‡₡Ø₦Ø₡łE₦ÐØŦE‡ (★cσυηтяyнυмαηs★)

❦꧁Capitulo III꧂❦

Incomodidad, eso era lo que reinaba, y reinariá todos los días.
El chapín ya había llegado a la casa de los centrales, junto con este el cincuenta estrellas, a la hora de que entraron al lugar todos los centrales se encontraban en distintos lugares, el catracho, el pinolero y el tico se encontraban sentados, dos viendo televisión y el pinolero leyendo un libro de poesía. Después estaban el panameño y el beliceño cuales estaban sentados en la mesa desayunando, al parecer se acababan de levantar, junto con esto el salvadoreño cual también acababa de levantarse ya que salía con una toalla en mano mientras bajaba las gradas.

Claro al escuchar que le puerta fue abierta todos voltearon a ver al mismo punto, la puerta, donde se dejó ver al chapín junto con este el norteamericano, todos quedaron sorprendidos y a la vez arquearón una ceja, ¿Que hacía el ahí?, Rondaba aquella pregunta en la cabeza de los seis Centroaméricanos.

-ah... Guatemala -llamo El salvador mientras se dirigía a el, el guatemalteco solo entro mientras mantenía su sonrisa esperando lo que le iba a preguntar el menor de estatura- ¿Que hace ese aquí? -pregunto mientras señalaba al acompañante de su hermano-

-uhm... Bueno el tendra que quedarse un tiempo en la casa, son órdenes de la ONU -dijo mientras soltaba un pequeño suspiro cansado, claro, sin borrar su sonrisa-

-oh... Bueno... -menciono algo disgustado mientras una leve mueca se formaba en su rostro, ¿De todos el gringo les tuvo que tocar?, Dejando eso de lado solo se fue de ahí llegando con sus demás hermanos que solo miraban tal escena-

El norteamericano se quedó callado, su cara seguía siendo de disgusto, aunque ya no sabía sí era por estar ahí o por la sonrisa de aquel chapín, ¿Como es que sonríe todo el maldito tiempo, tan amable, tan feliz?, No se lo creía pues pensaba que el tenía un momento donde dejaba de sonreír, donde tal vez se enoje muy fuerte, lloré, o se disguste, ¡Pero solo mantenía esa maldita sonrisa!

-¡Bueno chicos! -dijo en voz alta llamando la atención de sus hermanos mientras que aplaudía dos veces, acto seguido parar de apluadír- yo no cuido huevones, así que se levantan y ayudan a hacer algo -dijo con su leve sonrisa mientras caminaba en dirección a las gradas, jalando obviamente al norteamericano- Yo iré a acomodar al invitado -dicho esto subió las gradas y desapareció de la vista de sus hermanos-

Claro tampoco faltaron los bufidós por parte de los demás países, pero no tenían nada más que obedecer, así que se pararon de sus lugares.
Volviendo con el chapín y el americano, estos se encontraban ya en el cuarto del menor, cual que sorpresa para el americano, estaba todo en orden, o bueno casi, ya que había un escritorio cual se encontraba lleno de hojas desordenadas a causa de que el viento las había votado, al chapín al ver las hojas se acercó con rapidez a ordenarlas mientras soltaba una leve risa, aunque en sus adentros quería pegarle a la pared con todas sus fuerzas, se le había olvidado cerrar la ventana.

Mientras tanto el americano seguía observando el cuarto de su contrario, no estaba tan mal, pues optaba de una cama que a su parecer era comodá, una pequeña mesa de noche cual también estaba ordenada, está tenía una pequeña lámpara y un libro, junto esto un armario que era de madera, estaba limpio, también dos pequeños estantes llenos de libros, «vaya sí le gusta leer», pensó.
Después dirigió su mirada al escritorio, cual lo hizo volver a la realidad acercándose al menor, acto seguido agacharse a recojer un par de hojas que se encontraban en el suelo.

-taking [toma] -dijo mientras le entregaba las hojas al menor, sorprendiendolo en el acto, pero solo se decidió por sonreír levemente tomando las hojas-

-gracias -dijo amablemente mientras acomodaba las hojas y las pocisionaba en el escritorio en forma de pila-

-You do not have to thank [no tines que agradecer] -dijo para luego sentarse en la cama del menor, sorpresa sí estaba en lo correcto, la cama era comodá-