En camino a Hatelia

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- Link. Link despierta. ¡Link!- Lo llamaba la Albina.

- Buenos días~ - Dijo dulcemente el rubio mientras se incorporaba.

-¿Cuáles buenos días? Hay que irnos, ya es medio día.- Le regañó la Albina.

- Pues, hoy vamos a la aldea Hatelia, en Kakariko Impa me dijo que fuera a ver a una tal Prunia.- Indicó el rubio.

- ¿Hatelia? Bueno, si nos vamos ahora podemos llegar al rancho de Picos Gemelos antes del anochecer y quedarnos ahí.- Dijo la albina mientras preparaba  su alforja y sus armas.

- ¿Cómo sabes tanto de Hyrule?- Preguntó con confusión el rubio.

- Soy viajera desde los 7 años, desde que me perdí en el bosque Minish cuando acampaba con mis dos hermanos mayores.- Respondió seca la Albina.

- ¿No volvieron por ti? ¿Y tus padres?- Preguntó el rubio con curiosidad.

- Claro que no volvieron, además, ellos dos eran mi única familia, mi mamá murió en el parto cuando nací y mi padre fue asesinado por un Hinox frente a nuestros ojos.- Respondió con un hilo de voz la Albina.

- Vamos, no llores.- Dijo el rubio mientras la envolvía con sus brazos.

-¡Apartate!- Gritó la Albina mientras se liberaba con brusquedad de los brazos del rubio.- No soy una niña llorona ¡Yo no lloro! Ahora apurate si quieres que lleguemos a Hatelia mañana por la mañana.

La albina salió de su pequeña casa en compañía del rubio, este último se sentía ligeramente intimidado por la Albina. No hace menos de 2 semanas había salido del santuario de la vida sin saber quién era O que hacía viviendo, pero esta chica lo estaba ayudando, aunque era muy brusca, que era eso lo que lo intimidaba.

- Oye...- Murmuró la Albina.

- ¿Si?- Respondió el rubio.

- Lo lamento, te traté mal cuando sólo tratabas  de ayudarme, soy una persona terrible.- Dijo con una mezcla de pena y pesadez la Albina.

- No te preocupes, no quise entrometerme en tu vida.- Musitó el rubio.

- ¿No tienes registrado algún punto de teletransportación que nos lleve más rápido a Hatelia?- Preguntó cansada la Albina.

- Déjame ver...- Dijo el rubio mientras consultaba el mapa de su tableta sheikah.- Puedo teletransportarnos a la torre de Necluda, quedaremos muy cerca.

- Genial.- Dijo mientras se sujetaba del rubio.- Adelante, teletransportanos allá.

Le rubio pulsó la opción de teletransportación en la tableta sheikah y en unos instantes ya sé habían desmaterializado en pequeñas partículas azules, unos momentos después, se materializaron en la torre.

- ¿Y cómo bajaremos?- Preguntó la Albina.

- Como bajo todas las torres.- Dijo el rubio mientras tomaba a la Albina por la cintura.- Mejor sujetate.

El rubio tomó su paravela y corrió al borde de la torre, la Albina se aferró a él y pronto salieron planeando de la torre en rumbo a la aldea Hatelia.

Cuando por fin volvieron a tocar el suelo, la Albina tomó aire, le tenía pánico a las sensaciones demasiado fuertes asique estuvo al borde de un infarto.

- Eso fue potencialmente peligroso...- Dijo anonadada.

- Pero llegamos rápido ¿No?- Preguntó el rubio.

- Déjate de habladurías y registra el santuario que hay allá, no quiero volver a saltar desde una torre así.- Dijo la Albina mientras hacía un pequeño puchero.

- Eres adorable.- Dijo el rubio mientras le pellizcaba una mejilla a la Albina.

- ¿Podrías dejar en paz mis mejillas?- Preguntó la Albina, el rubio asintió y fue a registrar el santuario que había dentro de la aldea.

Luego, ambos se encaminaron hacia el laboratorio ubicado en la cima de la aldea, caminaron bastante para lograr subir, pero finalmente llegaron. Abrieron la puerta y se encontraron con una niña pequeña, Albina con lentes rojos.

- ¿Buscan al supervisor?- Preguntó la niña.

- Si, a él buscamos.- Respondió la Albina.

- Está allá atrás.- Dijo mientras señalaba a un hombre cerca de un librero.

Ambos se acercaron al aparente supervisor.

- Hola, soy Simón ¿Me buscaban?- Preguntó.- ¿Es eso una tableta sheikah? Jefa ¡Este chico tiene una tableta sheikah!

- ¿Jefa?- Se preguntaron el rubio y la Albina.

- ¡Clic! Yo soy la jefa ¿No se lo esperaban verdad?- Les dijo la pequeña Albina.

- Pero... Eres una niña.- Le cuestionó la Albina.

- Tengo más de 100 años pero un experimento fallido me hizo así de jóven.- Explicó la pequeña.

Luego de una larga charla sobre el rubio y como había perdido sus recuerdos, Prunia les pidió que trajeran la llama azul para el generador ancestral, ambos salieron del laboratorio y fueron hasta el generador donde se encontraba la llama azul.

- Necesitamos una antorcha.- Intuyó el rubio.

- ¿Una como esta?- Preguntó divertida la Albina mientras levantaba una antorcha que estaba junto al generador.

Llevaron la llama en la antorcha por toda la aldea hasta llegar otra vez al laboratorio, prendieron el generador de afuera y volvieron a entrar, el rubio puso la tableta en la piedra guía del laboratorio y obtuvo las runas que le habían estado haciendo falta.

- Con eso la tableta ya estaría lista, si me traen partes de guardianes podría hacerle algunas mejoras pero depende de ustedes.- Dijo la pequeña Albina.

- ¿Guardianes?- Preguntó el rubio mientras tragaba saliva.

- No es problema, traeremos las partes de guardianes ¿No, Link?- Dijo con amabilidad la Albina.

- S-si, claro.- Afirmó el rubio.

Se fueron de allí y se encaminaron a la posada que había en la aldea.

- Me siento muy cansada ¿Descansamos?- Preguntó la Albina.

El rubio asintió y pagaron un par de camas en la posada, fueron a acostarse y se durmieron rápidamente. Mañana partirían a la región Zora, allí estaba su primer objetivo.

In a rainy night (Link x Lectora) BotWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora