"XIV

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Se me acaban las ideas...












El pelinegro guardó su hoja de pergamino en el bosillo de su cazadera; éste se encontraba sentado en una de las barditas de las grandes ventanas de Palacio, mirando a través del ventanal y sintiendo como el sol de media tarde golpeaba su rostro, haciendo que sus ojos verdes se reflejaran mejor a contra luz.

-¿Me hizo caso?-.

Escuchó nuevamente esa vocecita chillona detrás de él, lo que provocó que su semblante pensativo cambiara a uno de total molestia. Hizo una mueca y suspiró para controlar sus ganas de asesinarla, para después voltear y dedicarle una sonrisa con amabilidad fingida.
-¿Qué quieres?-.

-Vine a preguntarle si me hizo caso-.

-¿Caso con qué?- Permanecía con su sonrisa fingida la cual ya se había vuelto algo terrorífica.

-Con regalarle al Rey nardos...- La mujer ladeo a un constado su cabeza mirando al príncipe como si fuera un insecto extraño.

El ojiverde borro su sonrisa por el disgusto, lo que hizo que volviera a hacer una mueca de total molestia sin apartarle la mirada a la femina.
-¿Y tú cómo sabes que al Rey le gustan los nardos?-.

-Todos lo saben. También le gustan algunos libros midgardianos-.

-¿Libros? ¿Desde cuándo comenzó a leer?- El semblante del dios había cambiado a uno de completa sorpresa e incertidumbre.

-No tiene mucho, como 9 meses. Le gusta el color rojo, el olor a tierra mojada, ama ver el mangata reflejado en el pequeño estanque de los pájaros, el café, el hidromiel, la carne cocinada con vino; en este tiempo que no estuvo usted aquí se hizo afecto a una canción..., se volvió adicto a escuchar el aire chocar con las hojas de los árboles...-

El pelinegro se había bloqueado al escuchar todo aquello; cómo aquella mujer, una simple sirvienta, lo conocía mejor que él...su propio hermano...alguien que fue, aunque por un poco tiempo, el novio de aquel rubio.
Sentía que entre cada palabra que la mujer decía, solo se hacía más pequeño.

-<<No puedo respirar>>- Se levantó de golpe de aquel lugar llendo hacia el otro lado de donde se encontraba aquella mujer.
<<Tal vez es su novia>>.
<<Quizás durante mi ausencia ella fue la que lo cuidó>>.
<<¿Ella lo abrazaba? ¿Lo besaba? ¿Lo...lo tocaba?>>
<<Por favor...dioses...si...si me escuchan...por favor, no...>>

Sin MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora