Capítulo 15: La fuga

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-¡Eres tú! ¿ Qué haces aquí?

-Cómo ya te he dicho, venimos a salvarte.

-¿Venimos?

-Claro--digo una voz masculina que me resultó conocida--tenemos que acabar con Min, y tú eres una buena baza.

-¿Miguel?--dije reconociendo la voz del líder de una comunidad de supervivientes en la reunión de Min.

-¿Les conoces?--nos interrumpió Manuel.

-Sí, el es Miguel, líder de una comunidad, si no mintió en la reunión.

-¿Y ella?--preguntó Fati señalando a la chica que reconocí primero.

-Ella es Cristina... La hija de Min.

-¡¿Y esperas que me fíe de ella?! ¡Su padre mandó torturarme!

-Calma Fati--le dice su padre.

Ella se tranquiliza, pero no parece querer colaborar con Cristina y Miguel, sobre todo con Cristina.

-Fátima, escuchame--le dice ella tranquilamente--yo no soy como mi padre, de hecho si estás aquí viva es gracias a mi. Yo salve a Álvaro, mi padre quería matarle en cuanto atacó a Vass la primera vez, pero yo lo impedí, si no lw hubiera salvado, el no habría dado su libertad para que tu estés aquí.

-Puedes confiar en ellos.

Fati accedió a colaborar, nos abrieron la celda y nos dispusimos a irnos.

-Esperad, tenemos que sacarles.

-¿A quienes?--pregunta Miguel.

-¿Estas de broma no? ¡A LOS PRESOS!

-No podemos llevar tanta gente.--me dice Cristina.

-Si no salen todos no salgo yo.

-¡Van a morir igualmente!

-Prefiero que lo hagan en libertad, y ellos creo que también lo prefieren.--digo decisivo.

-Toma--me dice dándome las llaves con las que abrió mi celda--todas las celdas tienen la misma, salva a quien quieras.

Yo abrí el mayor número de celdas que pude y nos dispusimos a salir de allí con un gran número de hombres con nosotros.

Avanzamos por los pasillos de la prisión hasta llegar al patio que daba a la salida.

Cristina abrió la puerta con ayuda de Miguel y cuando nos disponíamos a salir de allí se encendieron unos focos que iluminaron todo el patio.

-¡CORRE!

Las balas salían de las armas de los soldados de Min, nos habían descubierto e ibamos a pagarlo caro. Muchos conseguimos huir pero otros murieron acribillados a sangre fría. Al menos lo hicieron un poco más cerca de la libertad. A otros los mataron los Zombies que había fuera de la prisión.

Éramos 60 presos los que debíamos haber salido, solo lo conseguimos 26.

-Dios, ha sido una masacre--dijo Manuel cuando estuvimos a salvo.

-Vamos--dijo Mario, al cual yo también había liberado.--pongamos en un lugar seguro.

-Mi campamento campamento esta aquí cerca, en el bosque que tenemos delante.

-¿Tu campamento?--le pregunto extrañado.

-¿No te dije que soy lider de una comunidad?

Caminamos un rato por el bosque, en silencio hasta que Cristina habló.

-¿Conocéis a un tal Javier?

-Si Cristina, es el líder de mi comunidad e hijo de Mario, si tenéis teléfonos le llamaré en cuanto pueda y le pediré ayuda.

-En primer lugar, llámame Cris, y segundo, NO le avises. El te ha metido en esto.--dijo esto resaltando ese NO.

-¿Cómo dices?

-¿Porque te mando a ti y no a otro de más confianza? ¿Porque tuvo que amenazarte con matar a una chica para que colaboraras? Quería que fueras y que Min te matase. Mi padre me lo contó. Te tendió una trampa.

-Hijo de... Voy a matarle en cuanto le vea.

-¿De verdad mi hijo ha hecho eso?--dice Mario preocupado.

-Me temo que sí--le responde Cris.

-¿Por que quieres acabar con Min?

-Vale que es mi padre, pero no apruebo lo que hace, el solo quiere que yo este a salvo en este mundo, pero el fin no justifica los medios.--responde muy segura de si misma.

Avanzamos por el bosque durante un rato hasta que llegamos a una puerta de madera que daba paso a un fuerte.

-Ya hemos llegado--dice Miguel llamando a la puerta.

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Diario de un superviviente 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora