Parte II

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Tuvieron que pasar casi cinco horas para que Lena recuperara el conocimiento. Kara estaba sentada en una fría silla de metal en la habitación del hospital, mientras observaba a su amiga. La habitación olía a antisépticos y Lena estaba ahí, con vendajes en la cabeza, collarín, un brazo en cabestrillo, pálida y con el rostro cubierto de pequeñas heridas. La sola imagen le rompía el corazón.

Acercó un poco su mano a la de Lena, rozando con la yema de sus dedos los de Lena, que estaban fríos al contacto.

- Hey...

- ¿Kara?

La rubia se sobresaltó un poco al recibir respuesta por parte de la otra joven. Su voz sonaba ronca y entumecida por el efecto de los medicamentos y sedantes.

- Sí. ¿Cómo te sientes?

Lena encogió los ojos con dolor y después los abrió lentamente, situación que puso nerviosa a Kara de inmediato porque no se sentía preparada para darle la noticia acerca de su ceguera temporal.

- Me duele todo... ¿qué hora es? No recuerdo exactamente... ¿qué pasó?

Kara se dedicó a contarle un resumen de lo que había ocurrido, porque los acontecimientos en la memoria de Lena estaban mezclados y confusos. Kara no mencionó nada de la discusión acerca de su identidad, porque creía que era un tema que no valía la pena tocar en ese momento.

- ¿Puedes hacerme un favor? – le dijo Lena.

- Claro.

- Encender la luz, o abrir las cortinas, está muy oscuro. – Le pidió, humedeciéndose los labios. – Y darme un poco de agua...

La joven de Kripton tomó aire y casi entró en pánico. Se levantó y caminó al fondo de la habitación en donde había una jarra con agua y un vaso, en el que sirvió un poco del líquido. Regresó hasta donde estaba Lena y le dio de beber de manera cuidadosa.

- Si encendieras la luz podría hacerlo yo.

- Lena... escucha.

- Sería más fácil conversar si te pudiera observar, ¿Te molesta?

- Pero...

- Kara...

La joven de Kripton tomó aire, sintiendo el corazón en la garganta.

- La situación es esta. El médico dice que tienes una lesión, un traumatismo cráneo encefálico y... y temporalmente... has perdido la visión.

Hubo un silencio que se prolongó durante varios segundos.

- No, espera. - Le dijo Lena, y se intentó incorporar de inmediato pero soltó un grito de dolor y volvió a caer en la cama enseguida.

- Nada de movimientos bruscos.

- Acabas de decirme que estoy ciega.

Parecía que le faltaba el aire y si era posible la veía más pálida.

- Pero es posible que sólo sea temporal.

- O que no lo sea, ¿en dónde está el médico?, quiero hablar con él. ¿Es una broma? porque es de muy mal gusto.

- Lena... – le dijo, acercándose para tocarle el brazo.

- ¡No me toques!

Aquello consiguió herir un poco a Kara, que se alejó a pesar de que todo lo que quería era ofrecerle consuelo.

- Estoy intentando que no te hagas daño.

- ¿Pues llegaste un poco tarde no?

Hubo unos segundos de silencio en los que Lena pareció reflexionar lo que acababa de decir, pero no se disculpó. A Kara se le llenaron los ojos de lágrimas, porque escuchar eso de su amiga (al menos esperaba que aún pudiera llamarla así) le había hecho mucho más daño del que hubiera creído. Por un momento se preguntó si todo esto realmente valía la pena, si seguirse lastimando una y otra vez era la opción que conducía a sanar una de las relaciones más importantes en su vida.

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