Día 3. Idol/Superestrella

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A Katsuki le gustaba sentir el calor de los focos. Desde muy pequeño había soñado con subirse a un escenario y convertirse en una gran estrella. Sus padres eran nombres relevantes en el mundo de la moda, y siempre lo apoyaron. Comenzó muy temprano a dar clases de danza, y aunque sus inicios fueron el ballet y los bailes más clásicos, en su adolescencia desarrolló un gran interés por la capoeira, y demostró ser habilidoso en cualquier forma de danza, por muy distinta que fuera de su estilo habitual. Años más tarde, a estas le siguieron clases de canto, en las cuales mostró poseer una preciosa voz que, eventualmente, le llevó a sentir ese calor de los focos que tanto amaba. Tenía quince años la primera vez que pudo subir a un escenario a cantar, cuando debutó como idol. Estaba en una unidad mixta de cinco personas, sin embargo, no tardó en despuntar como la estrella del grupo y su popularidad de extendió tanto por todo el país que su mánager preparó su debut en solitario para el año siguiente. Había transcurrido un año desde entonces, y en esos momentos se alzaba el primero en todas las listas, lo cual no dejaba de llamar la atención de sus menos allegados. El chico era borde, y muchos lo denominarían como desagradable, y quizá algo creído. Al principio había sido regañado en múltiples ocasiones por Nezu, el director de la discográfica, debido a su pésimo comportamiento. No obstante, tras comprobar que a la gente no le importaba lo más mínimo su actitud y que, de hecho, se estaba convirtiendo en una de sus características más afamadas, decidió que sería suficiente con que se moderase un poco en las entrevistas. Bakugou odiaba fingir ser alguien que no era en realidad, así que le pareció un trato justo.

Shouto era diferente a pesar de compartir una trayectoria similar. Él jamás deseó ser idol y tener esa clase de vida. Sin embargo, su padre, célebre actor, estaba obsesionado en convertir a sus hijos en jóvenes estrellas. La primera víctima fue Touya, el mayor de los cuatro hermanos, tal vez la mayor mancha en el historial de Enji. Después de un accidente en el escenario a los dieciséis años, fue llevado al hospital y se descubrieron las marcas del maltrato que sufría en casa. Fue un caso muy mediático, casi todo el mundo conocía lo ocurrido o, al menos, había oído hablar de ello a pesar de no saber los detalles. Lo único bueno fue que Touya fue libre de abandonar el mundo del entretenimiento y tener esa vida normal que tanto ansiaba desde la infancia (y teñirse el pelo de negro, que lo deseaba desde los doce). La siguiente víctima fue Fuyumi, la única hija, que pasó como idol sin pena ni gloria en un grupo de diez chicas de su edad y en seguida se retiró para estudiar educación de primaria. Natsuo fue el tercero, cuya falta absoluta de interés en el tema hizo perder la motivación a Enji. Eso resultó beneficioso para él, ya que fue capaz de centrarse en sus estudios y meterse en la rama de la salud y la medicina. Luego fue Shouto, y él no corrió tanta suerte. Su padre había aprendido de sus errores y sabía qué debía hacer para que el chico no se pusiese en su contra y fuese dócil. Fue muy estricto con sus lecciones de baile y canto, nunca le permitió saltarse ninguna, ni siquiera cuando su madre, mentalmente inestable por completo a esas alturas, arrojó agua hirviendo en su rostro. Nadie se enteró del accidente más allá del médico que trató la herida, Enji se encargó personalmente de ello, y jamás dejó (ni dejaría) que Shouto saliese de casa sin maquillaje. El chico tampoco tenía permitido mencionar a su madre o sus conocimientos de maquillaje (aprendidos por mera necesidad, como era obvio) en entrevistas, su padre no quería pasar por un segundo escándalo, estaba dispuesto a todo por evitarlo.

Enji le había insistido mucho a Nezu para que Shouto debutara en solitario desde el primer momento. Sus otros hijos habían formado parte de unidades, pero ninguna había triunfado, y él ansiaba estrellas, no idols de segunda categoría. Fue necesaria mucha insistencia, pero lo logró, y Todoroki se lanzó al mundillo del entretenimiento. Su mánager se llamaba Aizawa, un hombre que no inspiraba especial confianza a Enji y que se negaba a permitirle controlar 24/7 al chico, tratando de darle un poco de libertad. Aizawa estaba muy unido a Yamada, el ruidoso mánager de Katsuki, por lo que los dos adolescentes habían coincidido en varias ocasiones. Además, como ambos debutaron a la misma edad y formaban parte de la élite de UA Productions, los medios de comunicación tendían a juntarlos como un pack incluso cuando el rubio todavía formaba parte de un grupo. Si les preguntaran a ellos, no responderían que se consideraban rivales o amigos en absoluto, sino que la presencia del otro les resultaba indiferente. Es decir, estaban ahí, haciendo su vida y cosechando éxitos musicales, pero les daba igual, ellos solo se centraban en trabajar duro sin perder el tiempo en competiciones estúpidas y sin sentido. Aunque, muy a su pesar, Nezu había tomado una decisión que cambiaría de forma radical su actitud hacia el otro. Aizawa, Yamada y él ya llevaban un tiempo considerando la opción de juntarlos en una única unidad, no porque no rindieran suficiente por separado, sino más bien para garantizar un mayor éxito y, al mismo tiempo, ayudar a ambos jóvenes a que se acostumbraran a que en el mundo del espectáculo en muchas ocasiones se trabajaba con gente con quien no se mantenía una relación amigable. Eran conscientes de que Enji se opondría por completo, así que debían actuar sin su consentimiento e intentar convencer a Shouto de que aceptara la oferta. Cuando él y Katsuki entraron juntos en el despacho del presidente, los tres adultos se echaron a temblar, sabían perfectamente que el rubio sería el mayor de sus problemas, aun más que Enji.

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