Iniciare escribiendo esta historia, tal vez con un principio que sonará muy cliché, ya que es la mejor forma de describir por que odio mi propia realidad, y prefiero hacer de mi vida una fantasía, que me sirva de escape de mi asquerosa realidad.
Hartazgo, desesperación, mucha desesperación. Día tras día derramando lágrimas rogando a Dios que algo bueno pase en la vida, orando por que pase algo diferente que cambie todas sonrisas falsas por una verdadera y única, por encontrar la libertad y la felicidad.
Cada día es un maldito suplicio, levantarse y auto motivarse diciendo que este día algo va a cambiar, "ESTE DÍA, ESTE PUTO MALDITO DÍA", por fin la gente se dará cuenta de lo superficial y estúpida que es, y me trataran con más respeto, ya que hoy yo seré alguien en el mundo.
Malditas palabras falsas, todos saben, que una ñoña siempre sera una ñoña, y una chica popular con alguna adicción, siempre sera la chica popular. Ya que este es el circulo en donde vivimos todos, donde los idiotas destacan, y la gente con ideas diferentes a ellos están condenadas a vivir en la mierda y en la porquería que su radiante personalidad emana.
Y he aquí, el por que Salomé, se encontraba llorando, parada frente a su ventana, pensando si la decisión que iba a tomar era la correcta. " solo hazlo rápido, termina con esto, nadie te necesita, nadie notará tu partida". Tenía en la mano el cuchillo de la cocina, lo apretaba con fuerza y su mano temblaba mientras lo acercaba a su muñeca izquierda. "MIERDA".
Silencio
El sonido del pequeño instrumento cayendo al suelo se propagó por la habitación vacía. " DIOS"
Silencio... El no responde.. Clama su nombre cuantas veces quieras, pero el no te salvara y no te dará respuestas acerca de tu miseria.
Salomé tomó el celular, y tecleo el único número de quien sabia que podía salvarla. "Perdón por despertarte, te necesito, ven rápido, duele mucho, no se cuanto podre resistir". Un grito desolador inundó la línea y la habitación. La locura era tanta, que no se percató de tenía nuevamente el cuchillo en la mano, y empezaba a hacerse pequeños cortes en la muñeca izquierda, era tanta su locura que no notó cuando una persona había entrado a su casa, y ahora la sostenía fuertemente.
" CALMATE, YA ESTOY AQUÍ ", ella forcejaba, y rogaba por que detuvieran todo ese dolor que le quemaba el pecho. " NADIE ME NECESITA, ESTOY SOLA". Salomé se había rendido, se dejo caer sobre los brazos de aquel chico homosexual que se había vuelo como un hermano para ella. Y lloró, lloró hasta que la tormenta comenzó a calmarse un poco dentro de ella, hasta convertirse en una triste brisa. El acariciaba su pelo, y la apretaba fuertemente hacia su pecho, mientras trataba de tranquilizarla.
Silencio...
Respiraciones, sollozos...
Pronto, se quedaría dormida, Mientras el entonaba una canción de cuna, suavemente susurrando se la al oído.
Esta no era la primera vez que pasaba, pero sí sería la última.
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The Dark Of The Bleeding Moon
HorrorSalome hace un trato con Araziel, con el único deseo de ser libre.