Capítulo 5

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Ella entro al baile y se podía escuchar la dulce música del baile, habían decoraciones brillantes de color amarillo vivo para alumbrar el lugar.


Fue recorriendo el salón para deslumbrar SU creación, perfecto, era exactamente como ella quería que fuera.

''mágico'' Pensó.

Habían personas hablando y otras simplemente bebían champagne de sus copas. Otras bailaban lentamente al son de la música.

—¡¡Espero estén preparados para la dinámica de esta noche y hallan traído sus Botas!!- Anunció Kirishima desde el micrófono- Mientras tanto disfruten del baile!!...

Ochako iba caminando sin rumbo fijo solo quería ver que tal la estaban pasando los invitados.

Enserio la llenaba de orgullo y alegría saber que todos estaban disfrutando de lo que ella, con tanto esfuerzo, hizo.

Asi no le fuera reconocido como se debía era suficiente ver a todos tan alegres, era como si ese gozó se le contagiara a ella también.

Agarró un mochi de una de las bandejas y siguió su camino. El tiempo estaba pasando demasiado rápido pero todavía faltaban 3 horas para que fueran las 12:00 y su turno empezará.

—Acerquen se todos al árbol enorme de navidad y elijan una bota. Por favor, si encuentra a la persona dueña de la bota y, ella también tiene la suya, vengan dentro de tres horas. Eso significaría que ganaron la dinámica y podrán reclamar el premio....¡¡Ahora que inicié el juego!!-.

La de ojos avellanas, tras escuchar las palabras del hombre, se dirigió a una mujer que estaba dando las botas del árbol.

—Hola, cuál quieres?- preguntó amablemente la chica dirigiendo se hacía la castaña.

Ella lo pensó unos segundos mientras se mordia el labio inferior y veía cual de todas escoger, la encontró.

La bota que quería era...

—Puede darme esa?.....Por favor- dijo señalando una esquina del árbol, la chica se la alcanzo con un palo e garfio y se la dio- gracias.

Era algo hogareña para sus gustos, con un lindo bordado de árboles llenos de pequeños puntos amarillos, que simulaban ser bambalinas.

Se veía vieja pero conservada y muy limpia, tal vez asi de ordenado sea el dueño.

Caminaba para ver si encontraba al dueño de la bota y podía llegar a conocerlo.

. . . . . .

Él, por su parte estaba recostado de espalda a la baranda de un pequeño puente del jardín frente su casa.

Cerca habían otras personas disfrutando felizmente de la fiesta, más él sin embargo solo se limitaba a ver.

No quería ir pero era la imagen de la empresa y era su obligación. También tenía una bota y eligió una, estaba participando en el juego de su amigo. >en contra de su voluntad< según él rubio cenizo, el cual había sido convencido por Eijiro.

Una Navidad de CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora