Capítulo 4

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Se sentía bien, sentía calidez con esa Sra como la de una abuela tierna y comprensible. Tenían ambas manos agarradas a las de la anciana y esta le sonreía con dulzura y comprensión, como si pudiera ver en su interior.

—Como cliente especial mía, te voy a dar tú vestido para el baile y el que me pediste.

—Enserio odio negarme pero no puedo- salió del trance y vio a la mujer, quien ya se había soltado del agarre, agarrando el vestido y estampado lo en su cara para que lo cogiera.

—Las oportunidades solo se dan una vez, no la desaproveches -ordenó para empezar a empujar a la castaña a un vestidor- Pruebatelo anda ve.

—Pero no estoy.. jajaja.. lista -era inútil, la menor veía desde su hombro a la mayor la cual era muy tierna y a la vez cálida.

.  .  .  .  .  .

La castaña terminó de cambiarse y abrió la cortina del vestidor dejándose ver por Chiyo.

Esta se volteó a ver en el espejo mientras que la anciana la tomaba de los hombros desde atrás.

—Te lo dije- la miró desde el espejo con una sonrisa ladina.

—Es tan magnífico.. Nunca en mi vida me había puesto un vestido así, parezco...otra persona- terminó de decir para suspirar feliz.

—Tú estás viendo a la persona que eres en el fondo, esta es la persona que le tienes que mostrar al mundo.

—Y que tal si ella no puede hacerlo?- Contestó tímida y sarcástica.

—Pues tendrá qué hacerlo-.

—Gracias...Por todo-.

La castaña a pesar de no conocer  mucho a la sra, se sentía bien con ella, casi como si fuera...Su hada madrina.

De pronto empieza a verse en el espejo y es como si hubiera recordado algo provocando que abra los ojos de par en par confundiendo a la mayor.

—Oh oh..- saca el teléfono del bolsillo de su pantalón para ver la hora y efectivamente es tarde- Me tengo que ir, no se olvidó de la bota verdad?.

—Viene con el vestido, tal como me lo pediste- Ochako cerró otra vez la cortina para cambiarse mientras tiene una sonrisa en su semblante.

.  .  .  .  .  .

La muchacha ya había terminado de buscar el vestido por lo cual se encontraba en el salón de belleza de una muy conocida estilista.

Al parecer había llegado antes que su prima por lo que decidió marcarle a ver que sucedía.
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[En la llamada…]
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-Camie, tú estilista te esta esperando desde hace una hora. Donde estás?.

-Con quien me mandaste?!! Por tu culpa mi cara se ve del asco.

-Que?! Que le paso a tú cara?.

-Tú que crees tuve una ''reacción alérgica'' a la crema facial y la cara se me hincho, Agh.. Todo esto es tu culpa!!

-No, tú fuiste la que me dio ese número. Y sabías las consecuencias de hacerte tantas mascarillas de ese tipo!

- Oh... ahora es mi culpa?.. No puedo ir al baile de navidad.

-Como que no puedes ir?!.

-No!! Mi Cara Es Un TOMATE!!...

-Tu puedes. Solo ponte la máscara será de noche nadie te vera.

Una Navidad de CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora