Caminaba lento, sus pasos fuertes y precisos marcaban su presencia por donde avanzaba, haciendo que todos la mirasen asustados, abriéndole espacio al pasar. Se sentía bien, para Salome era como haber renacido, fuerte y hermosa, haber roto el capullo que la ataba a un mundo sin sentido, ahora podía volar alto.
Salome se detuvo en el viejo parque, donde la maleza se perdía un poco con la nieve. A pesar de que los juegos ya se encontraban algo oxidados, una pequeña niña se encontraba jugando en la resbaladilla. En los columpios, una joven de unos 14 años, cargaba en brazos a una bebe, mientras se mecía un poco con los pies tarareando una canción de cuna. Salome se acerco cautelosa, y se sentó en una de las bancas del lugar a observar. La pequeña, se acerco a Salome, con una sonrisa traviesa y amable y le dijo "Amiga, ¿No tienes frío?", Salome le regreso el saludo con una falsa sonrisa, "Es un clima perfecto, amo sentir como el frío invade desde mi piel hasta mis huesos", "pero...te puedes enfermar". Antes de que Salome pudiera contestar nuevamente, se vio interrumpida por la chica del bebe en brazos. "Emily, no le causes problemas a la chica, vámonos" .
La chica tenía un mal presentimiento, sabía que tenía que alejar a sus hermanas lo antes posible, "Disculpe a mi hermanita, es muy... traviesa", Salome sonrió, "Es un día muy frío y solitario como para jugar aquí, mi nombre es Salome, y...¿Tu eres?", La chica quería huir, pero se encontraba atada a una incomoda conversación, "So.. soy.. Alessa, ella es mi hermanita Emily, y la más pequeña, se llama Amber", "Es un placer Alessa, ¿Que hacen solas aquí?, es peligroso para unas chicas tan frágiles y hermosas", dijo Salome con una voz falsa y dulce, "Salí a jugar con Emily, después de que mamá muriera, es mi deber cuidar de mis hermanas mientras papá trabaja", Alessa sentía como si algo la obligara a hablar, así que tomo de la mano a Emily, "Fue un placer, nosotras nos retiramos", Salome sonrió "Fue un placer, y Emily, pronto nos veremos para jugar un rato, te van a encantar mis juegos de búsqueda", expreso Salome con sarcasmos, mientras veía como comenzaban a alejarse las hermanas.
Araziel apareció por detrás de Salome, "Así que ¿piensas seguirlas?", "siempre apareces cuando hay algo interesante de por medio, creo que es obvia la respuesta, si no, tu no estarías aquí", Araziel emitio una sonrisa picarezca, "Si no te quieres perder la diversión, es mejor que me sigas, esa pequeña criatura tenía un aroma peculiar, hay algo en ella que hace que me de hambre", decía Salome mientras se levantaba de la banca.
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Alessa ayudaba a Emily a ducharse, jugaba con el agua, hacia bromas sin sentido, todo lo necesario para hacerse olvidar aquel extraño momento. La noche comenzaba a caer, Alessa se sentía intranquila, el viejo perro no dejaba de ladrar y forcejear contra el árbol en el que se encontraba amarrado, y el viento no dejaba de crujir por los rincones de la casa. Con un sentimiento de evasión a sus sentimientos, envolvió a Emily en una toalla y la cargo hasta su cuarto, "Bien, ponte la pijama, yo bajare a preparar la cena, en cuanto acabes baja", la casa era pequeña a pesar de poseer dos pisos y un sótano, y por lo alejada que se encontraba de la civilización, era común que la luz se fuera en momentos, o fuera muy tenue o parpadeara, por lo que Alessa no presto atención al parpadeo de las luces del cuarto, y bajo las escaleras dirigiéndose a la cocina.
Después de varios minutos, con el ruido que Alessa producía al presionar la licuadora para batir la masa de los hotcakes, le había impedido escuchar el crujido que venía de afuera que venía acompañado con un lastimero gemido y último suspiro del viejo animal. Fue hasta que su noción del tiempo, le recordó que su pequeña hermana ya había tardado en bajar, y que el cuarto de la pequeña Amber se encontraba muy silencioso. "Calma Alessa... exageras, amber debe estar dormida", se decía a si misma para intentar tranquilizarse. Camino de regreso a la escalera, y antes de subir el primer escalón, se dispuso a llamar a su hermana, pero se vió interrumpida por el ruido de la risa de la misma, quien parecía estar jugando con alguien, "entonces, ¿Quieres otra taza de te amiga?". Alessa tenía un nudo en la garganta, pero no podía evitar pensar en la existencia de un amigo imaginario, después de todo es lo más normal a esa edad, pero el sentimiento la inquietaba nuevamente, "Em..Emily, ¿con quien juegas?", "Con mi amiga del parque". La respuesta dejo paralizada a Alessa, quien sabía que tenía que hacer algo, así que respiro profundo, y subió las escaleras al cuarto de su hermana, el terror la invadía, algo estaba mal, solo le quedo tomar saliva, y armarse de valor para abrir la puerta.
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The Dark Of The Bleeding Moon
TerrorSalome hace un trato con Araziel, con el único deseo de ser libre.