Capítulo 14: Sospechas y reencuentros.

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¿A dónde me llevas?--se escucha a una voz femenina por el pasillo que hay entre las celdas.

-Callate-- le responde un guardia.--te gustará tu nueva celda

-No por favor--dice le chica pensando que iba a pasarle algo peor.

Se colocan delante de nuestra celda, el guardia la abre y mete a la chica dentro mientras esta le suplica perdón y cierra con un portazo.

La chica mira hacia todos los lados de la celda, se le ve muy desorientada, con miedo y angustia, hasta que se da cuenta de algo. Tras darse cuenta de su presencia, todos esos sentimientos de miedo desaparecen, dejando lado a otros mucho mejores.

-¡Papa!--dice la chica en cuanto reconoce a su padre.

-¡Fati!--responde Manuel al ver que su hija esta bien.

Padre e hija se abrazaron mutuamente, llevaban muchísimo tiempo sin verse por culpa de Min, pero eso ya sería cosa del pasado, ahora ya estaban juntos gracias al trato que conseguí hacer con Min para dejar vivo a Vass.

-¿ Cómo has conseguido que me dejen estar aquí? ¿Le has dicho a Min lo que quería saber?--le pregunta un tanto preocupada.

-No, eso nunca. Si estas aquí es gracias a Álvaro--dice señalándome-- él ha conseguido que volvamos a estar juntos rechazando, incluso, su propia libertad.

La chica de unos 20 años de edad se gira y me examina con la mirada. Se acerca a mi y me abraza.

-Gracias por salvarme de aquel infierno. El hombre que me torturaba era muy cruel.

-De nada--le respondí-- además, ya no tienes que preocuparte por él, digamos que... la mano del látigo no va a volver a usarla.

-No sabes lo que me alegra oír eso. ¿De verdad renunciaste a tu libertad por mi? ¡Si ni si quiera me conocías!--me dice sorprendida

-Pero conocía a tu padre, además, si me voy de aquí sera o con los pies por delante o escapando con varias personas más.

Mientras, en la ciudad

-Elisa, ¿Estas mejor?--me pregunta Vanessa sentándose junto a mi.

Yo me limito a no responder.

-Se que es muy duro, pero tienes que ser fuerte, ¿Crees que a Álvaro le gustaría verte así?

-No...--respondo secamente

-¡Pues venga! ¡Arriba! Vayamos a hablar con Javier, tal vez ya tenga un plan para salvar a Álvaro.

Fuimos a hablar con él, al parecer estaba organizando un grupo para ir a buscarle y nosotras, en especial yo, le pedimos participar en ese grupo. Quería ver a Álvaro cuanto antes.

-¿Por qué no?--le pregunto enfadada.

-Necesito hombres fuertes y dispuestos a sacrificarse, no conocemos al tal Min ni sus planes, es una misión a lo desconocido.

-Javier, ella es su amiga, tal vez la mejor amiga que tiene ahora, nadie le conoce mejor.--le dice Vanessa intentando convencerle.

-¿Conoce a Min? No. Entonces no puede ser útil para la misión.--responde sin mirarnos siquiera.

Intentamos negociar con él, pero fue inútil, convencimos a todo el grupo que iban a buscar a Álvaro menos a él, es como si no quisiera que fuéramos... sospecho que oculta algo.

Esa noche, en la prisión.

Otra vez la noche cae sobre la prisión, la única diferencia es que esta noche no se oyen los gritos de tortura de Fati, la hija de Manuel, ahora ellos están reunidos, solo nos queda salir de aquí. La pregunta es: ¿Cómo? Entonces oí una voz que me era familiar, no sabia de quien, pero me sonaba. Esa voz iba a darme la respuesta a mi pregunta.

-Tsss... Álvaro--me dice una voz desde fuera de la celda. Descarte que fuera Mario, ya que la voz era femenina.

-¿ Quiénes sois?--les pregunto en voz baja

-Venimos a sacarte de aquí.--me responde elevando un poco más la voz.

Tras esa respuesta reconocí la voz... era ella.

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Diario de un superviviente 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora