Lunes...
Martes...
Miércoles...
Jueves...
Viernes...
Sábado...
Domingo...Nuevamente se repite la semana... Pasa sin ser especial, solo pasa, todo se ha vuelto monótono.
... Ya van tres semanas y la rutina desde que Adriel se fue, ha sido la misma.
Levantarse...
Ir a la escuela..
Regresar a casa...
Hablar con Adriel por teléfono y fingir que no pasa nada...
Llorar hasta dormir...Otra vez tienes pesadillas y te levantas sudando en la madrugada.
Nueva semana. La mirada de Salome esta vacía, ni los regaños de su madre la conmueven y la hacen molestar. Camina siguiendo el trayecto de siempre, esta muerta, sin vida. Un zombie era como se veía. Sólo respiraba, pero ella no estaba ahí. Ni en su mente, ni en sus fantasías. Su mente esta en blanco.
Divagar sin rumbo...
Esta nueva noche algo había cambiado, esta vez llovía y se encontraba sola. Esta noche, Adriel no la había llamado.
Ansiedad... "¿Ya no me quiere?, ¿Se olvido de mí?".
Se recostó en la cama, y dejo que lágrimas vacías rodaran por su rostro. De repente, obscuridad. No entendía lo que pasaba, era como ver la nada, y entonces oyó una voz.
"Si quieres, yo podría cambiar todo este dolor por algo mejor, te daré lo que desees". Era una voz extraña, profunda y atemorizante, pero tranquilizadora, aunque con una doble y contrario sonido, ya que también se escuchaba un poco aguda al hablar.
" ¿Quien es?, ¿Donde éstas?, ¿Donde estoy?", pregunto Salome con un poco de miedo, y agresividad.
"Esa es una pregunta difícil, digamos que estas en tu mente, no... Más bien en mi mente... En nuestra mente" La voz respondió mientras se reía.
"¿Quien eres?" un eco resonó tras la pregunta de Salomé.
"Tengo diferentes nombres, he vivido mucho como para poder recordarlos, pero para ti soy tu amigo, tu amante" Salome sintió un escalofrío tras esa respuesta.
"Di quien eres y que quieres de mi"...
" Bien, si insistes, mi nombre es Araziel, y quiero ayudarte", su voz a pesar de ser extraña era como un susurro que hacia eco En la cabeza de Salome.
Salome tuvo un escalofrío.. "¿Eres un demonio? Muestrate"...
" Ahora mismo me estas mirando, rodeo tu alrededor"...
Salome titubeo. "¿Y como serías capaz de ayudarme?"
"Yo puedo hacerte libre, hacerte eterna, no volverás a sufrir jámas"
A pesar de que todo era obscuro, fue la primera vez que Salomé vio un rayo de luz desde la partida de Adriel. "¿Y perderé mi alma? ¿Me condenaras al dolor eterno del infierno cuando muera?"
"Shhhh... No, tu eres diferente, tu me gustas, eres hermosa y te deseo para darte lo que más quieres, solo necesito algo a cambio, y tu vida sera solo tuya, no más dolor"
Salome se paralizo por unos segundos, ese segundo camino sería peligroso, pero le agradaba la idea de no volver a sufrir. "¿Que tengo que hacer?"
"Como dije antes yo soy tu amigo y tu amante, pero necesito algo tuyo para sellar el trato y hacerte eterna, hacerte mía"
"¿Que es?"
"Es algo que por años juraste no dárselo a cualquiera, quiero probar tu fruto prohibido"
Trago saliva, pero estaba dispuesta a renunciar a lo que antes había sido para ser alguien completamente nuevo."hagamoslo, trato hecho".
De pronto, la obscuridad desapareció, fue como despertar de forma repentina tras una pesadilla. Pero notaba algo diferente, el ambiente se sentía pesado, y por alguna razón ella se sentía ansiosa, excitada, el calor lujurioso invadía cada parte de su ser.
