Tesoros y sentimientos

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- Dicen, que hubo un forajido llamado Nambod, que le robó muchos tesoros a la familia real y los escondió por todo Hyrule.- Le iba relatando la albina.

Recién habían salido de la zona de Eldin, habían pasado a un rancho y habían sacado cada uno a su caballo e iban cabalgando hasta la región de Hebra, hacia la aldea orni.

- Yo ya encontré uno de esos tesoros robados.- Presumió la albina.- Es la camisa del pasado "Heroe del viento", pero no es más que una camisa azul con una langosta, es bonita la verdad, la uso para dormir a veces, en las noches de calor.

- ¿Como supiste en donde estaba?- Preguntó el rubio.

- Encontré su diario en la caballeriza que hay frente a la meseta de los albores, trae en clave las ubicaciones de todos los tesoros.- Explicó la albina.- Los que más deseo encontrar, son la máscara de Majora y el casco de la princesa del crepúsculo, Midna.

- ¿Buscabas alguno cuando te encontré desmayada?- Volvió a preguntar el rubio.

- Si, buscaba la Máscara de Majora, creo que estaba cerca de encontrar ese estúpido cofre donde debe estar.- Respondió la albina con un ligero tono de frustración.

- Podemos buscarlos juntos si quisieras...- Le ofreció el rubio con un ligero sonrojo.

- Me gustaría.- Le dijo la albina con una sonrisa.- Pero primero debemos salvar a la princesa Zelda y liberar las almas de los campeones, después de liberar a Rudania, siento que ahora también es mi deber.

- Gracias, _____.- Le dijo el rubio.

- No es nada, rubio, te di mi palabra al ayudarte, no te dejaré solo en esto.- Le dijo la albina.- Oye ¿No es ese un santuario?

La albina le señaló al rubio un santuario que se alzaba tras ellos, el rubio no tardó en dirigir a su caballo hacia aquella estructura ancestral, se bajó del caballo y se dispuso a entrar.

- Ya sé como funciona esto, tú entras y yo me quedo aquí esperándote.- Dijo la albina mientras se bajaba de su caballo negro.

Se sentó fuera y se dispuso a esperar, siempre le aburría esperar al rubio cuando hacía un santuario asique se ponía a cantar en ausencia del rubio.


La albina suspiró.

- No sabía que cantaras.- Dijo suavemente el rubio.

- Mis hermanos me enseñaron, cuando aún estaban conmigo.- Dijo la albina y suspiró.

La albina se fijó en el rubio y este estaba muy lastimado.

- ¿Que demonios te ha pasado allí dentro?- Preguntó casi alarmada la albina.

- Nada, era una prueba de fuerza media.- Respondió el rubio.

- Joder, si sales así de una media, no se como saldrás de una extrema.- Réplico la albina mientras le revisaba las heridas del rostro.- O si quiera si saldrías.

- Si salgo así de una simple prueba ¿Como derrotaré a Ganon?- Se preguntó desanimado el rubio.

La albina lo abrazó.

- Lo lograrás, lo sé.- Le dijo al oído.- Yo tengo fé en ti.

- ____, yo...- Musitó el rubio, reflexionó y negó con la cabeza.- Creo que deberíamos irnos, está empezando a anochecer y tenemos que encontrar un rancho antes de la noche.

- Concuerdo.- Dijo la albina mientras se volvía a subir a su caballo.

El rubio hizo lo mismo.

- ¿Una carrerita?- Le picó la albina, el rubio asintió desafiante.- ¡Arre, Candy, Arre!

Corrieron en sus caballos por los caminos de Hyrule, se reían mientras el viento les pegaba en la cara, se divertían.

Hasta que por fin encontraron un rancho antes de la noche, el rancho de la llanura. Dejaron sus caballos y pagaron un par de camas, se acostaron y suspiraron.

- Buena carrera, rubio.- Lo felicitó la albina.

- ¿Podrías dejar de llamarme rubio y llamarme por mi nombre?- Bufó el rubio.

- Vale, Link.- Dijo divertida la albina.

- ¿Si?- Preguntó el rubio.

- Te quiero, aunque no lo demuestre, te quiero.- Dijo dulcemente la albina.

- Yo... Yo también te quiero.- Respondió el rubio mientras se le subía el sonrojo a las orejas.

- Anda, no te pongas como un tomate solo por un cumplido.- Se burló la albina.

- Lo siento, es que, la forma en la que lo dijiste... Fue dulce, gracias.- Agradeció el rubio.

- No es nada, Link, cuando quieras.- Dijo la albina.- Buenas noches.

Y finalmente se durmió.

El rubio se quedó mirando el techo mientras se preguntaba que clase de sentimientos tenía por su compañera albina.
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Créditos a Zedd y Elley Duhé por la canción.

In a rainy night (Link x Lectora) BotWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora