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- Arriba, arriba, es hora de levantarse !

Abro lentamente mis ojos y veo a la señora abriendo las cortinas como todos los días, aunque esta vez noto algo diferente en ella, la veo un poco sudorosa y algo tensionada.

- Buenos días, sucede algo ? -  Le pregunto.

Me mira con algo que parece lástima en sus ojos y me dice:

-El señor llega hoy al medio día, debes estar lista para recibirlo, después de desayunar irás a entrenar como siempre, a las doce en punto debes estar presente en el comedor, por hoy, tus clases de conducta se suspenden, ahora levántate que el tiempo corre.

Dicho eso sale de la habitación.
Espera, que ?! Que el señor volvió?por todas las verduras!! El momento  que tanto temía esta pasando, tenía la ligera esperanza de no volver a verlo maldita sea, despues de 15 minutos mas de estar acostada en la cama pensando en formas de como evitar ese encuentro, llegué a la conclusión que era imposible a no ser que estuviera en pleno lecho de muerte, aún así el podría venir a verme si quisiera.

Hoy creo que hasta la entrenadora se dio cuenta de lo tenso y estresante del ambiente en la casa, que hasta la clase fue más leve y corta que otros días, y eso que por primera vez deseé que fuese lo contrario. Al terminar, fui subiendo las escaleras rumbo a mi habitación, queriendo encerrarme y no volver a salir hasta que el se vaya.
Abrí la puerta lista para tomar una ducha y me encontré con la señora tendiendo un vestido y un par de zapatos en la cama.

- En serio debo ponerme eso? -pregunte al ver el vestido blanco de algodón, el problema surgió cuando note que era bastante transparente y ajustado al cuerpo.

- Si, debes hacerlo, no tienes opción, tienes dos horas para estar lista, -  me dijo severamente, luego se fue.

Aún faltando mucho tiempo para la hora acordada, me dedico a tomar una ducha larga pero muerta de nervios y miedo, desde la última vez que lo vi los moretones tardaron semanas en desaparecer, no se que cosas peores me esperan esta vez, tampoco quiero descubrirlo.

Después de un buen tiempo salgo de la ducha, y obligadamente me coloco el vestido, me paró frente al espejo y observo como me queda, y de hecho luce bien en mi, las horas de ejercicios al día, sumando a la buena alimentación que tengo ahora, hicieron que mi cuerpo deje de parecer un saco de huesos, ahora está bien proporcionado en las partes correctas, aún me falta unos cuantos kilos por subir pero mejoro bastante supongo.

Después de una hora la mujer entra de nuevo y me hace una seña para que la siga, con pasos temblorosos a causa de los zapatos altos y el miedo a lo que me espera, la sigo.

Al llegar frente a la puerta del comedor ella se va, reuniendo el valor suficiente doy un suspiro y abro las puertas.