Joven

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Corazón joven: amate
Mente joven: no vayas tras el enamoramiento

Si contenés la respiración demasiado tiempo, la necesidad de inspirar va a hacer que una bocanada de aire fuerte e involuntaria ingrese en tus pulmones lo que haya a la entrada, sea aire, sea agua; sea.

Si silenciás tu corazón demasiado tiempo, de pronto la necesidad de amar va a producir un enamoramiento descontrolado y ciego que invadirá tu ser, volcandose tu corazón prácticamente a cualquier persona que haya cerca, sea buena, sea mala (para vos); sea.

Sucede que una gran mayoría de nosotros silenciamos nuestro corazón. Prácticamente todo el tiempo. Hasta para abrazar un amigo. Un familiar. Alguna persona a la que le deseamos algún bien.
Silenciamos nuestro corazón y luego nos desligamos de la responsabilidad: decimos que el amor viene sólo y que no lo controlamos. Decimos que uno no elige de quien se enamora.
Pero en realidad esos enamoramientos involuntarios a los que nos referimos, son la consecuencia de que nosotros silenciemos el vibrar de nuestro corazón, obligándolo a realizar una acción desesperada y descontrolada.

Por tanto es el enamoramiento el que no necesariamente es bueno para nuestro ser porque es ciego, involuntario y atropellado.
Y si bien el enamoramiento rara vez es bueno, el amar nunca es malo.

Una respiración natural siempre es sana. Y en determinadas circunstancias, una respiración controlada y voluntaria es aún más.

Un corazón que vibra y ama, que canta libremente su canción día a día, ama a sus seres queridos, ama vivir, ama vibrar, ama crecer y no cae en un amor ciegamente jamás.
El corazón libre que ama por voluntad crece, madura, se fortalece.


Corazón joven: no te entregues a otro sin primeramente madurar.

Mente joven: no elijas con tu criterio. No elijas lo que corresponde al corazón.

Que tu forma de pensar no determine tu sentir. Amá, amá a quienes quieras, pero no te entregues en relación hasta tu madurez.
Amar es buscar el bienestar del otro desinteresadamente y agradarse por ello.

¿Acaso te dolió amar?

Lo que sucedió fue que buscabas el bien del otro, pero querías una correspondencia. Eso no es amor. Eso fue simplemente una inversión de tu tiempo que no salió como querías, y lo que te dolió fue perder. No amar.

Mente joven: crecé
Corazón joven: hacete oír

Vivimos nuestra juventud jugando a que somos maduros en lugar de ocuparnos en madurar. Lo hacemos con un corazón silenciado por nosotros mismos en actos de negligencia y con una mente arrogante que presume saber lo que hace con absoluta precisión, creyendo tomar las decisiones correctas. Entonces nos embarcamos en relaciones que fracasan y en las que fracasamos cómo pareja por nuestra soberbia e inmadurez, pero luego culpamos al amor.
El amor de un corazón que siempre ahogaste, y de pronto pretendes que ame, pero encima bajo las condiciones de tu mente.
Relaciones basadas en enamoramiento, de una mente que esta jugando a sentir, cuando lo que tiene que hacer la mente es pensar.

La mente piensa
El corazón siente

El amor no existe, dicen muchos. Lo que no existe es una mente que ame. El amor es real. Pero amar le corresponde al corazón. Y la relación de amor, es para corazones maduros.

Mente joven: no te embarques en relaciones por enamoramiento.

Corazón joven: amate, ama tu entorno. Madurá.

Para que tu corazón no se lastime en vano y puedas crecer.
Para que al alcanzar la madurez reconozcas a otros corazones maduros, y si uno vibra en armonía con el tuyo, puedas establecer una relación de amor verdadera.

Corazón y mente joven: deja la relación de amor para tu madurez.

Cuidá tu corazón, porque de él fluye el amor.
El amor verdadero.

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