!

Vi la hora en mi celular, el reloj marcaba las 21:50 hrs, eso significa que ya era momento de marcharme a casa y descansar luego de un día tan agotador.

Me puse de pie y guarde mis cosas en mi bolso, me arregle un poco el cabello ya que estaba todo alborotado por la lluvia y salí en dirección a recepción, tenia que averiguar algo que probablemente no me dejará dormir esta noche.

—Buenas noches—salude amablemente a el chico que ahí se encontraba, Nancy ya había terminado su turno y probablemente estaba descansando en casa.

—Buenas noches doctora. —Me mostró una sonrisa—¿en que la puedo ayudar?

Trague en seco, no podía creer que iba a hacer esto—el señor Do Jinyoung... ¿Sabe cuando comienza a trabajar aquí?

—De inmediato le digo—comenzó a escribir en la computadora—aquí dice que comienza mañana doctora...

—Ya veo, gracias... —traté de ver su nombre en su suéter—¿Evan?

—A sus órdenes doctora.

Me di una media vuelta y caminé en dirección a la salida, me despedí de algunos colegas que me encontraba en el camino y fui al estacionamiento.

Al momento de llegar saqué las bolsas del auto y entre a el edificio.

—Buenos noches señor Felix—salude al guardia de seguridad.

—Buenas noches señorita ___—sonrió amablemente—¿necesita ayuda con esas bolsas?

Yo negué con la cabeza—puedo sola, gracias... —hice una pequeña reverencia—tenga una buena noche señor.

—Igualmente.

Subí por el ascensor y por fin estaba en casa, dejé las bolsas en el suelo, me quité los zapatos junto con el abrigo y me recosté en el sofá en forma de L como si no hubiera descansado en mucho tiempo, tenía flojera hasta de respirar.

Fui a la cocina, abrí mi refrigerador en busca de algo para llenar mi vacío estómago, pero fue tan decepcionante encontrarlo vacío.

—Demonios—bufé—debo hacer las compras.

Cerré el aparato y me devolví de donde había venido, no me quedaba otra opción que ir a la tiendita más cercana, bueno, en realidad podía acostarme a dormir y tomar desayuno mañana en el trabajo, pero eso no iba a pasar porque suelo despertar de malas cuando tengo hambre.

Me puse mis zapatos y me acerque a la puerta, allí tomé mi abrigo y revise si este tenía las llaves en algún bolsillo, afortunadamente si, así que salí con algunos billetes en el pantalón y unas cuantas monedas en el bolsillo de mi abrigo.

Nos volveremos a ver. | •KTH & ___|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora