In a rainy night (Link x Lectora) BotW

Despierta

En un pequeño rancho de la región de Akkala se encontraba una chica de cabello blanco y ojos rojos, su piel estaba ligeramente bronceada y era muy bonita. Su nombre es _______, una viajera y caza recompensas muy famosa por las regiones del este de Hyrule. Se encontraba buscando la legendaria Máscara de Majora cuando fue asaltada por una bandada de Keeses.

Cayó inconsciente y fue encontrada y ayudada por otro viajero que pasaba por allí, en aquel rancho del sur de Akkala, en una cama dormía esta chica, abrió ligeramente sus ojos para encontrarse con aquel techo de madera, se alarmó al primer instante al no saber donde estaba pero luego recordó que había caído inconsciente, miró a su lado y un chico rubio se encontraba allí, arrodillado junto a su cama durmiendo en el borde de esta.

- ¿Dónde... estoy?- Murmuró la chica.

Miró con detenimiento al rubio y acarició su cabello, como si quisiera agradecerle, se puso de pie de la cama y tomó sus cosas, su alforja y sus armas, acomodó su cabello en una coleta alta y abandonó el rancho, caminó un poco hasta encontrarse con un campamento de monstruos que tenía un filete, la chica no había comido en un buen rato asique decidió enfrentarse a los monstruos para conseguir algo de comida.

Tomó su espada y su escudo con cautela y se acercó a los monstruos en silencio, a uno lo tomó por sorpresa y lo mató fácilmente, al igual que los otros, tomó el pedazo de carne y comenzó a comer, cuando escuchó pasos acercarse a ella.

- Oh, con que aquí estás.- Dijo el rubio con una sonrisa.

- ¿Tú quién eres?- Preguntó con desdén la albina.

- Mi nombre es Link, un gusto.- Respondió el rubio mientras le tendía la mano.

- Soy _____.- Replicó la Albina mientras le estrechaba la mano.

- Yo te salvé la vida ayer, estabas bajo la lluvia, inconsciente en el suelo, te traje hasta el rancho de aquí cerca.- Dijo con humildad el rubio.

- Bueno, gracias pero no necesito ayuda, soy una viajera experimentada.- Dijo orgullosamente la Albina.

La albina miró con más detenimiento al rubio, se le hacía ligeramente conocido, hasta que vió con más detalle la túnica que traía el rubio y la tableta sheikah que traía en la cintura.

- ¿Esa es... Una tableta sheikah?- Preguntó asombrada la albina.

- Si, lo es.- Afirmó el rubio.

- Entonces tú debes ser el héroe de la leyenda ¡El elegido por la espada para derrotar a Ganon!- Exclamó la Albina.

- Pues, eso me han dicho.- Dijo el rubio mientras se rascaba la nuca.- Pero he perdido varios de mis recuerdos asique aún no estoy seguro de quién soy...

La albina se sintió apenada por aquel rubio, asique decidió ayudarlo, ella había viajado por todo Hyrule más de una vez asique podría serle de mucha ayuda al héroe.

- Pues, te ayudaré, se bastante sobre Hyrule, sus lugares y tesoros asique te ayudaré.- Dijo la Albina.

- Gracias, pero primero me gustaría tener registrado todo el mapa del Reino en mi tableta sheikah, para saber exactamente a donde voy.- Dijo el rubio.

- ¿Y cómo registras un mapa?- Preguntó la Albina.

- Al parecer todas las torres del Reino tienen un pedazo del mapa, asique necesito llegar a ellas, me faltan aproximadamente unas 4.- Dijo el rubio con confusión.

- ¿Torres...?- Reflexionó la Albina.- He visto muchas recientemente, creo que se donde están.

Y se encaminaron a buscar las torres que habían repartidas por el reino, no tardaron mucho en registrarlas todas, sólo duraron un par de días gracias a la teletransportación de la tableta del rubio, cuando ya tuvieron todas las torres, era bastante tarde asique ambos fueron a quedarse en la casa de la Albina, que vivía en la aldea Arcadia.

- No puedo creer que vivas aquí.- Dijo el rubio.

- Es una aldea muy bonita, la construyeron hace poco y quise venir a vivir aquí, es realmente tranquilo.- Admitió la Albina.

- ¿Sabes? Yo ayudé a construir este lugar.- Dijo orgullosamente el rubio.

- Te creo, a lo largo de estos dos días buscando torres, me has contado de tu aventura y me parece que tienes madera para ser héroe, con razón la espada maestra te eligió.- Dijo la Albina.- Hablando de ella ¿Dónde está?

- Pues...

- No me digas que la perdiste hace 100 años.- El rubio asintió.- Pues hay rumores de que la princesa Zelda escondió la espada en el gran Bosque de Hyrule, pero entrar a ese bosque es casi un suicidio, siempre te pierdes.

- Aún así Tengo que buscarla, si quiero cumplir mi destino debo tenerla.- Dijo el rubio mientras se acostaba en una cama de la habitación de la Albina.

- Lo sé, bueno, dije que te ayudaría ¿No? Asique podríamos intentar buscarla uno de estos días.- Dijo la Albina mientras se acostaba en la otra cama.

Ambos se quedaron mirando el techo de la casa, en completo silencio, hasta que la Albina habló.

- Y gracias por salvarme aquel día, no pude agradecerte como es debido pero gracias.- Dijo con un leve rubor en su rostro.

- No te preocupes.- Dijo el rubio ya adormilado.

- Descansa.

- Buenas noches.
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