Gemelos opuestos

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Unas horas más tarde, el rubio se encontraba en el Monte Trueno, solo, la albina se había quedado platicando con el príncipe y lo había dejado ir solo a traer las flechas eléctricas del centaleón del monte, el rubio suspiraba impotente mientras recogía las flechas lentamente para que el centaleón no lo notara.

- ¿Por qué se quedó con él? Se supone que somos un equipo.- Pensaba el rubio.- Además, yo le gusto a ella, seguro solo quiere ponerme celoso.

Pero estaba tan enfrascado en sus pensamientos que se había olvidado de revisar su entorno, el centaleón lo había visto, este soltó un gran rugido antes de empuñar sus armas, el rubio empuñó las suyas y empezó a pelear.

Intentaba, pero no lograba hacerle ni un rasguño a aquel ser, el centaleón le dió un gran golpe que lo hizo soltar sus armas, el rubio estaba indefenso, mientras el centaleón lo acorralaba contra una gran piedra, pensaba que estaba perdido hasta que...

- ¡Oye! ¡Bicharajo!

Era ______.

- Pareces tener hambre ¿Por qué no te comes esto?- Dijo ella para lanzarle una flecha ancestral, desapareciendolo.

El rubio se levantó y fue a recoger sus armas rápidamente, pero cuando fue a recoger su espada, su mano se topó con la de la albina, se sonrojó y apartó la mano.

- ¿Estás bien, Link?- Preguntó ella.

- Si, estoy bien, gracias por salvarme la vida.- Agradeció él.

- Para eso están los amigos.- Respondió ella con una sonrisa.

Amigos... Amigos...

- ¡No!- Exclamó el rubio mientras abrazaba a la albina.- No quiero ser tu amigo, te amo ____, te amo.

La albina correspondió al abrazo del rubio.

- Yo... También te amo ¿Sabes?

- Entonces ¿Por qué coqueteabas con Sidon?

- Quería ponerte celoso... La verdad es que si conocía a Sidon de antes, le pedí ayuda para ponerte celoso.

Se separaron y quedaron en silencio.

- B-bueno, será mejor ir a ver a Sidon al embalse, tenemos que ayudar con Ruta.- Dijo la albina mientras tomaba al rubio de la mano y lo arrastraba fuera de allí.

Bajaron del Monte Trueno, pero algo salió mal, muy mal.

Cuando bajaban, se toparon de frente con un miembro del clan Yiga, no tuvieron tiempo a reaccionar y este arremetió contra la albina, dándole en la pierna, haciéndole un corte muy profundo que le impedía caminar o siquiera ponerse en pie.

- ¡Veo que la pequeña niña tiene una pequeña herida! Cuando acabe con ustedes, llevare sus cuerpos ante los maestros Ethan y Evan, estarán tan complacidos.~

El rubio acabó con el mercenario y llevó cargando a la albina hacia el embalse, ella estaba herida y necesitaba ayuda de Sidon.

- ¡Sidon! ¡Ayúdame por favor!- Gritó el rubio cuando por fin lo vió.

- ¿Link? ¿____...? ¡_____!

El príncipe corrió hacia ellos, la albina había perdido la conciencia, sangraba mucho, necesitaba atención médica.

- ¿Que le pasó?- Preguntó el príncipe.

- Un tipo del clan Yiga nos atacó, está muy mal...- Respondió el rubio al borde del llanto.

- Tenemos que taponar la herida.- Indicó el príncipe.

Le ataron un trozo de tela en la pierna, para que cortara el flujo de sangre y cubirera la herida, la albina abrió ligeramente los ojos, tocío un par de veces y miró a ambos.

- No se detengan por mí, tienen que liberar a Ruta.- Dijo la albina en un hilo de voz.

- _____, no voy a dejarte aquí en este estado.- Negó el rubio.

- Por favor, Link, házlo.

El rubio asintió lentamente, el príncipe también, la dejaron recostada en la cama que había en las cercanías y se dieron a la tarea de aplacar a la bestia divina, la albina los miraba desde lejos y sonrió ligeramente, antes de volver a caer inconsciente.

Cuando volvió a abrir los ojos, estaba en la región zora, en la posada, miró su pierna y esta tenía una larga sutura, le dolía moverla, luego miró al frente y vió al príncipe entrar a la posada, se acercó a ella.

- Veo que ya despertaste.- Le dijo dulcemente.

- ¿Dónde está Link?- Preguntó la albina.

- Está en la bestia divina, no ha regresado en un par de horas, pero de seguro está bien.- Le tranquilizó el príncipe.

- Espero que no necesite mi ayuda.- Suspiró la albina.

Después de unos minutos el príncipe la dejó sola, ella se sentó en la cama y miró hacia afuera, aún llovía.

- De niña siempre te gustó mirar la lluvia.- Dijo una voz familiar.

La albina volteó y se encontró con el menor de los gemelos, Evan.

- ¿Q-que demonios haces aquí?- Preguntó ella con miedo.

- Escuché que uno de mis subordinados casi te corta la pierna ¿No puedo venir a ver a mi hermanita enferma?- Preguntó el albino con una sonrisa sádica.

- Estoy casi segura de que esa era tu intención.- Dijo la albina desconfiada.

- Podría ser... Pero estarías totalmente indefensa y no sería justo.- Contestó el albino en tono burlón.

- Déjame en paz, Evan, ya no eres mi hermano.- Dijo ella con lágrimas en sus ojos.

- Como desees.

Y desapareció

La albina suspiró pero otra voz sonó.

Era Ethan, el mayor.

- Si, bueno... Lamento haberte hecho daño...

- ¿Qué?

- Perdóname, la verdad es que solo vine a darte algo que... Mamá quería que tuvieras al cumplir los 16, un poco tarde pero seguro.

Ethan le entregó a su hermana un pequeño collar de caracolas que tenía grabado un corazón.

- Era de mamá... Lamento si esto es muy confuso pero... Aunque soy el mayor, Evan me forzó a todo esto, él te ha odiado desde que naciste, lamento decírtelo así...- Explicó el albino

- Ethan...

El albino la abrazó.

- En serio lo lamento mucho, hermanita.- Dijo el albino entre lágrimas.- Prométeme que serás cuidadosa con los miembros del clan, Evan quiere matarte a ti y a Link, asique, no bajen la guardia.

Y desapareció.

La albina tenía la cara cubierta de lágrimas y se preguntaba...

- ¿Por qué, Evan?
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In a rainy night (Link x Lectora) BotWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora