Después de Solo ¿Dameron?

2

Ambos sin perder más tiempo partieron en el Halcón.

No hubo necesidad de saltos, era un viaje tranquilo que tardaría lo que tuviera que tardar.

Poe trataba de leer algunos mapas sentado en la sala común del Halcón y Rey estudiaba después de mucho tiempo los textos Jedí, en la única habitación de la nave.

Un pasaje se había ganado especialmente el interés de la joven Jedí, "El mundo entre mundos y sus entradas, El mural, Santuario de la oscuridad, La cueva entre la luz y la sombra. Un lugar de portales y vías que existen entre el tiempo y el espacio, conecta todos los momentos juntos en el tiempo"

Una repentina turbulencia saco a Rey y a Poe de su sitio.

El piloto corrió al mando de la nave y Rey a una cabina de fusibles donde algunos de los cables se habían zafado sacando chispas.

Poe estabilizo la nave sin mayor demora.

Un grito de la Jedi lo obligo a salir de la cabina de mando.

- ¡Rey! ¿Estás bien? -

Llamo el piloto.

-Estoy bien – Contesto la joven - Solo necesito un poco de ayuda. -

Poe entro a la cabina de los fusibles.

La que alguna vez fuera una chatarrera en Jakku se había quemado en la mano, con las chispas de los fusibles que saltaban por todo el sitio.

Ayudando a la joven, eficazmente tomo un cable y otro, mientras Rey hacía lo propio.

En pocos movimientos la emergencia había sido controlada.

Solo hasta ese momento ambos notaron que se encontraban muy cerca, el uno del otro.

Ni Chewie, ni Finn ni Maz estaban en la nave, solo ellos dos y BB-8 que estaba en modo de descanso hacía un rato.

Solo ellos y nadie más.

Poe se dejó llevar por sus impulsos más primitivos y acorralo a rey contra la cabina.

Era un sin vergüenza después de todo, y había esperado ese momento desde hacía mucho tiempo.

Decidido, se acercó a la joven aún más.

Mientras Rey no pudo más que cerrar los ojos con fuerza, ladeando el rostro rechazando de alguna forma la cercanía del piloto, aunque más que rechazo era que no sabía qué hacer.

Independientemente de todo lo que hacía a Rey especial, pensó Poe, era que ella era diferente a todas las mujeres que alguna vez él hubiera conocido.

Ella no se dejó llevar, no pidió un beso, no lo beso.

Ni corto ni perezoso tomo la mano de la joven y la beso cerca de su herida.

Y salió de la cabina sin dar mayor explicación.

Rey abrió los ojos notando la ausencia del Piloto.

Lo primero que cruzo por su mente era el hecho de que lo hubiera dado todo porque Ben fuera quien estuviera ahí en el Halcón con ella, compartir esa cercanía que robaba el aliento, como aquella vez en el elevador.

Todo porque esos labios en su mano hubieran sido los de Ben.

Sentir de nuevo su calidez.

Esos pensamientos casi hacen que deje pasar por alto el hecho de que Poe hubiera tomado esa actitud.

Tal vez Poe, ahora era lo más cercano a Ben Solo.

Había cambiado.

Rey se sintió fatigada, no era de día ni de noche, en la nave, pero sabía que su hora de descanso había llegado.