Al ver hacia enfrente de ella, noto que ahora ya no estaba sola. Un hermoso joven de cabello negro lacio, y tez pálida casi tan blanca como el papel, la observaba. Estaba completamente desnudo, y su fuerte abdomen tentaba a quien lo viera, sus piernas eran diferentes, eran negras y asemejaban la forma de un sátiro, de su espalda brotaban dos enormes alas con plumas negras. Salome solo se ruborizó.
Comenzó a desabrochar los botenea de su blusa uno a uno. "¿Me tienes miedo?" pregunto Araziel con una voz algo maliciosa. "¿Debería tenerte miedo?" contesto Salome con un deseo lujurioso intenso, mientras se desabrochaba el sostén.
Araziel hizo una seña con la mano y de inmediato hizo desaparecer la minifalda, las medias y los zapatos de aquella joven. La besó, y Salome correspondió el beso con efusividad que derramaba saliva sobre los labios del joven.
"Ahora eres mía", Araziel empujo con fuerza hacia la pared a Salome, y dejo que su miembro penetrara hasta lo mas profundo. Salome gritaba el dolor era insoportable y placentero, dejo que sus uñas se encajaran en el brazo de Araziel, quien la abrazo con mas fuerza mientras le besaba el cuello. Entre mas pegaba su cuerpo al de Salome más sentía el sudor de su abdomen y de su rostro, sentía como la sangre de la dama corría caliente entre sus piernas y las de ella. Entonces la arrimo hacia el y la envolvió en sus alas, mientras la sostenía sentándola en sus caderas. Salome empezó a sentir un ardor muy fuerte en su vientre y unas ganas de mear inaguantables, debía detenerse y correr al baño, pero no podía, le gustaba, por lo que buscaba acercarse mas a el, recargándose en su pecho y abdomen del demonio.
El demonio la beso, y la arrojo a la cama separándola de el, y con brusquedad se lanzo nuevamente sobre ella, besándole desde el vientre, los pechos y el cuello hasta terminar nuevamente en la boca. Por alguna razón Araziel aun no estaba satisfecho, por lo que la jalo de las piernas dejándola medio cuerpo fuera de la cama. La agarro de las caderas y volvió a inteoducir su pene dentro de ella. Salome dio un grito placentero, y , dejo que su cuerpo se relajara un poco para poder contener más tiempo la gran cantidad de líquido que contenía su vejiga, pero aun así su cuerpo libero de si una gran cantidad de sangre que corrió por las piernas de ella, y la pelvis, y piernas del demonio, dejando que mancha carmesí se expandiera en la colcha de forma amplia que mojaba su trasero, su espalda, las sabanas, hasta llegar al colchón. Causando en ella una sensación, de ya no poder contener su liquido más tiempo.
Araziel cerro los ojos, y dejo que que su cuerpo derramara sus espermas dentro de ella. Una sonrisa de placer se produjo en el rostro del demonio, el cual soltó las caderas de la joven y las dejo caer.
"Vamos no te hagas la fuerte, hazlo si lo deseas" dijo el demonio mientras levantaba una de sus manos, y riéndose de forma picara.
Después introdujo su mano entre la vagina. Salome gimió dando su ultimo esfuerzo, que sin darse cuenta, había dejado unas cuantas gotas de la sangre restante brotaran sin problemas, para que finalmente, fluyera la orina que había tratado de retener durante el acto, mojándose totalmente de las piernas, hasta llegar a escurrir en el piso y hacer un charco amarillo, para después caer inconsciente. El demonio saco los dedos goteando de aquella fuerte cantidad de líquido que había corrido por su mano, y los lamió con disfrute.
"Buena chica, vendré a verte mañana". Araziel beso dulcemente sus labios y después su frente. Dio un paso hacia atrás, pisando el charco de orina que quedo en el suelo, y tras dar un chasquido desapareció.
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The Dark Of The Bleeding Moon
HorrorSalome hace un trato con Araziel, con el único deseo de ser libre.